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La política exterior de Moratinos lastra a Zapatero al final de la legislatura
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La política exterior de Moratinos lastra a Zapatero al final de la legislatura

Inesperado. La agenda de José Luis Rodríguez Zapatero y del PSOE no incluía convertir las relaciones exteriores de España en el centro del debate a escasos

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La política exterior de Moratinos lastra a Zapatero al final de la legislatura

Inesperado. La agenda de José Luis Rodríguez Zapatero y del PSOE no incluía convertir las relaciones exteriores de España en el centro del debate a escasos cuatro meses de las elecciones generales, y mucho menos desatar una la crisis con Hugo Chávez de imprevisibles consecuencias, como es el mandatario venezolano. Del Mediterráneo al Atlántico, la política exterior de Miguel Ángel Moratinos ha eclosionado, justo cuando el presidente daba marcha atrás a alguna de las decisiones adoptadas al inicio de la legislatura en esta materia.

Una por una, las principales políticas desplegadas por el ministro han entrado en barrena. Moratinos anda ahora intentando salvar el honor a su estrategia de potenciar el papel de España en Oriente Medio. Pero, a pesar de sus esfuerzos, aún no ha conseguido ser invitado en la Conferencia de Paz entre palestinos e israelíes que se celebrará el 30 de noviembre en Annapolis, Maryland, bajo el patrocinio de Estados Unidos. Y mira que lo intentó con Condoleezza Rice cuando la secretaria de Estado norteamericana le recibió recientemente como presidente de turno de la OSCE. Pero no hay forma, por ahora.

Los israelíes no se fían de Moratinos. Su Gobierno aún no se puede creer que Zapatero anunciara al orbe una Conferencia de Paz de Oriente Medio donde estaría Israel pero sin consultarlo previamente con ellos. La propuesta no duró ni 24 horas. “Nos bastamos nosotros mismos para hablar con los palestinos, no necesitamos precisamente a España”, aseguró con desconcierto un ministro en privado que calificó de “infantil” la propuesta española.

De Siria ya ni mentarla. Allí se fue de viaje el ministro, rompiendo el embargo europeo para anunciar después que ese país le había garantizado que no intervendría en Líbano y que influiría en Hezbolá para lograr un alto el fuego. Pero todavía estaba en el avión cuando los sirios le desmintieron, mientras Francia expresaba su malestar por el viaje. “Le han tomado el pelo”, expresó el galo Jacques Chirac.

Pintan bastos para España sin salir del Mediterráneo: Marruecos y Argelia están que trinan, justo en estas vísperas electorales y cuando parte del electorado español es especialmente sensible a lo que ocurra con ambos países. El primero ha retirado el embajador como protesta por la visita de los reyes a Ceuta y Melilla, cuando Moratinos había garantizado a Zapatero que el Gobierno alauita no montaría el escándalo.

Mientras, la sociedad argelina percibe el giro español con el Sahara como una agresión, de ahí que fuentes de ese país consideren que la posición de España en este conflicto pudo influir en la decisión de su empresa estatal Sonatrach de romper su acuerdo con Repsol YPF y Gas Natural en septiembre pasado, aunque la circunscriban en el ámbito empresarial.

Y cuando Zapatero había dado instrucciones de extremar la delicadeza diplomática con el Magreb, estalla la crisis al otro lado del Atlántico. Nadie esperaba que Chávez convirtiera la Cumbre Iberoamericana en un insultódromo. “Por nosotros, no te molestes en llamar”, fue la respuesta que recibió algún periodista cuando comunicó a sus jefes que viajaba a Santiago de Chile para el evento.

En el PP creen que “la laxitud y la permisividad” del Gobierno hacia el líder venezolano ha sido determinante en esta crisis. El venezolano lleva tres años insultando a José María Aznar, epítetos que repitió en la primera jornada de la Cumbre y que Zapatero no le echó en cara cuando luego comieron juntos y brindaron por los pobres, como recordó el propio Chávez.

El 'lenguaraz' Moratinos

Inesperado. La agenda de José Luis Rodríguez Zapatero y del PSOE no incluía convertir las relaciones exteriores de España en el centro del debate a escasos cuatro meses de las elecciones generales, y mucho menos desatar una la crisis con Hugo Chávez de imprevisibles consecuencias, como es el mandatario venezolano. Del Mediterráneo al Atlántico, la política exterior de Miguel Ángel Moratinos ha eclosionado, justo cuando el presidente daba marcha atrás a alguna de las decisiones adoptadas al inicio de la legislatura en esta materia.

Miguel Ángel Moratinos