Montilla: “Hay que superar la Cataluña acomplejada, de la queja permanente y del mal humor”

José Montilla se estrenó este miércoles como presidente en su primer discurso del debate político en el Parlamento catalán, algo así como el debate del Estado de la Nación que se celebra en el Congreso. El discurso fue una continuación del que realizó en la sesión de su investidura, aunque con un marco diferente: el despliegue progresivo del nuevo Estatuto, que le permitió profundizar en la visión optimista de la realidad. “Soy más partidario de la normalidad política que de la excepcionalidad política”, dijo. Montilla comenzó glosando la figura de Josep Piqué, ex presidente del PP en Cataluña, que abandonó su escaño hace escasos días.

Si algo se puede destacar de su intervención es la intención de la Generalitat de mantener el respecto y la lealtad institucional. “Estoy convencido de que el progreso de Cataluña está vinculado al reforzamiento institucional por la vía del pleno ejercicio del autogobierno definido en el nuevo Estatuto. Por esto, la acción de gobierno del presente y del futuro que les presento pretende encontrar el punto justo entre la timidez y la temeridad. Entre la timidez que impide plantearse oportunamente los problemas y que lleva a la inacción o a la acción retardada y a la temeridad que lleva a actuar con impremeditación y precipitación”.

José Montilla enumeró cinco ejes básicos de la política institucional de la Generalitat: “La ambición nacional para conquistar el máximo nivel posible de autogobierno en el marco del Estatuto; el compromiso social para dar prioridad a los preceptos que amplías nuestro sistema de bienestar; la eficacia para aplicar el Estatuto con diligencia; el rigor para asegurar todos los pasos que vayamos dando; y la lealtad institucional entre las administraciones implicadas en el despliegue estatutario”.

Contra los excluyentes

En este sentido, reclamó “una Cataluña respetuosa con todas las instituciones, con todos los símbolos y con todas las leyes de nuestro ordenamiento jurídico. Una Cataluña que no necesita quemar nada para hacerse sentir y para hacerse valer”.

Esta referencia contra la campaña instigada desde sectores independentistas –incluso de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), partido que forma parte de su Gobierno- tuvo su continuidad en otra cita de Montilla: “No nos sirve para el futuro estar prisioneros del dilema excluyente entre Cataluña y España, porque aspiramos a una convivencia armónica y justa. Porque nuestro horizonte, compartido con los otros pueblos de España, es Europa. Porque nuestra ambición colectiva de autogobernarnos ha de comportar la capacidad de decidir a través de nuestras instituciones y a través de la influencia de las instituciones españolas y europeas”.

Criticó el presidente catalán duramente los radicalismos (“no nos ayuda a avanzar hacia el futuro la falsa elección entre catalán y castellano”) y puso el dedo en la llaga cuando afirmó que “sólo volveremos a ser un punto de referencia si superamos la Cataluña acomplejada, la Cataluña de la queja permanente y del mal humor. La Cataluña del esfuerzo y el mérito ha de imponerse a la Cataluña del lamento y de la resignación y a la de los que lo quieren todo sin sacrificio”.

160.000 viviendas de protección

En su alocución, Montilla hizo también referencia a las iniciativas llevadas a cabo por su Gobierno desde noviembre pasado, a los planes de futuro –con el anuncio de medidas de fuerte carácter social, como recientemente hizo el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero- y tendió de nuevo la mano a Convergència i Unió (CiU), principal fuerza de la oposición, para alcanzar pactos en cuatro grandes temas: vivienda, inmigración, investigación e infraestructuras.