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Solbes se queda en minoría dentro del Gobierno y sólo Rubalcaba y Salgado lo arropan
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Solbes se queda en minoría dentro del Gobierno y sólo Rubalcaba y Salgado lo arropan

El ministro de Economía, Pedro Solbes, no pasa, precisamente, por sus mejores momentos dentro del Ejecutivo. Los últimos encontronazos con algunos ministros y dirigentes socialistas a

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Solbes se queda en minoría dentro del Gobierno y sólo Rubalcaba y Salgado lo arropan

El ministro de Economía, Pedro Solbes, no pasa, precisamente, por sus mejores momentos dentro del Ejecutivo. Los últimos encontronazos con algunos ministros y dirigentes socialistas a cuenta de la política de vivienda o del plan bucodental diseñado por el Ministerio de Sanidad sin su consentimiento previo, lo han dejado prácticamente solo en la defensa de la ortodoxia presupuestaria. Hasta el punto de que, según fuentes allegadas al vicepresidente segundo, en estos momentos únicamente cuenta con el respaldo resuelto de Alfredo Pérez Rubalcaba -cada vez con mayor peso dentro del Gobierno- y la titular de Administraciones Públicas, Elena Salgado.

El alejamiento de Solbes de sus colegas del Consejo de Ministros no sólo obedece a razones coyunturales o de pura oportunidad política -todo el mundo sabe que el ministro de Hacienda está condenado a ser una especie de mister niet dentro del gabinete-, sino que tiene más que ver -según esas mismas fuentes- con la deriva que ha tomado el Gobierno desde su última remodelación, más preocupado en preparar las próximas elecciones generales que en continuar con una política de rigor presupuestario.

Con las nuevas incorporaciones -y con el mayor peso que han cogido algunos ministros como Jesús Caldera- se trata de un Ejecutivo más político que de gestión (aunque esto también sea hacer política), y eso es lo que ha alejado a Solbes del resto de ministros. No es que Solbes se niegue a aumentar el gasto social como una cuestión de principios, sino que pone objeciones a que el ensanchamiento del Estado de bienestar se haga a golpe de ocurrencia ministerial. Sobre todo en un contexto de menor holgura presupuestaria como consecuencia de la ralentización de la actividad económica.

El superávit, a reducir deuda

Durante los últimos tres años largos de Gobierno, Solbes ha querido destinar, principalmente, los diferentes superávit presupuestarios a reducir la deuda pública en circulación antes que a incrementar de forma estructural el gasto social, toda vez que su sostenibilidad no está asegurada. Esta estrategia de saneamiento de las cuentas públicas por encima de todo (España es hoy uno de los países de la UE menos endeudados) es a la que de ninguna manera quiere renunciar Solbes, que conoce como pocos (él era ministro de Economía durante la última recesión) cómo se disparan los llamados estabilizadores automáticos (desempleo o pensiones no contributivas) cuando llegan las vacas flacas.

Así las cosas, según las fuentes consultadas, su mayor respaldo dentro del Ejecutivo lo ha encontrado en Rubalcaba y Salgado, probablemente los dos ministros que mejor conocen la Administración por dentro. De hecho, la ministra ha sido la única que, por el momento, ha pedido rigor en público, o lo que es lo mismo, una memoria económica a la hora de aprobar medidas que incorporan gasto estructural.

El vicepresidente económico tiene un lema, que repite estos días con especial énfasis: “Todos los Gobierno son, en realidad, un gobierno de coalición entre los ministros y el ministro de Hacienda”.

“En un Gobierno, la obligación de los ministros es proponer ideas, pero el responsable de Economía tiene que vigilar que éstas se puedan financiar”, sostienen en fuentes de Economía, que rechazan que haya malestar en el seno del Gobierno a cuenta de los frenazos de Solbes a los anuncios gubernamentales. Insisten en que su labor es vigilar que tales iniciativas “se mantengan en el tiempo, con los parámetros actuales y con la idea de una futura rebaja de impuestos. Así de simple y así de difícil. Para eso le pagan. Lo extraordinario es que se barajaran medidas y no dijera nada”.

Solbes, el ‘ aguafiestas’

El ministro de Economía, Pedro Solbes, no pasa, precisamente, por sus mejores momentos dentro del Ejecutivo. Los últimos encontronazos con algunos ministros y dirigentes socialistas a cuenta de la política de vivienda o del plan bucodental diseñado por el Ministerio de Sanidad sin su consentimiento previo, lo han dejado prácticamente solo en la defensa de la ortodoxia presupuestaria. Hasta el punto de que, según fuentes allegadas al vicepresidente segundo, en estos momentos únicamente cuenta con el respaldo resuelto de Alfredo Pérez Rubalcaba -cada vez con mayor peso dentro del Gobierno- y la titular de Administraciones Públicas, Elena Salgado.

Pedro Solbes