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Otaola: “No estamos echando un pulso a nadie. Sólo somos unos demócratas que cumplen con la ley”
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Otaola: “No estamos echando un pulso a nadie. Sólo somos unos demócratas que cumplen con la ley”

La alcaldesa de Lizarza y sus seis concejales no sabían ni izar las banderas, no se arreglaban con las cuerdas. Abajo, los proetarras se reían mientras

Foto: Otaola: “No estamos echando un pulso a nadie. Sólo somos unos demócratas que cumplen con la ley”
Otaola: “No estamos echando un pulso a nadie. Sólo somos unos demócratas que cumplen con la ley”

La alcaldesa de Lizarza y sus seis concejales no sabían ni izar las banderas, no se arreglaban con las cuerdas. Abajo, los proetarras se reían mientras la insultaban con gritos de “asquerosa” o “fascista”. De repente, uno de ellos gritó: “Otaola, vas a morir”. La aludida se agarró a la barandilla del balcón y se le encaró: “Repíteme eso que me acabas de decir”. Pidió que la Ertzaintza lo identificara, y lo ha denunciado por amenazas. Ocurrió el pasado viernes. Regina Otaola Muguerza (Eibar, 1952) insiste en cumplir con la legalidad y que las banderas de España, la ikurriña y la de la localidad sigan ondeando en la casa consistorial. “Son muchos años luchando por la libertad y no vamos a ceder. Y si me pasara algo, habrá más gente que venga detrás”, sentencia esta guipuzcoana que lleva doce años en política. Portavoz del PP en las Juntas Generales de Guipúzcoa, Otaola ya intentó que la bandera de España ondeara en el parlamento foral: “es como clamar en el desierto. Ellos dicen que no quieren herir sensibilidades, pero hieren las nuestras”.

P. ¿Por qué no hace como el ayuntamiento de Bilbao, que únicamente iza la bandera de España durante las fiestas?

R. Si, en fiestas y sólo durante 20 minutos. Tiene narices. Según la ley, las banderas tienen que estar ondeando y así lo ha ordenado el Tribunal Supremo en una reciente sentencia. Las banderas van a seguir ahí.

P. ¿Es consciente que esa actitud supone echar un pulso a los proetarras?

R. Yo no echo pulsos con nadie. Tenemos la alcaldía y soy una demócrata que cumple con la ley, que respeta lo que le dice la legislación. Cumplir la ley no es echar un pulso. Pensar esto es terrible. También dicen que estamos crispando, por favor, por favor… Estamos en España, el País Vasco sigue siendo España, y un demócrata tiene que cumplir las leyes aprobadas por el Parlamento. El Estado de Derecho es el medio para conseguir la libertad y la paz. Aunque hablar de paz… aquí no hay una guerra, sino unos que matan y otros que son asesinados. La libertad sólo se consigue cumpliendo con el Estado de Derecho, así lo demostró el PP cuando gobernó.

P. ¿De dónde saca la fortaleza?

R. ¡Anda! Del convencimiento. Siempre he creído en una serie de principios y, conforme a esos principios, te vas desarrollando a lo largo de la vida y maduras. La fortaleza es ser honesto con uno mismo. Y yo no sería una ciudadana si no defendiera la libertad, sin la libertad no somos nada. Respeto que Aralar, por ejemplo, sea independentista, pero todos debemos actuar respetando las instituciones y dentro de la ley. Eso no ocurre aquí: ETA está amenazando y atentando y nosotros estamos mirando para otro lado.

P. ¿No siente desazón ante la indiferencia de sus vecinos o de otros partidos políticos?

R. Los siete compañeros éramos muy conscientes dónde nos metíamos al entrar a formar parte de la corporación. Opinamos lo mismo, trabajamos con mucha confianza, estamos juntos. Hay mucha gente de Lizarza que está con nosotros. Esas miradas de apoyo que vi el otro día en sus caras me merecen la pena, más que los insultos. Esas miradas se superponen a las amenazas. Sientes que están con nosotros. En democracia se funciona así, se cumple la ley, y punto. Por cierto, no voy a cobrar nada como alcaldesa de Lizarza; creo suficiente mi sueldo como portavoz en las Juntas Generales.

P. ¿Se ha puesto en comunicación con usted el Gobierno vasco, como el consejero de Interior, Javier Balza, o el lehendakari, Juan José Ibarretxe, para expresarle su apoyo ante las amenazas que recibe?

La alcaldesa de Lizarza y sus seis concejales no sabían ni izar las banderas, no se arreglaban con las cuerdas. Abajo, los proetarras se reían mientras la insultaban con gritos de “asquerosa” o “fascista”. De repente, uno de ellos gritó: “Otaola, vas a morir”. La aludida se agarró a la barandilla del balcón y se le encaró: “Repíteme eso que me acabas de decir”. Pidió que la Ertzaintza lo identificara, y lo ha denunciado por amenazas. Ocurrió el pasado viernes. Regina Otaola Muguerza (Eibar, 1952) insiste en cumplir con la legalidad y que las banderas de España, la ikurriña y la de la localidad sigan ondeando en la casa consistorial. “Son muchos años luchando por la libertad y no vamos a ceder. Y si me pasara algo, habrá más gente que venga detrás”, sentencia esta guipuzcoana que lleva doce años en política. Portavoz del PP en las Juntas Generales de Guipúzcoa, Otaola ya intentó que la bandera de España ondeara en el parlamento foral: “es como clamar en el desierto. Ellos dicen que no quieren herir sensibilidades, pero hieren las nuestras”.