Los conservadores se hacen con la mayoría en el Constitucional tras admitir la abstención de Casas

Con una semana de retraso, el pleno del Tribunal Constitucional ha admitido finalmente las abstenciones de su presidenta María Emilia Casas y el vicepresidente Guillermo Jiménez en la votación del recurso interpuesto por el Partido Popular contra la reforma de la Ley de este Alto Tribunal (LOTC) que permitiría alargar el mandado de ambos y, por tanto, continuar con el voto de calidad de Casas cuando llegue el momento de deliberar sobre proyectos como el Estatut de Cataluña.

Del mismo modo, el Constitucional ha aprobado la providencia en la que se acuerda admitir a trámite el mencionado recurso contra la LOTC. Según fuentes del Alto Tribunal, citadas por la agencia Efe, la decisión se adoptó gracias al voto de calidad del presidente accidental del pleno, el conservador Vicente Conde, después de que en la votación se registrara un empate a cinco.

En este momento, la mayoría de los magistrados reside en el ala conservadora y, tal y como están las cosas, todo apunta a que el Gobierno recusará a los jueces Roberto García-Calvo y Jorge Rodríguez Zapata. Intención de la que ya había avisado el secretario de Organización del PSOE José Blanco y el portavoz del mismo partido en el Congreso Diego López Garrido: “Si existen las bases legales, el Ejecutivo no es que pueda, es que debe hacerlo”. Hasta el momento, los datos para iniciar la solicitud de recusación los estaba recabando la Abogacía del Estado.

La LOTC entró en vigor el pasado 26 de mayo y el PP la recurrió dos meses después, pero para entonces dos magistrados conservadores, Roberto García-Calvo y Jorge Rodríguez-Zapata, ya habían dirigido al tribunal un escrito en el que mostraban su rechazo a la reforma y cuestionaban la legitimidad de Casas.

Si el pleno del Constitucional rechazase el recurso popular contra la LOTC, las fuerzas volverían a equilibrarse con seis progresistas (María Emilia Casas, Pascual Sala, Eugeni Gay, Elisa Pérez, Manuel Aragón y Pablo Pérez Tremps) frente a seis conservadores (Guillermo Jiménez, Vicente Conde, Javier Delgado, Roberto García-Calvo, Jorge Rodríguez-Zapata y Ramón Rodríguez Arribas). En este caso, el voto de calidad de la presidenta Casas es decisivo para inclinar la balanza a favor de los primeros. Sin embargo, con Vicente Conde presidiendo por veteranía el Alto Tribunal y, por tanto, con su voto de calidad, el PP tiene todas las de ganar.

Inmovilidad de posturas

Ante la evidente inamovilidad de las posturas de unos y de otros, con la consecuente incapacidad de consenso, la única forma de romper el empate que parecen haber encontrado los miembros del tribunal es la de mermar los efectivos del bando rival a través de abstenciones y/o recusaciones de magistrados.

Cabe recordar que los conservadores fueron los primeros en apuntarse un tanto cuando, en febrero, el pleno aceptó por seis votos a cinco la recusación del progresista Pablo Pérez Tremps en el recurso contra el Estatut, planteada por el PP con el argumento de que había asesorado a la Generalitat de Cataluña, todavía presidida por CiU, antes de acceder al tribunal. Los progresistas, que habían accedido a tramitar la recusación confiando en que no prosperaría, mientras rechazaban de plano la planteada por el Gobierno catalán contra el conservador Roberto García-Calvo, se vieron sorprendidos por la decisión, que les dejaba en minoría en este asunto.