Solbes defiende el apoyo del PNV a los Presupuestos a pesar del desafio soberanista de Ibarretxe

“Me deja preocupado, señor Acebes ¿está diciendo que el PNV no tiene legitimidad para pactar y negociar en esta Cámara?". Con esta pregunta, el vicepresidente económico, Pedro Solbes, defendía ayer en el Congreso el posible apoyo de este partido a los Presupuestos Generales del Estado de 2008. El secretario general popular acababa de incidir en el doble juego del lehendakari, Juan José Ibarretxe, y su partido: por un lado, desafiar al Estado con la convocatoria de un referéndum ilegal y, por el otro, negociar las cuentas públicas de todos los españoles.

"No es un problema de legitimidad, sino de voluntad política en defensa de la integridad territorial, cuando hay un chantaje independentista al Estado", fue la respuesta de Ángel Acebes mientras le reprochaba que pactara con un partido que planea saltarse la legalidad. El vicepresidente no se amilanó y defendió por segunda vez la legitimidad del PNV para votar a favor de unos Presupuestos de los que aún no se sabe si tendrán los apoyos suficientes para que prosperen al ser vísperas electorales.

Los nacionalistas vascos se resisten a revelar su voto final para los Presupuestos, ya que aspiran a aumentar las inversiones del Estado en la autonomía y a que haya más garantías al cumplimiento del Concierto Económico. Hasta el desafío de Ibarretxe, todo el mundo entendía que había un pacto implícito: apoyo del PSE a los presupuestos del Ejecutivo vasco a cambio del voto favorable del PNV a los del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. La llave del voto favorable del PNV reside en un acuerdo alcanzado la víspera misma de que Ibarretxe lanzara su órdago al Estado.

El Congreso aprobó el jueves pasado, con la abstención del PP, el llamado Cupo vasco (la Ley Quinquenal del Concierto Económico Vasco) para los años 2007-2011. Tal norma prolonga la metodología vigente que Economía cuestionaba, al considerar que Euskadi pagaba menos al Estado de lo que en realidad le corresponde. Además, incluye la financiación del País Vasco ante la nueva regulación sobre la Dependencia y contiene una cláusula para compensar los flujos financieros cuando el Gobierno apruebe leyes que afectan al gasto autonómico.

Referéndum

Al día siguiente llegó el desafío de Ibarretxe que, ayer, se convirtió en el eje central de la sesión de control al Gobierno. Zapatero dejó claro en el Congreso que cierra la puerta a toda negociación sobre un referéndum como pretende el lehendakari, pero también incidió en la necesidad de mantener su estrategia basada en que el Estado realice una respuesta prudente y responsable.

En cambio, el líder del PP, Mariano Rajoy, considera que al presidente se le han ido “las cosas de las manos” por su “imprudencia” como cuando declaró que la definición de nación era algo discutible o que realizaría un diseño territorial en el que todos se sintieran cómodos. Para Rajoy, lo "peor de todo esto" es que Zapatero "no acierta a comprender la gravedad y las consecuencias de lo que ha hecho hasta ahora".

El optimismo de Zapatero

En el PSOE ha triunfado la tesis de que la respuesta tiene que venir de la propia sociedad vasca, con el PSE de líder, para desactivar ese victimismo de Ibarretxe, según fuentes internas. Esta es la razón de que Zapatero tenga una respuesta política de tono bajo, pero dejando claro al lehendakari que el Estado no admite desafíos legales y que actuará en consecuencia. De paso, los socialistas intentan mantener en el ojo público un debate que les beneficia: la economía y esa despensa llena de superávit de la que alardea Solbes.