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Los técnicos advirtieron a la ministra en 2004 de los riesgos de crear tres estaciones de AVE en Barcelona
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Los técnicos advirtieron a la ministra en 2004 de los riesgos de crear tres estaciones de AVE en Barcelona

La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, conocía desde 2004 que las obras de AVE convertirían a Barcelona en un infierno ya que los servicios técnicos de

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Los técnicos advirtieron a la ministra en 2004 de los riesgos de crear tres estaciones de AVE en Barcelona

La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, conocía desde 2004 que las obras de AVE convertirían a Barcelona en un infierno ya que los servicios técnicos de su departamento le desaconsejaron el proyecto actual porque suponía crear tres estaciones de Alta Velocidad en una ciudad con graves dificultades orográficas y en la que confluían tres niveles de redes ferroviarias en el mismo espacio, según ha podido saber este diario.

A pesar de estas advertencias, la ministra Álvarez siguió adelante con las tres estaciones proyectadas debido a que así lo reclamaba el PSC, el ayuntamiento, la Generalitat y el Parlamento catalán, después de un pacto alcanzado con el Gobierno del Partido Popular en 1996. Aunque técnicamente era viable, los especialistas desaconsejaban alterar de esta forma el subsuelo de Barcelona porque había que meter una cuarta red allí donde ya discurrían, en distintos niveles, los trenes de Cercanías, el ferrocarril convencional y el Metro. Todo ello en un espacio pequeño que está “acolmatado” por el arrastre de aguas, arena y arcilla hacia el mar como en la zona del Bajo Llobregat donde se han producido los socavones y boquetes.

Los especialistas recomendaron en diversas ocasiones a Álvarez que alertara de las consecuencias de estas obras a la sociedad catalana, a la que había que preparar desde el principio para “el infierno” que iba a sufrir durante años ya que, al mismo tiempo, se alteraban nudos claves de comunicaciones como ocurría con la estación de Cercanías de Sants. Alguno de ellos llegó al tildar el proyecto de "una locura", aunque fuera viable.

Pero la ministra optó por el perfil bajo en lugar de planificar una gran campaña de difusión para que los catalanes conocieran el alcance de las obras y los beneficios que iba a obtener de ellas, como es modernizar las líneas que confluyen en Sants, por ejemplo. Y, a pesar de tantas advertencias, no preparó un plan alternativo en el caso de que Renfe tuviera que suspender el servicio, como ocurre desde hace dos semanas con tres líneas y que afecta a 160.000 usuarios. Así, los barceloneses desconocían el plan de emergencia y varios autobuses ‘lanzadera’ que suplen estas líneas se perdían al principio por Barcelona ya que sus conductores no estaban familiarizados con las calles de la ciudad.

Sucesivos informes

Los técnicos de Fomento preveían numerosas dificultades durante las obras del AVE ya que en Barcelona está rodeada de montañas y en ella confluyen las aguas que van hacia el mar. La zona del Prat, donde se han producido los socavones, es el delta del río Llobregat y está formada por arena y arcillas. De ahí que los ingenieros destacaran las dificultades de hacer tres estaciones de AVE, y no una como ocurre con el resto de los destinos planeados.

Estos sucesivos informes fueron elaborados a partir de 2004, cuando la nueva ministra decidió revisar las infraestructuras aprobadas por su antecesor, Francisco Álvarez Cascos, del PP. Entre ellas estaba el AVE a Barcelona y sus tres estaciones proyectadas, la de Sants, la de Sagrera y la del aeropuerto del Prat. Unir las dos primeras suponía construir además un túnel que atravesara toda la ciudad y pasar al lado de la Sagrada Familia, como así decidió finalmente Álvarez, en vista de las presiones que realizaban las instituciones catalanas.

La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, conocía desde 2004 que las obras de AVE convertirían a Barcelona en un infierno ya que los servicios técnicos de su departamento le desaconsejaron el proyecto actual porque suponía crear tres estaciones de Alta Velocidad en una ciudad con graves dificultades orográficas y en la que confluían tres niveles de redes ferroviarias en el mismo espacio, según ha podido saber este diario.