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El Supremo archiva el caso utilizado por algunos medios para atacar al magistrado García-Calvo
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El Supremo archiva el caso utilizado por algunos medios para atacar al magistrado García-Calvo

 Roberto García-Calvo / Efe.La denuncia tras una acalorada disputa por un percance de tráfico terminó en el Tribunal Supremo y en la portada de un diario

La denuncia tras una acalorada disputa por un percance de tráfico terminó en el Tribunal Supremo y en la portada de un diario de tirada nacional. La razón de que el Supremo haya tenido que pronunciarse es que uno de los protagonistas fue Roberto García-Calvo, miembro del ala conservadora del Tribunal Constitucional y, por tanto, aforado. Su cargo, además, es lo suficientemente relevante como para que los medios lo llevaran en sus portadas, máxime teniendo en cuenta que el denunciante, el ciudadano madrileño Vicente Garcerán Martínez, afirmaba que el togado le había amenazado con una pistola. Ahora, el Supremo ha desestimado el caso en un breve auto de tres páginas porque el citado denunciante cuando declaró ante los magistrados del Alto Tribunal recordaba que García-Calvo había sacado un objeto del vehículo pero ya no podía "determinar qué fue".

Así las cosas, en la toma de declaración, Garcerán Martínez señaló ante el juez instructor que "se trató de una mera discusión por cuestiones de la trayectoria de los vehículos que conducían, lo que motivó alguna reconvención sin especial agresividad alta de tono y que en un momento determinado el denunciado sacó un objeto del vehículo, sin que pueda determinar qué fue". Y, de todas formas, "los hechos tuvieron una corta duración y escasa intensidad". Unas declaraciones mucho más suaves que las recogidas por El País y difundidas a toda plana el pasado 18 de diciembre, en las que el madrileño denunciante aseguraba que García-Calvo le sacó una pistola y le espetó: "No sabes con quién te metes, soy juez". Roberto García-Calvo desmintió ipso facto los hechos reconociendo que posee licencia de armas pero asegurando de que nunca lleva una pistola encima.

Si el Supremo hubiera admitido a trámite las diligencias previas emitidas desde el juzgado de Instrucción número 5 de Móstoles, García-Calvo habría sido apartado temporalmente de sus funciones al frente del Tribunal Constitucional. Y, casualidad o no, la denuncia de unos hechos acaecidos en julio de 2007 sale a la luz en medio de la batalla por las mayorías en el Constitucional de cara al debate del recurso de inconstitucionalidad contra la reforma de la Ley que regula el propio Alto Tribunal (LOTC). Todo ello hizo que en la Judicatura y en el Partido Popular este caso sonaba "a película de vaqueros".

Desprestigio en la prensa

García-Calvo pertenece al núcleo más duro dentro del bloque conservador del Tribunal Constitucional. Tanto es así que sus pronunciamientos le han valido al Alto Tribunal que pertenece para admitir su recusación planteada por el Gobierno a la hora de decidir sobre el mencionado recurso contra la LOTC. Antes de esta decisión, algunos medios se sumaron indirectamente a la lucha por la mayoría en el Constitucional retratando al magistrado de forma negativa.

Además del citado caso del El País, el diario Público dedicó dos páginas en octubre de 2007 a recordar el pasado franquista de García-Calvo. Algo que fue criticado de forma contundente por las asociaciones de la Magistratura tanto progresistas como conservadoras. De hecho, el propio José Jaime Tapia, portavoz de la agrupación progresista Jueces por la Democracia insistió a este diario en que "es absurdo hablar del pasado de nadie" porque se supone que un magistrado dirime en función de las leyes.

La denuncia tras una acalorada disputa por un percance de tráfico terminó en el Tribunal Supremo y en la portada de un diario de tirada nacional. La razón de que el Supremo haya tenido que pronunciarse es que uno de los protagonistas fue Roberto García-Calvo, miembro del ala conservadora del Tribunal Constitucional y, por tanto, aforado. Su cargo, además, es lo suficientemente relevante como para que los medios lo llevaran en sus portadas, máxime teniendo en cuenta que el denunciante, el ciudadano madrileño Vicente Garcerán Martínez, afirmaba que el togado le había amenazado con una pistola. Ahora, el Supremo ha desestimado el caso en un breve auto de tres páginas porque el citado denunciante cuando declaró ante los magistrados del Alto Tribunal recordaba que García-Calvo había sacado un objeto del vehículo pero ya no podía "determinar qué fue".