Rodrigo Rato no da pistas a sus amigos: "Tengo varias ofertas, que mantendré abiertas hasta octubre"

El todavía director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Rato, ha enviado un mensaje diáfano a quienes fueron sus más directos colaboradores en el Ministerio de Economía durante las dos legislaturas Aznar: “Tengo varias ofertas sobre la mesa, que mantendré abiertas hasta el mes de octubre. Hasta entonces no voy a tomar ninguna decisión, porque no sería de recibo hacerlo mientras permanezca al frente del Fondo. En octubre hablaré”.

El mensaje, con mínimas variaciones, ha sido idéntico en las distintas conversaciones mantenidas con quienes formaron parte de su equipo durante ocho años. Curioso, alguna de esas ofertas le han surgido inmediatamente después de que se hiciera pública su decisión de abandonar el FMI. Pero hasta octubre, Rato mantendrá silencio, porque, según uno de sus más directos colaboradores “no puede presidir la asamblea anual del FMI con un empleo en el sector privado ya en el bolsillo”.

En todos los casos, el asturiano ha descartado volver a la política activa, “aunque naturalmente esté dispuesto a echar una mano en lo que Mariano Rajoy le pida”. Desde este punto de vista, diversas fuentes consultadas por este diario señalan que la pretensión de ligar la elección de Juan Costa, directo colaborador del ex ministro, como coordinador del programa electoral del PP con la vuelta al ruedo político de Rato carece totalmente de sentido.

Entre otras cosas, porque la decisión de Rajoy de encomendar esa función a Costa se tomó mucho antes de que se conociera la renuncia de Rato al frente del FMI. El interés del líder del PP por Juan Costa nació a raíz de su intervención en un Comité Ejecutivo de los populares celebrado a primeros de año, en el cual, y en contra de lo que es habitual –el silencio de todos los reunidos-, Costa pronunció un auténtico alegato sobre la importancia del cambio climático como topic político de primer nivel.

Causar buena impresión a Rajoy

“Aquella fue una esplendorosa declaración de principios que causó muy buena impresión en Rajoy”, aseguró ayer a este diario una fuente de la calle Génova, “a partir de la cual Costa comenzó a enviar papeles sobre esta y otras materias a Mariano, en una relación que ha cristalizado con el encargo anunciado este lunes y que, por cierto, se ha retrasado a cuenta de los compromisos laborales del aludido con Ernst & Young”.

Aunque la fuente de Génova, muy cercana al propio Rajoy, asegura que ambos han mantenido en los últimos tres años una relación “razonablemente buena”, no existe entre ellos, ni de lejos, el menor rasgo de complicidad compartida, ni en lo ideológico ni en lo amical, que permita augurar la incorporación de Rato a las listas electorales del PP para las próximas generales.

De hecho, todo parece indicar que Rajoy se enteró de la decisión de Rato de abandonar el FMI por las agencias de noticias, y aunque han mantenido alguna breve charla telefónica al respecto, no se ha producido una conversación a fondo sobre el asunto. Juan Costa no es, pues, el adelantado de nadie, sino el principio de una serie de cambios en el PP que, según el propio Rajoy, “no serán tanto por sustitución como por acumulación”. El destino de Rodrigo Rato no parece pasar ya por la política.