El PSOE pierde cuatro votaciones porque el PP le hace la cama con las minorías nacionalistas

Algo se mueve en el Congreso. El PSOE perdió este jueves cuatro votaciones en el debate sobre el estado de la Nación, ya que el PP le hizo la cama y apoyó dos resoluciones del PNV, una de BNG y una más de ERC. Además, el debate escenificó todo un cambio de alianzas para José Luis Rodríguez Zapatero: la otrora poderosa ERC ha sido reemplazada por CiU.

En el Hemiciclo se notaba cierta contención de la respiración en cada una de las cuatro votaciones que perdió el PSOE, aunque el momento más ruidoso se produjo cuando el Congreso tumbó la resolución del PP en la que insta al Gobierno a que entregue las actas de sus reuniones con ETA y a que se anule la autorización a negociar con esta banda terrorista. La votación sobre la actuación de ZP ante la banda terrorista se cerró con un golpeteo de mesas, en señal de protesta, y aplausos populares.

El PP no se amilanó y apoyó esas cuatro votaciones que dejaron al PSOE en soledad. Las dos del PNV versan sobre los límites a la captura de la anchoa y la conexión ferroviaria de Alta Velocidad -entre Pamplona, la ‘Y’ vasca y Francia-, mientras que la tercera insta a acelerar este mismo tipo de transporte en Galicia. Por su parte, la cuarta resolución, la de ERC, establece una aportación económica a las autonomías para afrontar las obligaciones previstas en la Ley de Dependencia.

Los republicanos han perdido el poder que adquirieron a comienzo de la legislatura, en favor de CiU. Tan sólo una de sus doce resoluciones salió adelante y, encima, gracias al apoyo del PP. Como lo leen. Su iniciativa insta al Gobierno a distribuir 1.000 millones de euros entre todas las autonomías con el fin de financiar lo dispuesto en la Ley de Dependencia, ya que el Gobierno sólo tenía previsto para este año una partida de 400 millones.

El inusitado apoyo de los populares a su bestia negra -y adalid de la España rota- se debió a que habían descartado la otra alternativa que tenían: apoyar la resolución de CiU sobre este mismo asunto, en la que los convergentes incluían una partida económica superior para Cataluña en vista de que en esa comunidad el coste de la vida es más alto. El PP les exigió retirar estas líneas de su resolución, a cambio de su apoyo. Pero Josep Antoni Duran, el portavoz de CiU, se negó en redondo. De ahí que los populares giraran sus votos hacia ERC.

“No siempre la perseverancia y la coherencia tienen premio como ha sido hoy”, reconocía al finalizar las votaciones Joan Tardá, de ERC. Aún seguía asombrado por ese apoyo inesperado del PP, mientras aprovechaba para arremeter contra CiU porque con su abstención impidió resoluciones republicanas como un aumento de las ayudas a la acogida de inmigrantes o medidas para los emprendedores.

El ataque era lógico. Porque CiU es la estrella emergente en el Congreso. Su grupo fue el más apoyado: aprobó siete de sus doce propuestas, sólo superado por el todopoderoso PSOE en el Gobierno.

Duran luce plumaje de poder

Duran se mostró muy orgulloso de tamaños apoyos al término del debate. No en vano, logró el apoyo de PSOE y PP para tres de sus resoluciones: medidas de apoyo a la conciliación de la vida familiar, la lucha contra la delincuencia organizada y la responsabilidad de la administración en materia de seguridad vial. Además, también prosperaron otras resoluciones sobre Educación, inmigración –pactó con el PSOE agilizar los trámites para la obtención de los permisos de trabajo y repatriación de irregulares-, política económica y compromisos pendientes. Todas ellas, medidas que desarrollan lo previsto por el nuevo Estatuto catalán.