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El PSOE se ve ganador, si no se columpian en estos dos meses
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El PSOE se ve ganador, si no se columpian en estos dos meses

Los socialistas no venden la piel del oso antes de cazarlo, pero ayer había ambiente de alegría entre sus filas por la crisis desatada en el

Los socialistas no venden la piel del oso antes de cazarlo, pero ayer había ambiente de alegría entre sus filas por la crisis desatada en el PP a sólo dos meses de las elecciones generales. Tanto que alguno confesaba en privado que el PSOE era un virtual ganador si ahora se celebraran las elecciones.

El PSOE está preocupado por las encuestas, que arrojan un empate técnico aunque no lo digan en público y José Luis Rodríguez Zapatero se aferre a su optimismo antropológico. Pero el Gallardonazo les ha hecho redoblar las esperanzas de triunfo, aunque todos saben que dos meses es una eternidad en política…Para pruebas, lo ocurrido en las elecciones de 2004.

En fuentes socialistas sostienen que la campaña de Mariano Rajoy discurría bien. Esto es, alejándose de todos los elementos que suscitan el miedo en el electorado de izquierdas para desmovilizarlo y evitar que el día 9 de marzo acuda en masa a votar al PSOE. Por ejemplo, incidiendo en la situación económica, que es transversal y no despierta viejos fantasmas. En ambos partidos saben que la clave está en la participación: a más papeletas en las urnas, más posibilidades de José Luis Rodríguez Zapatero para concitar el voto de la izquierda, siempre propensa a quedarse en casa cuando está descontenta.

“Pero al eliminar a Alberto Ruiz-Gallardón de la listas, Rajoy ha quitado este quitamiedos y ha dejado el flanco de la derecha al descubierto”. Tan al descubierto que el PSOE centrará sus mensajes en ese presunto giro a la derecha de aquí a las elecciones por no haber incluido como candidato al alcalde de Madrid, cuando el edil tiene asociada una imagen de centro-derecha. Gracias entre otras cosas a los artículos favorables del grupo Prisa: “Este es mi hijo”, dijo en su día el fallecido Jesús Polanco a sus directivos cuando les presentó a Gallardón.

Movilizar a la izquierda, ése es el objetivo. Ya marcó ayer la pauta el secretario de Organización, José Blanco, quien destacó que el “aznarismo” es el que toma las decisiones en el PP, partido que ha vuelto al búnker. Se trata de sacar a pasear el nombre de José María Aznar como la mano que mece a Rajoy, no en vano su nombre suscita pavor entre los electores de la izquierda a cuenta de la Guerra de Iraq.

Tras la instrucción de Blanco, los dirigentes socialistas tiraron de argumentario para hablar del regreso de la ultraderecha que no deja hueco siquiera a Gallardón. La escalada evocaba la cadena de declaraciones tras el 11-M.

La réplica dura corresponde al Partido Socialista de Madrid. Su objetivo: pedir la comparecencia de Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad, y de Ruiz Gallardón y denunciar que ambos no quieren gobernar Madrid, sino utilizar sus puestos como catapulta para hacerse con la sucesión de Rajoy en caso de que éste fracase. El lunes, Aguirre y Gallardón “firmaron sus sentencias; nunca más deben ser candidatos a nada en Madrid”, concluyó el líder regional socialista, Tomás Gómez.

“Ya nadie se acuerda que el domingo Zapatero reconoció que había mentido, que permitió la negociación con la banda terrorista ETA tras el atentado de la T4”, se lamentan en fuentes populares. Por si fuera poco, el Gallardonazo casi eclipsó el escándalo de corrupción que saltó ayer y que afecta a un ex alcalde del PSOE de Los Alcázares (Murcia). Mientras, Rajoy intentó regresar al terreno económico, para comprometerse a que será una prioridad durante su gestión. Pero sólo se habla de su portazo a Gallardón.

Las fuentes socialistas ven posible que el alcalde de Madrid muera matando, políticamente. Si fuera así, Gallardón daría mucha guerra a Rajoy en las próximas semanas. Y la crisis del PP se prolongaría hasta los días previos a las elecciones.

Los socialistas no venden la piel del oso antes de cazarlo, pero ayer había ambiente de alegría entre sus filas por la crisis desatada en el PP a sólo dos meses de las elecciones generales. Tanto que alguno confesaba en privado que el PSOE era un virtual ganador si ahora se celebraran las elecciones.