Zapatero se cubre el flanco de la derecha con Bono y ‘roba’ la iniciativa a Rajoy

Nuevo golpe de efecto de José Luis Rodríguez Zapatero en el tablero político. Esta vez, mueve el peón del ex ministro de Defensa José Bono. El PSOE anunció ayer que será el candidato por Toledo y, ya puestos, el presidente del Congreso, si consigue la mayoría suficiente. El líder socialista intentó así cubrirse el flanco del electorado de centro-derecha, una de sus principales debilidades, y robar la iniciativa política a Mariano Rajoy, presidente del PP.

Es habitual que un presidente del Gobierno marque la agenda política –están a su disposición el BOE y los resortes del Estado-, pero Zapatero siempre ha tenido dificultad para manejarla frente al PP. Sin embargo, en los últimos días se muestra especialmente activo en el ‘robo’: el domingo, con su proclamación como candidato del PSOE; el lunes, con la designación de Pedro Solbes como próximo vicepresidente económico para satisfacer las demandas de empresarios amigos y eludir la aureola de izquierda radical que envuelve al resto de su equipo. Y, ayer, con el anuncio de la candidatura de Bono. Si no fuera por el socavón de Magdalena Álvarez, su ministra salvada in extremis de la reprobación del Congreso, se podría decir que el presidente maneja el tiempo político a su antojo.

Mientras, Rajoy se mantiene fiel a su criterio inicial. Ahora es tiempo de debatir el programa, de las conferencias sectoriales, y hasta la segunda quincena de enero el PP no anunciará las candidaturas. Este fin de semana toca abordar la reforma parcial de la Constitución. A juicio del líder popular, se asiste a dos culebrones: el de Álvarez y el de Bono, a quien "primero se le echó y ahora se le quiere recuperar"https://www.elconfidencial.com/espana/2007-07-09/bono-regresa-a-la-politica-zapatero-le-ofrece-ser-cabeza-de-lista-por-toledo_514347/> La primera, en julio, cuando José Blanco reveló esta confidencia durante una boda; la segunda, en septiembre, con el anuncio de la oferta a presidir el Congreso y, la tercera, ayer mismo.

Bono desplegó incluso un cierto estilo florentino al reconocer el “cariño” que le une con el secretario de Organización socialista, encargado de comparecer con él ante la prensa. Un sentimiento mutuo y verídico porque, dijo, “para los que somos malos jugando de poker, se notaría la jugada”. Recurrió a la humildad –“soy consciente de lo que represento en el tablero de la política, yo no soy más que un peón que quiere ayudar” para que el PSOE logre la victoria-; hizo sus primeras promesas –se comprometió a que el Congreso sea “una casa de respeto”- y, de paso, exhibió sus galones –sus mayorías absolutas en Castilla La Mancha- y sus "40 años" de militancia en el partido.

Bono, el peón de Zapatero, es consciente de que atrae electores del centro derecha, algo que “no me incomoda” y anunció su objetivo: "Trabajar para que mi partido tenga una amplia mayoría y, si es absoluta, no crea que voy a lamentarlo". No reveló si el presidente se había comprometido a ir con él de la mano en la reforma territorial o en la negociación con la banda terrorista ETA, las dos discrepancias que, al parecer, le llevaron a abandonar la política hace dos años.

¿Y si la moneda cae de canto? Ahí estará Bono

Zapatero gana con la designación de Bono, al que le acota el terreno al designarlo en posición de salida como presidente del Congreso. Y también gana el político castellano-manchego.