La esperanza de recuperar el dinero del ‘agujero’ reside en Caja Madrid y La Caixa

El juicio por el caso Gescartera avanza a buen ritmo, pero las acusaciones particulares mantienen una actitud más que escéptica. Actitud que conservan desde el proceso de instrucción del caso a cargo de la juez de la Audiencia Nacional Teresa Palacios: “Desde un primer momento, se excluyó a la CNMV de toda responsabilidad, así como a la ONCE y a otras instituciones financieras, como HSBC y Bankinter”, explican fuentes próximas al caso.

Así las cosas y dado que al final “se ha inculpado de Antonio Camacho para abajo”, la única posibilidad de recuperar el dinero perdido es que “se demuestre la responsabilidad civil subsidiaria de Caja Madrid y La Caixa”. Ambas entidades han rehusado hacer declaración alguna a El Confidencial sobre este proceso, puesto que está aún en curso. Por su parte, al inicio de la vista oral, sus defensas esgrimieron la falta de conocimiento para solicitar su exculpación por lo que entienden un trato discriminatorio con respecto al recibido por otras entidades como Deutsche Bank, Barclays, HSBC o Banco Santander.

El escándalo de Gescartera saltó a la palestra el 14 de junio de 2001, cuando la CNMV intervino esta oscura agencia de valores con 50,2 millones de euros desfalcados y 4.000 clientes afectados. Los imputados, finalmente, han sido 14 personas, encabezados por el principal accionista de la sociedad, Antonio Camacho, que tendrán que responder por los delitos de estafa y apropiación indebida.

Sin embargo, “está claro que la CNMV tuvo, cuando menos, una actitud poco diligente cuando cuatro meses antes de intervenir Gescartera le había dado la certificación para convertirse en agencia de valores con la entrada en el accionariado de la ONCE… Tampoco la ONCE ha sido imputada, ni HSBC por las cuentas no numeradas, ni Bankinter...”, continúan las mismas fuentes. La exclusión de responsabilidad la CNMV se explica “para evitar la acusación de responsabilidad civil subsidiaria del Estado”.

Y es que sobre el ‘Caso Gescartera’ se han escrito ríos de tinta, “no por el pufo, que al lado de otros es poco, sino por las posibles implicaciones políticas que hizo que todos los partidos se tentaran la ropa”. El caso más claro es Pilar Giménez Reyna, presidenta de Gescartera y hermana del ex secretario de Estado de Hacienda con el Gobierno Aznar, Enrique Giménez Reyna, quién dimitiría 20 de julio de 2001. Pero el caso apuntaba a pesos pesados como el propio ex ministro de Economía Rodrigo Rato: “La pista de Rato se cerró en cuanto se excluyó del caso al HSBC”. Ante el temblor político, los principales partidos PP y PSOE se presentaron como acusaciones particulares: “Pero, una vez centrado el caso en las cabezas visibles, esto es, de Antonio Camacho hacia abajo, los partidos se retiraron”.

Un cúmulo de despropósitos

La delimitación de las responsabilidades en las cabezas visibles de Gescartera, no ha sido el único despropósito para las acusaciones particulares. La juez Palacios dijo desde un primer momento que su objetivo era identificar dónde estaba el dinero “y eso no lo ha conseguido”. Por otra parte, la instrucción de la juez concluyó en el mes de mayo de 2005 y han tenido que pasar más de dos años para la apertura del juicio oral. Esto se debe a que, “pese a las grandes cantidades estafadas, nadie estaba en la cárcel, no había prisa, el señalamiento del juicio era normal”, argumentan los afectados.

La vista oral del caso continúa y su finalización está prevista para el 19 de diciembre. Con todo y con eso, afirman ser conscientes de que seguirán ‘esperando sentados’ porque, “casi con toda seguridad, el caso acabará en el Tribunal Supremo y éste, por su puesto, se tomará su tiempo”.