La unidad frente al terrorismo dura 48 horas: Zapatero no va a la manifestación "porque no coge pancartas"

La tan ansiada unidad frente al terror se resquebrajó ayer, poco más de 48 horas después de que ETA asesinara a quemarropa en Francia al guardia civil Raúl Centeno y dejara en muerte cerebral a su compañero Fernando Trapero. Ni José Luis Rodríguez Zapatero ni sus ministros acudirán hoy a una manifestación unitaria que ha sido convocada en Madrid por todos los partidos presentes en el Congreso, los sindicatos y la patronal. Tampoco lo hará la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), aunque sí estará el Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite).

El hombre llamado a liderar a la sociedad española, el presidente del Gobierno, ha optado por no presentarse a la manifestación de protesta contra el asesinato de dos jóvenes guardias civiles en suelo francés, por primera vez en treinta y un años. En su entorno sostienen que no acude porque quiere “preservar la unidad de los demócratas” en su repulsa frente a ETA, y porque no desea que le acusen de politizar la concentración a tres meses de las elecciones generales. También reconocen que ha influido en su decisión las críticas surgidas desde algún medio radiofónico contra esta protesta unitaria.

En La Moncloa explican que Zapatero quiere ser “el presidente de todos los españoles” y que, por eso, nunca ha acudido en calidad de jefe del Ejecutivo a ninguna manifestación. Tampoco a la convocada hace cerca de un año tras el atentado de la T4, cuando ETA asesinó a dos ciudadanos ecuatorianos con un coche bomba.

Zapatero tiene una visión política sobre la relación entre las protestas callejeras y el poder Ejecutivo. “Mientras José María Aznar se ponía al frente de las manifestaciones, él piensa que son los ciudadanos los que tienen que hacerlo. El Gobierno no coge la pancarta, sino que detiene a los malos”, sentencian fuentes del entorno del líder socialista, cuya oposición frente a los gobiernos del PP se caracterizó precisamente por las protestas callejeras.

La representación política del primer acto de unidad política y social en una década ha quedado reducida a los portavoces parlamentarios de los partidos políticos presentes en el Congreso, a excepción de Jesús Caldera y Carme Chacón quienes, a pesar de ser ministros, acuden en calidad de miembros de la Ejecutiva del PSOE. Aunque Mariano Rajoy, presidente del PP, estará presente. Tampoco se entendería su ausencia, indican en fuentes de IU, dado que ha acudido a seis de las siete manifestaciones convocadas por las víctimas del terrorismo.

Ciudadanos y víctimas, divididos

Si algo tiene la banda terrorista ETA es su capacidad perversa de suscitar la división de los demócratas en cada asesinato y en cada comunicado que perpetra. En el País Vasco las concentraciones de protesta convocadas ayer por los ayuntamientos se celebraron en silencio, mientras que en Madrid el concejal socialista Pedro Zerolo recibió insultos homófobos –“Zerolo, ¿qué haces aquí, maricón?”- por parte de un grupo de asistentes. Los cinco minutos de silencio de la plaza de Cibeles fueron rotos en ocasiones por gritos proferidos contra los representantes socialistas -"sinvergüenzas", "traidores" y "asesinos"- y "vivas" a España y a la Guardia Civil. En Córdoba, las víctimas se enfrentaron al colectivo de peones negros, surgido a raíz de las investigaciones sobre la masacre del 11-M. Y en Málaga, Sevilla y Zaragoza hubo cruce de insultos y acusaciones.