Rouco se desmarca del discurso ‘duro’ de Cañizares para presidir de nuevo la Conferencia Episcopal

Habiendo elecciones, hasta la curia se revoluciona. La próxima Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal, prevista entre el 3 y 8 de marzo de 2008, tendrá como ‘orden del día’ la renovación de la presidencia regentada desde 2005 por el obispo bilbaíno Ricardo Blázquez, cargo que pretende de nuevo el cardenal de Madrid Antonio María Rouco Varela.

El talante moderado de Blázquez se ha contrapuesto en múltiples ocasiones a la dureza del discurso de Rouco y el actual vicepresidente de la Conferencia Antonio Cañizares, de la Archidiócesis de Toledo. Ambos han atacado duramente las medidas más polémicas del actual Gobierno e, incluso, se han echado a la calle por la ley biomédica, la legalización del matrimonio homosexual o la asignatura Educación para la Ciudadanía.

Ante la inminencia de las elecciones, monseñor Rouco ha sorprendido a propios y extraños moderando su discurso, desmarcándose de la contundencia de Cañizares. Recientemente, el arzobispo de Madrid ha llamando a los padres a responder con “procedimientos legales” contra la asignatura Educación para la Ciudadanía, en lugar de optar por la objeción de conciencia.

Aunque tampoco he renunciado a suavizar su discurso incluso en temas políticos. Según ha podido saber El Confidencial, durante una reciente reunión con obispos catalanes, Rouco relajó su total oposición al Estatut de Cataluña porque, al fin y al cabo, tampoco es que se vaya a romper España. Una actitud que tiene la vista puesta en marzo de 2008.

Según fuentes conocedoras de la Conferencia Episcopal, Rouco cuenta con el apoyo de más obispos que Blázquez: “El grupo más numeroso quiere el cambio, quiere de nuevo a Rouco. En primer lugar, porque el hecho de que en 2005 ganara un obispo como Blázquez contra un cardenal y por un voto es como si en el Ejército un sargento se impusiera a un general. En segundo lugar, por su talante dialogante, que no gusta nada ante el peligro, según se siente en la Conferencia Episcopal, de la pérdida de la identidad de España como una nación unida y cristiana”.

Rouco quiere jugar sus bazas. “Está preparando su estrategia”, continúan las mismas fuentes, “se quiere colocar en un centro entre el moderado Blázquez y la derecha más extrema de Cañizares, para convertirse en el moderador con el Gobierno”. Además, “quiere y espera quitarse de en medio al propio secretario general que él puso, monseñor Juan Antonio Martínez Camino, sobre todo después de que éste criticara que el ‘cheque bebé’ favoreciera a las madres solteras. El cargo de secretario dura cinco años, pero está prevista su marcha a Roma y coincidiría en el tiempo con la Asamblea Plenaria”.

No obstante, esta ‘campaña’, por utilizar un símil civil, comenzó desde el primer momento del nombramiento de Blázquez: “Rouco iba a ser reelegido por tercera vez, algo que pocos miembros habían conseguido, el último fue el cardenal Tarancón”.

Con todo y con eso, la tradición eclesiástica puede pesar más que la mayoría de apoyos de Rouco Varela: “Sería la primera vez que un presidente de la Conferencia Episcopal no es reelegido por segunda vez, lo normal es que estén seis años por eso. Muchos obispos piensan que sería un feo hacia Blázquez y, además, a la Institución”.

Posible retraso de la Asamblea Plenaria