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El Congreso, abarrotado
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El Congreso, abarrotado

Los escaños del Congreso de los Diputados estuvieron ayer la mayor parte del tiempo vacíos, a pesar de que se celebraba el último pleno de la

Foto: El Congreso, abarrotado
El Congreso, abarrotado

Los escaños del Congreso de los Diputados estuvieron ayer la mayor parte del tiempo vacíos, a pesar de que se celebraba el último pleno de la legislatura con un orden del día trascendente: desde el canon que grava los teléfonos móviles, a la Ley del Cine y, sobre todo, salvar o tumbar los Presupuestos Generales del Estado vetados por el Senado. En la imagen un solitario ministro de Cultura, César Antonio Molina, y un no menos solitario Jorge Fernández en nombre del PP simbolizan la jornada.

La fotografía fue tomada durante el debate de la nueva regulación del cine, que llegó a su tramo final con el consenso de los principales partidos. Si el Hemiciclo estaba semivacío, las tribunas del público estaban abarrotadas de invitados del mundo del cine y audiovisual que siguieron el debate sobre la Ley del Cine.

En el pleno escoba celebrado ayer se debatía la ley más importante del año, la de los Presupuestos Generales del Estado, y el polémico canon digital que mantenía en vilo a medio país por lo que puede afectar al bolsillo de los ciudadanos. A los que parecía no mantener en vilo, sin embargo, fue a sus señorías, que dedicaron el debate a menesteres más lúdicos.

Los pífanos de cada grupo habían llamado a todos los diputados para que acudieran al pleno, y ahí estaban todos, hasta los enfermos. Pero cada parlamentario administró el tiempo a su criterio y, como ya es tradición, el responsable de Economía del Gobierno, Pedro Solbes, defendió casi en soledad los Presupuestos Generales del Estado frente a los también solitarios portavoces económicos de la oposición.

El bulle-bulle político se sucedía en el exterior. Ambiente prenavideño, conversaciones distendidas entre políticos y periodistas, y, en especial, las pugnas telefónicas por colocarse en posición de salida en las listas de la provincia de cada diputado: los principales candidatos de los partidos ya están decididos, no así las listas de numerosas ciudades y pueblos.

Sin contar las especulaciones electorales. En el pasillo, Agustí Cerdá (ERC) reconocía que la mejor encuesta electoral no es la del CIS, sino la de su banquero, que hace previsiones conservadoras y les presta dinero para financiar la campaña. “Y mi banquero me dice que no pasamos de seis diputados”. Ahora tienen ocho, aunque algunos augurios demoscópicos creen que pueden perder incluso el grupo parlamentario si no consiguen cinco escaños.

Tras más de seis horas de debate, las campanas llamaron a la votación de todas las leyes que se debatían en el pleno escoba y una riada humana surgió de todos los rincones del recinto parlamentario. Con ella llegó el tiempo de la Realpolitik: los partidos que votaron en el Senado a favor de la retirada del canon digital (CiU, ERC, PNV e IU) recularon y pasaron a apoyar al Gobierno para sacar adelante esta tasa que grava desde el reproductor MP3, a los CD, los lápices de memoria, las impresoras y hasta los ordenadores personales PDA…

El Gobierno eludió ‘in extremis’ la prórroga de los presupuestos de este año, ya que el Congreso levantó el veto del Senado a las cuentas de 2008. Contó con la ayuda de los nacionalistas (PNV, BNG y Nueva Canaria), Izquierda Unida, un tránsfuga del PP y, oh sorpresa, el irrepetible Luis Mardones. El canario, que ha estado 26 años ininterrumpidos de diputado, rompió la disciplina de partido y apoyó las cuentas públicas por “solidaridad con los ciudadanos y la tercera edad”. Quien tuvo, retuvo, porque Mardones dejó pasmados a todos en 1989 cuando facilitó con su apoyo la investidura de Felipe González en la primera votación. Mucho se rieron los que luego clamaron por todo lo que el canario consiguió después para su tierra.

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Los escaños del Congreso de los Diputados estuvieron ayer la mayor parte del tiempo vacíos, a pesar de que se celebraba el último pleno de la legislatura con un orden del día trascendente: desde el canon que grava los teléfonos móviles, a la Ley del Cine y, sobre todo, salvar o tumbar los Presupuestos Generales del Estado vetados por el Senado. En la imagen un solitario ministro de Cultura, César Antonio Molina, y un no menos solitario Jorge Fernández en nombre del PP simbolizan la jornada.