Es noticia
Bronca entre PP y ERC: Tardá acusa a Fraga de tener “las manos manchadas de sangre”
  1. España

Bronca entre PP y ERC: Tardá acusa a Fraga de tener “las manos manchadas de sangre”

La última sesión del Congreso estuvo hoy marcada por la bronca, tónica habitual de esta legislatura. Esta vez entre el portavoz del PP, Eduardo Zaplana, y

Foto: Bronca entre PP y ERC: Tardá acusa a Fraga de tener “las manos manchadas de sangre”
Bronca entre PP y ERC: Tardá acusa a Fraga de tener “las manos manchadas de sangre”

La última sesión del Congreso estuvo hoy marcada por la bronca, tónica habitual de esta legislatura. Esta vez entre el portavoz del PP, Eduardo Zaplana, y el de ERC, Joan Tardá, durante el debate sobre la ilegalización de Acción Nacionalista Vasca (ANV). Lo provocó el republicano al proclamar: "El Partido Popular no tiene credibilidad mientras tenga de presidente de honor a Manuel Fraga Iribarne, que tiene las manos manchadas de sangre. Esto es un hecho objetivo, porque todos saben que comandaba las fuerzas represoras del Franquismo".

Menuda la que se montó. Los populares saltaron como un resorte, entre protestas, mientras la presidenta en funciones, Carmen Calvo, se negaba a darles la palabra e instaba a Tardá a continuar con su exposición contraria a la ilegalización del trasunto de Batasuna. Llegó el turno de Zaplana quien, visiblemente indignado, pidió al de Esquerra que retirara sus “calumnias” porque “sus actitudes y sus expresiones son absolutamente despreciables”.

Zaplana recordó a Tardá los “valiosos” esfuerzos realizados en la Transición, con la participación de Fraga, para conseguir la democracia: “Gracias al señor Fraga, hoy puede usted manifestar sus expresiones y opiniones totalitarias y fascistas” en el Congreso. El portavoz del PP pidió a Tardá que retirara sus palabras, o bien que la presidenta en funciones ordenara que fueran borradas del diario de sesiones.

“Me importa lo más mínimo la opinión de Eduardo Zaplana”, contestó Tardá para añadir que en Europa ninguna opinión pública aceptaría que hubiera un partido político que tenga de presidente de honor “a una persona que hubiera participado activamente en un gobierno de un dictador”.

Intervino entonces Carmen Calvo y el lío creció aún más: o no se explicó bien o no se entendió su decisión. La ex ministra de Cultura pidió a Tardá y a Zaplana que retiraran sus palabras, en un tono equidistante que no gustó a los populares. La bronca creció y creció, ya que la bancada del PP argumentaba a gritos que las palabras de su portavoz eran valoraciones políticas, mientras que Tardá había acusado de un delito a Fraga, al decir que tenía “las manos manchadas de sangre”.

Calvo amenazó a Zaplana con expulsarlo de la sala, al tiempo que comenzó a recular. Aseguró entonces que se le había entendido mal entre el griterío, porque había invitado a ambos a retirar sus palabras voluntariamente y que, si no, ella iba a ordenar “que desaparezcan del Diario de Sesiones”.

Zaplana insistió en que no quería que retiraran sus palabras, sólo las de Tardá. Y Calvo le exigió silencio, “le pido que no me replique”. Al finalizar la sesión, la ex ministra ordenó borrar los insultos de ambos, pero el portavoz del PP anunció que interpondrá un recurso.

El resultado de la última sesión de esta turbulenta legislatura fue el esperado: la Diputación Permanente rechazó la ilegalización de ANV, con los votos a favor de todos los partidos excepto el PP. Y rechazó, con los votos del PP y del PSOE, la comparecencia del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, para explicar las lesiones recibidas por un terrorista durante su detención, según la versión oficial.

El próximo lunes, día 14, se disuelven las Cortes Generales aunque no será hasta el martes cuando entre en vigor. A partir de entonces, se inicia la cuenta atrás de las elecciones generales del próximo 9 de marzo.

La última sesión del Congreso estuvo hoy marcada por la bronca, tónica habitual de esta legislatura. Esta vez entre el portavoz del PP, Eduardo Zaplana, y el de ERC, Joan Tardá, durante el debate sobre la ilegalización de Acción Nacionalista Vasca (ANV). Lo provocó el republicano al proclamar: "El Partido Popular no tiene credibilidad mientras tenga de presidente de honor a Manuel Fraga Iribarne, que tiene las manos manchadas de sangre. Esto es un hecho objetivo, porque todos saben que comandaba las fuerzas represoras del Franquismo".