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Críticas por la desconsideración hacia la figura del magistrado fallecido García-Calvo
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Críticas por la desconsideración hacia la figura del magistrado fallecido García-Calvo

Aún estando de cuerpo presente, los comentarios que han sucedido a la muerte del magistrado del Tribunal Constitucional Roberto García-Calvo se han basado, fundamentalmente, en meras

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Críticas por la desconsideración hacia la figura del magistrado fallecido García-Calvo

Aún estando de cuerpo presente, los comentarios que han sucedido a la muerte del magistrado del Tribunal Constitucional Roberto García-Calvo se han basado, fundamentalmente, en meras quinielas acerca de las mayorías del Alto Tribunal de cara al debate por la constitucionalidad del Estatut de Cataluña. Esta falta de respeto del luto ha sido vista con profunda tristeza en los ámbitos de la Judicatura más próximos al fenecido: “Nadie puede dudar de que se trata de una persona que se ha caracterizado por su servicio a la Justicia con una carrera intachable”. “Se ha perdido mucho”, continúan las fuentes, “su calidad humana es incuestionable”.

Roberto García-Calvo falleció en la tarde del domingo en la localidad madrileña de Villaviciosa de Odón a la edad de 65 años y recibió sepultura en la tarde de ayer en el municipio leonés de La Bañeza. Fue elegido magistrado del Constitucional por el Congreso de los Diputados el 30 de octubre de 2001 a propuesta del PP, pero en los últimos meses su nombre ocupó las primeras páginas de los diarios por su oposición a determinados contenidos del Estatut de Cataluña, recurrido ante el Alto Tribunal por el propio Partido Popular.

Los más allegados califican esta circunstancia de acoso “esperpéntico”, en el que se engloba la ocasión en que publicó un falsa acusación por amenazar con una pistola a un ciudadano tras un incidente de tráfico, caso sobreseído por el Supremo, o el recordatorio a toda página en un diario de su ‘pasado franquista’. Estas circunstancias denotan “que España sigue mostrando una gran inmadurez y falta de respeto porque no se pueda someterse con normalidad un texto estatutario a la evaluación para saber si se ajusta o no a la Constitución”. Asimismo, se echa de menos una reflexión objetiva sobre la trayectoria del magistrado porque “con gran irresponsabilidad se han lanzado a echar cuentas”.

Las ‘cuentas’ de la mayoría

Las denostadas ‘cuentas’ hacen referencia a que el fallecimiento de García-Calvo supone la eliminación física de un miembro conservador del Constitucional y la recuperación de la mayoría del Alto Tribunal en manos de los togados progresistas. El pleno del Constitucional que debatirá la constitucionalidad del Estatut estará compuesto por diez miembros, cinco de cada ala, tras la aprobación de la recusación del progresista Pablo Pérez Tremps. Será el voto de calidad de la presidenta María Emilia Casas, cuya prolongación de mandato fue refrendada gracias a la recusación precisamente del fallecido junto a la de Jorge Rodríguez Zapata, el que rompa el empate.

Para que el puesto de García-Calvo fuera ocupado, sería necesario que, transcurridos los días de luto, la presidenta Casas se dirigiera oficialmente al presidente del Congreso, actualmente José Bono, para que la Cámara Baja designe al jurista más adecuado. El más difícil todavía reside en que será necesario el consenso de los dos grandes partidos políticos, PSOE y PP, para llegar a un acuerdo sobre el candidato. Una decisión que se vislumbra harto difícil puesto que organismos como el CGPJ y el propio Tribunal Constitucional llevan en funciones más de un año por las diferencias entre ambos.

La muerte de García-Calvo despertó en un primer momento las declaraciones de buenas intenciones entre ambos partidos, sin embargo, las divergencias no se han hecho esperar. En la tarde de ayer, el PP manifestaba su deseo por cubrir de manera urgente la vacante, mientras que el PSOE apuesta por una renovación “en bloque” que permita designar también a los cuatro miembros de este órgano que debe nombrar el Senado. La vida sigue igual.

Aún estando de cuerpo presente, los comentarios que han sucedido a la muerte del magistrado del Tribunal Constitucional Roberto García-Calvo se han basado, fundamentalmente, en meras quinielas acerca de las mayorías del Alto Tribunal de cara al debate por la constitucionalidad del Estatut de Cataluña. Esta falta de respeto del luto ha sido vista con profunda tristeza en los ámbitos de la Judicatura más próximos al fenecido: “Nadie puede dudar de que se trata de una persona que se ha caracterizado por su servicio a la Justicia con una carrera intachable”. “Se ha perdido mucho”, continúan las fuentes, “su calidad humana es incuestionable”.