Solo uno de los dos etarras detenidos en Francia participó en los asesinatos de Capbreton

Solo uno de los tres etarras que participaron en el atentado de Capbreton que costó la vida a dos Guardias Civiles está en manos de la policía francesa. Se trata de la mujer, Saioa Sánchez Iturregui, alias Hintza, detenida el miércoles 5 de diciembre en la localidad de Châteauneuf-de-Randon junto con el también etarra Asier Bengoa. La novedad reside en que Bengoa no participó en el atentado. Un billete de tren Toulouse-Burdeos que le fue intervenido al ser interceptado, parece indicar que no podía hallarse en Capbreton cuando se cometieron los asesinatos.

De acuerdo con fuentes de toda solvencia consultadas por este diario, los tres terroristas –dos hombres y una mujer- que el sábado 1 de diciembre en Capbreton primero encañonaron y después dispararon a quemarropa contra los Guardias Civiles Raúl Centeno y Fernando Trapero, huyendo a continuación en un Volkswagen Golf de color gris, se separaron en algún momento del domingo 2 de diciembre en los alrededores de Burdeos, ciudad a la que llegaron a bordo de un Peugeot 307 robado a punta de pistola en Haut Mauco, a cuya dueña mantuvieron como rehén durante más de dos horas.

De acuerdo con el relato de los hechos realizado por las fuentes, en Burdeos la etarra Sánchez, 26 años, se separa de sus dos compañeros, emprendiendo la huida por su cuenta. En algún momento de su periplo, sin embargo, y a lo largo de ese domingo 2 de diciembre pidió ayuda a través de su teléfono, llamadas que han quedado registradas en la memoria del móvil que le fue intervenido a la hora de su detención. Se trataba, al parecer, de un ‘SOS’ dirigido a alguien de la organización pidiendo ayuda para ocultarse.

La tesis parece haber quedado corroborada por el hallazgo, en poder del otro etarra detenido, Asier Bengoa, de un billete de tren para el trayecto Toulouse-Burdeos. Su misión habría consistido en acudir al rescate de Saioa en Burdeos o alrededores para conducirla al piso franco de Toulouse –intervenido después por la policía gala- controlado por Bengoa, donde pensaba ocultarse hasta que pasara la tormenta.

De hecho, la gendarmería francesa se refiere a Bengoa como “presunto” participante en los asesinatos, en contra de la certidumbre que aplica a Sánchez Iturregui como coautora material de los disparos que acabaron con la vida de los Guardias Civiles españoles. Los hechos, con todo, distan mucho de estar totalmente aclarados. En efecto, a favor de la participación de Asier Bengoa en el atentado parece hallarse el descubrimiento de su ADN en un cepillo de dientes hallado en el Peugeot 307 robado en Haut Mauco, un dato que, sin embargo, algunas fuentes policiales españoles ponen en solfa.

El caso es que el lunes 3 de diciembre, los dos etarras intentaron robar otro coche Volkswagen en la localidad de Gabillou, unos 80 Km al noreste de Burdeos, sin conseguirlo dada la feroz oposición de su dueño. Se trataba, según declaró el afectado, de “un hombre y una mujer con fuerte acento español”. Desde allí emprenden viaje en dirección sudeste a bordo de un Renault Clio de color verde.

Así llegan hasta Revel, villa a medio camino entre Toulouse y Carcassonne. Pero, obsesionados hasta la paranoia por la seguridad, no se dirigen a Toulouse, donde se halla el piso en el que ambos pensaban ocultarse temporalmente, sino que toman dirección nordeste y en autobús, tras haber tenido que abandonar el Clio por un pequeño accidente. En la localidad de Mende cogen un taxi que les lleva, el miércoles 5, hasta Chateuneuf-de-Randon, donde finalmente son detenidos en una parada de autobús.

¿Dónde se encuentran los otros dos etarras?