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Arzalluz se salta el consenso y presiona a Egibar para que se presente candidato a presidir el PNV
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Arzalluz se salta el consenso y presiona a Egibar para que se presente candidato a presidir el PNV

El ex presidente del PNV Xabier Arzalluz sigue manejando los hilos entre las tramoyas del nacionalismo vasco. Y estos días insiste en su maniobra de presionar

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Arzalluz se salta el consenso y presiona a Egibar para que se presente candidato a presidir el PNV

El ex presidente del PNV Xabier Arzalluz sigue manejando los hilos entre las tramoyas del nacionalismo vasco. Y estos días insiste en su maniobra de presionar a su delfín Joseba Egibar para que orille el consenso interno y se presente candidato a suceder a Josu Jon Imaz al frente del partido.

Fuentes del sector soberanista de Egibar reconocen que el acuerdo implícito entre las dos facciones del PNV, forzado por el propio Imaz al anunciar su renuncia la pasada semana, pasa porque Iñigo Urkullu sea designado presidente del PNV. Pero, como los viejos rockeros nunca mueren, Arzalluz no se siente vinculado por tal acuerdo e insiste en que Egibar es la persona idónea para liderar el partido.

El sector de Urkullu, al conocer las presiones de Arzalluz, ya ha transmitido a Egibar que, como se presente candidato, “Vizcaya se opondrá y se levantará en guerra”. Esto es, que se ate los machos porque la agrupación más numerosa del PNV –el 40% de la afiliación- se niega a aceptar su candidatura y arrastraría en su rebelión a Navarra y a parte de Guipúzcoa y Álava.

“Por mucho que presione Arzalluz, Egibar es consciente de que tiene a Vizcaya enfrente y que perderá si se presenta”, reconocen en fuentes internas. La incógnita está en saber si el líder del PNV de Guipúzcoa renunciará en la primera o en la segunda vuelta, dentro del complejo proceso de elección interna del partido.

Una de las claves de su actual silencio reside en las negociaciones que mantienen ambos sectores del PNV, soberanista y pactista, para acordar el reparto del poder interno y evitar la escisión. No se trata sólo de pactar el nombre de Urkullu como presidente del Consejo Nacional (Euskadi Buru Batzar) del PNV, sino acordar la lista de todos sus integrantes.

Fuentes conocedoras de estos contactos reconocen que “se negocia con nombres y apellidos” la relación de los catorce miembros que compondrán el futuro EBB. En el paquete de negociación se incluye, por tanto, a los presidentes de cada territorio (Vizcaya, Álava, Guipúzcoa, Navarra e Iparralde). Se juega, por consiguiente, el reparto de poder interno de todo el partido, que luego se replicará en cascada en cada territorio.

Los negociadores aspiran a acordar una única plancha electoral antes de finales de este mes, porque consideran que no conviene que el PNV llegue dividido a dos fechas claves. La primera es el 28 de septiembre, cuando el lehendakari, Juan José Ibarretxe, proponga en el pleno de política general del Parlamento vasco su consulta soberanista, a la que Imaz se oponía. La segunda es el 30 de septiembre, el Día del Partido (Alderdi Eguna), fiesta que se prolonga durante toda la jornada y suele arrancar con una multidinaria romería. Se celebra siempre el último domingo de septiembre, el más cercano a la festividad de San Miguel.

El ex presidente del PNV Xabier Arzalluz sigue manejando los hilos entre las tramoyas del nacionalismo vasco. Y estos días insiste en su maniobra de presionar a su delfín Joseba Egibar para que orille el consenso interno y se presente candidato a suceder a Josu Jon Imaz al frente del partido.

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