Zapatero: España “sigue siendo un país alegre, sereno y confiado, a pesar de Rajoy”

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, más crecido que nunca, se presentó ayer ante la Ejecutiva de su partido como el príncipe de la luz frente al señor de las tinieblas. Ante los suyos proclamó que España “sigue siendo un país alegre, sereno y confiado en sí mismo” a pesar de Mariano Rajoy, el presidente del PP. Se encuentra tan eufórico que no ha dudado en ofrecer al ex ministro José Bono ser cabeza de lista por Toledo para las próximas elecciones. La versión original sostiene que la oferta incluye la presidencia de las Cortes, pero fuentes del entorno de Zapatero lo desmienten.

Zapatero prosigue con su ofensiva tras el fin del debate sobre el estado de la Nación de la semana pasada. De creer que pierde las elecciones, el presidente despliega tal optimismo que ha cambiado el lenguaje con el que define su gestión, reemplaza ministros, rescata a Bono para impedir la huida de los votantes más críticos con el PSOE a causa de su política frente al terrorismo y se muestra dispuesto a terminar la legislatura hasta el último día, aunque arrecien las revelaciones sobre sus contactos con ETA.

Esta estrategia no es nueva en el presidente; ya la desplegó con el inicio de las negociaciones con ETA. Las personas que lo conocen sostienen que Zapatero ha confesado más de una vez en privado una convicción: tiene la certeza de que es posible transformar las percepciones y las voluntades de las personas con el sólo hecho de repetir una idea.

El nuevo argumentario de ZP ante el verano despliega el mensaje de la luz frente a la oscuridad, como así se deducían de las palabras del viernes de la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega. Habló de una oposición truculenta, oscura, centrada sólo en la banda terrorista ETA, y de un Gobierno que cumple con sus promesas electorales en una España próspera.

La estrategia pasa por dar una patada hacia delante al balón para que siga corriendo juego y cronómetro hasta marzo, mes previsto para las elecciones. Zapatero ha remodelado su Gobierno, que se presentaba inerte, casi inexistente, y ha fichado a tres estrellas: Carme Chacón, César Antonio Molina y Bernat Soria.

A Chacón la quiere revestir de prestigio para presentarla como cabeza de lista en Barcelona; el segundo aporta al Ejecutivo un empaque poético y pacificador, mientras que Soria suma aires investigadores y augura días gloriosos para la prensa. Al conocer su nombramiento proclamó que a Zapatero había de darle “el Nobel de la Honestidad y la Solidaridad”, orillando la modestia y el detalle de que, en su acepción originaria, ‘honesta’ significa mujer decente y decorosa.

En el PP tienen claro que Zapatero está en precampaña, “en plena operación de imagen, pero juega a la defensiva con las revelaciones de ETA y se empeña en seguir con su política de opacidad”, reconocen en fuentes populares que destacan que ya no es sólo el PP el que pide explicaciones: también está la justicia francesa, que pide conocer el diálogo con la banda. “Son muchos los meses que restan para las elecciones sin que nadie del Gobierno sepa nada de nada. Aguantar sin dar explicaciones es un deseo vano”, sentencian mientras reconocen que el otoño será aún más bronco. El enconamiento entre PSOE y PP llegará al límite.

Un dirigente socialista habló de más en una boda

Por una vez, y en contra de toda probabilidad, Filtraciones Bono no estuvo en el epicentro de la indiscreción del verano: el ex ministro de Defensa regresa a la política activa. La noticia confirma que Zapatero dedica estos días a rebañar candidatos allí donde el PSOE se muestra débil, aunque el guión no incluía este tiro en el pie o filtración interesada, según se mire.