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Zapatero da por concluida la legislatura con un discurso triunfalista y en clave electoral
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Zapatero da por concluida la legislatura con un discurso triunfalista y en clave electoral

El pistoletazo de salida de las elecciones de 2008, el último debate sobre el estado de la Nación de la legislatura, sirvió ayer para que el

Foto: Zapatero da por concluida la legislatura con un discurso triunfalista y en clave electoral
Zapatero da por concluida la legislatura con un discurso triunfalista y en clave electoral

El pistoletazo de salida de las elecciones de 2008, el último debate sobre el estado de la Nación de la legislatura, sirvió ayer para que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, realizara un balance triunfalista de sus tres primeros años en el poder que culminaron con cuatro anuncios-guinda: una canastilla de 2.500 euros para cada nuevo hijo; el traspaso a la Generalitat catalana de los trenes de Cercanías; la aportación de 4.300 millones al Fondo de Reserva de la Seguridad Social y la promesa del “pleno empleo” si resulta reelegido.

Era un día difícil para el presidente, con Zapatero y los suyos preocupados ante el debate, debido a la escalada de filtraciones de sus conversaciones con la banda terrorista ETA, por la cadena de asesinatos de españoles por parte de Al Qaeda, y por ese aire de desconcierto que arrastra desde el atentado de ETA de diciembre. Pero la jornada terminó con las huestes socialistas eufóricas, convencidas que habían ganado frente al PP. Entre los seguidores de Mariano Rajoy también había alegría, en tono menor.

El duelo entre los dos líderes arrojó aires de final de legislatura. Ambos examinaron el papel del contrario en estos tres años. El presidente del PP, porque es su obligación como jefe de la oposición; el del Ejecutivo, como recurso dialéctico para eludir respuestas incómodas sobre su gestión, mientras se presentaba como una víctima de los embates del PP en materia terrorista. Rajoy habló de “actitud tabernaria” de Zapatero a cuenta de sus engaños sobre ETA, mientras el aludido definía la oposición del PP como de “estilo no descriptible”.

Rajoy centró el rifirrafe en ETA y en la falta de protección para los soldados asesinados en Líbano. Mala fe, engaño, mentira, esos fueron los principales reproches del líder del PP al presidente frente al proceso abierto ante el fin de la banda terrorista. Ha estado “tres años engañando” a los españoles; "usted se puso de acuerdo con ETA", añadió. Quién puede creerle, se preguntó Rajoy, cuando “habló con ETA mientras recibía información” dentro del Pacto Antiterrorista durante el Gobierno del PP: “No cabe mayor deslealtad”.

Oposición centrada en ETA

El líder del PP exigió a Zapatero que revele las actas firmadas por sus negociadores con la banda terrorista o tome “el camino de La Zarzuela” para dimitir ante el Rey. Al jefe del Ejecutivo se le veía enfadado, pero le dejó repetir hasta tres veces esa demanda de que revele las actas o dimita, mientras el popular agotaba sus posibilidades de tomar la palabra. Al final, llegó su contraataque: le recordó los logros económicos de su Gobierno, fijó la idea de que Rajoy lleva tres años dedicado sólo al tema de ETA y negó un adelanto electoral. “Mi voluntad es cumplir con la legalidad, cumplir con el encargo que me han dado los ciudadanos y cumplir con la palabra dada”, sentenció.

El presidente arremetió con dureza contra Rajoy, cuestionando su liderazgo en el PP y hasta acusándole de administrar "el resentimiento de quien le nombró", pero no explicó en ningún momento los contactos de sus emisarios con ETA, ni el presunto pacto de las listas de ANV con la banda. En su lugar reprochó a Rajoy que contribuyera a la propaganda terrorista, aunque desmintió cualquier negociación antes de llegar al Gobierno: “Esa afirmación es absoluta y radicalmente falsa. Se lo he dicho en público y en privado”.

El líder popular explicó después a los periodistas en los pasillos del Congreso que sólo pudo centrarse en esos dos temas en el debate final entre ambos por falta de tiempo. “Tenía que elegir porque mi tiempo está limitado, no como el del presidente”, destacó.

El pistoletazo de salida de las elecciones de 2008, el último debate sobre el estado de la Nación de la legislatura, sirvió ayer para que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, realizara un balance triunfalista de sus tres primeros años en el poder que culminaron con cuatro anuncios-guinda: una canastilla de 2.500 euros para cada nuevo hijo; el traspaso a la Generalitat catalana de los trenes de Cercanías; la aportación de 4.300 millones al Fondo de Reserva de la Seguridad Social y la promesa del “pleno empleo” si resulta reelegido.