Zapatero vuelve a pedir unidad mientras Rajoy condiciona su apoyo a no negociar con ETA

Si el rostro del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, era serio, el del líder del PP, Mariano Rajoy, no era menos adusto ayer, durante la jornada de luto en el Congreso de los Diputados por el fallecimiento del guardia civil Fernando Trapero, asesinado por ETA. Zapatero hizo un llamamiento al “entendimiento sincero” entre los partidos para lograr un frente unitario contra el terrorismo, aunque se sinceró y reconoció que esa unidad “llevará su tiempo alcanzar”. Rajoy respondió en su línea: “quien apuesto por la derrota de ETA puede contar conmigo”. La desunión entre ambos era palpable.

Zapatero siempre mide sus palabras cuando se trata de hablar sobre ETA. Y ayer no contestó claramente a una pregunta de los periodistas sobre si cierra la puerta a la negociación con la banda terrorista, algo que reclama el PP. El presidente optó por una respuesta en la que, con firmeza, destacó que la lucha contra la banda terrorista se demuestra con hechos. “Los hechos son contundentes, inequívocos e indiscutibles” de la voluntad del Gobierno de derrotar a ETA dentro del Estado de Derecho.

A ambos partidos les separa un abismo: si el fin de ETA se afronta desde la negociación con la banda o a través del encarcelamiento de los terroristas. El presidente del Gobierno reconoció que las distancias entre ellos “han sido muy fuertes” pero expresó su deseo de caminar hacia la unidad, “que no puede lograrse de la noche a la mañana”; en suma, a dar “los pasos necesarios” para alcanzarla y conseguir “el diálogo fluido” con Mariano Rajoy.

“La democracia siempre se impone a la barbarie y la libertad siempre derrota a la violencia”, proclamó el presidente después de transmitir nuevamente su pésame a los familiares de los dos guardias civiles asesinatos por ETA en Francia. A su juicio, el único horizonte que tiene España es combatir a la banda desde “la fortaleza y la efectividad” de un sistema de derecho.

Si una virtud tiene Zapatero es su capacidad para manejar los tiempos políticos, dicen los que le conocen. Y ayer el presidente apuntó a Acción Nacionalista Vasca (ANV), el trasunto de Batasuna que, nuevamente, se ha negado a condenar los asesinatos de los guardias civiles. "La legalidad de ANV es mucho más frágil hoy que ayer". ¿Se impedirá entonces que este partido se presente a las elecciones generales, como pretende, y se ilegalizará a PCTV-EHAK? La respuesta la dejó en manos de las pruebas que recaben las fuerzas de seguridad, la Justicia y el ministerio público, que cada uno desarrolle su papel y más adelante “veremos el final de este proceso”.

'No se puede permitir una legislatura' tan dura y ruda

En el ambiente aún planeaban el llamamiento al consenso y al sentido del límite que acababa de hacer el presidente del Congreso, Manuel Marín, en la sala de al lado: “No se puede permitir otra legislatura tan dura y tan ruda como hemos tenido”. Una especie de testamento político, porque el político socialista se retira, harto de tanta tensión partidista. En la calle, varios cientos de personas de uno y otro bando abucheaban o aplaudían a los dirigentes políticos, según su afinidad política.

Muchos diputados populares quisieron ver en las palabras de Marín una ‘reprimenda’ al presidente del Gobierno, aunque Rajoy se negó a valorar sus palabras: “Yo no hago valoraciones del discurso del presidente del Congreso”, afirmó en un tono a medio camino entre el respeto y la displicencia. No se dio por aludido.