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Zapatero salva los presupuestos ‘in extremis’ con el apoyo de dos tránsfugas y de nacionalistas minoritarios
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Zapatero salva los presupuestos ‘in extremis’ con el apoyo de dos tránsfugas y de nacionalistas minoritarios

El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero consiguió ayer salvar in extremis la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado en el Congreso por sólo nueve

Foto: Zapatero salva los presupuestos ‘in extremis’ con el apoyo de dos tránsfugas y de nacionalistas minoritarios
Zapatero salva los presupuestos ‘in extremis’ con el apoyo de dos tránsfugas y de nacionalistas minoritarios

El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero consiguió ayer salvar in extremis la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado en el Congreso por sólo nueve votos de diferencia gracias al apoyo de dos tránsfugas, del PNV y de los partidos nacionalistas minoritarios de Aragón y Galicia, así como a la abstención de un ecosocialista catalán.

Lejano queda ya el inicio de la legislatura, cuando los socialistas lograron escenificar la soledad del PP en el Parlamento. El bando formado ayer contra el PSOE era multitud: estaba integrado por los populares y sus ex aliados de ERC, IU, CiU, CC, EA y NaBai. Todos a una, intentaron impedir que las cuentas públicas se debatieran en las Cortes Generales y casi lo lograron: 168 votos diputados votaron mandarlos de regreso a La Moncloa, frente a 177 en contra y la abstención de Joan Herrera, el parlamentario de ICV que sucumbió a la chequera del Gobierno en pro de la Generalitat de Cataluña.

Los grupos parlamentarios tocaron a rebato en una tarde cardiaca: se jugaban que Zapatero mordiera el polvo y tuviera que prorrogar los presupuestos de 2007 a escasos meses de las elecciones, como le ocurrió a su antecesor Felipe González en 1995 con Pedro Solbes como ministro de Economía. Los pífanos de cada grupo llamaron por teléfono incluso a los que tenían graves motivos para ausentarse. Y se presentaron los diputados del PP Rogelio Baón, gravemente enfermo, y María Salom, a punto de dar a luz. Por el PSOE, la única ausente prevista, Arantxa Mendizábal, interrumpió su revisión médica. Faltó José Domingo Oreiro, del PP, que no pudo viajar porque está en situación de minusvalía.

Una diputada del PP llegó 30 segundos tarde, Carmen Matador, a causa de un debate televisivo que le había adjudicado Ignacio Astarloa, mientras que los populares no tenían explicación para la ausencia imprevista de Juan Carlos Guerra Zunzunegui, que había estado hasta el final en el hemiciclo. Además, Juan Salort diputado de este grupo, se confundió y votó a favor del Gobierno

Fallece el hermano de Solbes durante el debate

Fue una jornada dramática para Solbes. A media mañana, cuando intervenía durante el turno de réplica, le comunicaron que su hermano Manuel acababa de fallecer tras una larga enfermedad. Aprovechó el receso de la hora de comer para ir a reunirse con su familia. A las cuatro de la tarde estaba de vuelta en su escaño, todo entereza, para continuar con el debate. A su término, no ofreció rueda de prensa y se dirigió hacia el tanatorio.

La votación arrojó el peor resultado de todas las cuentas publicas de la era Zapatero desde que el PSOE llegó al poder en 2004. “Victoria pírrica”, llegó a calificarla Herrera, a causa de lo que considera ausencia de cesiones para la izquierda y para el medio ambiente. Pero como había triunfos para Cataluña, optó por la abstención, con el consiguiente enfado de sus compañeros de grupo de IU, por un lado, y sus aliados de ERC por el otro. Los primeros, porque les dejó solos en el voto negativo; los segundos, porque se llevó el acuerdo que los socialistas tenían reservado, cual caramelo, para ellos. Sin olvidar a sus aliados del PSC, que andaban molestos porque sólo se abstenía y no votaba a favor de unas cuentas “magníficas” para Cataluña y donde habían echado el resto.

Esquerra tenía un arma oculta

El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero consiguió ayer salvar in extremis la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado en el Congreso por sólo nueve votos de diferencia gracias al apoyo de dos tránsfugas, del PNV y de los partidos nacionalistas minoritarios de Aragón y Galicia, así como a la abstención de un ecosocialista catalán.

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