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Los celos entre Policía y Guardia Civil precipitaron la operación contra la cúpula de ETA
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GOLPE A LA BANDA EN BURDEOS

Los celos entre Policía y Guardia Civil precipitaron la operación contra la cúpula de ETA

“Ha sido una voladura controlada”. Con esta frase describía ayer a este diario una fuente de la lucha antiterrorista conocedora de la operación lanzada el martes

Foto: Los celos entre Policía y Guardia Civil precipitaron la operación contra la cúpula de ETA
Los celos entre Policía y Guardia Civil precipitaron la operación contra la cúpula de ETA

“Ha sido una voladura controlada”. Con esta frase describía ayer a este diario una fuente de la lucha antiterrorista conocedora de la operación lanzada el martes por la noche por la Guardia Civil y la Gendarmería gala (RG) contra la cúpula de ETA, que permitió la detención en un piso de Burdeos del número uno de la banda, Francisco Javier López Peña, alias Thierry, y de cuatro de sus colaboradores más cercanos.

Una voladura que, de acuerdo con las fuentes, se precipitó por culpa de la tradicional rivalidad que, en cuestiones de lucha antiterrorista, mantienen desde siempre la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía, ambos con estructuras de información paralelas y con ‘acompañante’ específico francés: los Renseignements Généraux (RG), los servicios de información galos, con la Guardia Civil, y la división antiterrorista de la Policía Judicial francesa, con el Cuerpo Nacional de Policía.

“La operación no estaba prevista para ser llevada a cabo el martes por la noche”, sostienen las fuentes con toda contundencia, “pero se precipitó cuando la Guardia Civil y los DG descubrieron que agentes de la Policía Nacional estaban sobre la pista, en la propia ciudad de Burdeos, de alguno de los colaboradores más cercanos de Thierry. La posibilidad de que una filtración pudiera poner en riesgo la operación, y el miedo a perder la gloria de esta detención a favor del Cuerpo Nacional de Policía, decidió a la Guardia Civil a hacer saltar el piso donde se hallaba la cúpula etarra”.

Hacía tiempo que la Guardia Civil tenía localizado y sometido a discreta vigilancia un apartamento del centro de Burdeos, en el número 63 de la calle Cours de la Marne, cerca de la estación de ferrocarril, que era utilizado por destacados miembros de la cúpula etarra. “Sabíamos que allí estaban los malos, y estábamos esperando el momento oportuno para intervenir, que podía ser ya, en unos días, tal vez la próxima semana, pero que una circunstancia inesperada adelantó definitivamente”, aseguran las fuentes.

Ocurrió que el ex alcalde de la localidad guipuzcoana de Andoain, José Antonio Barandiaran, de Euskal Herritarrok (EH) -detenido ayer por la mañana en el País Vasco-, concertó días atrás una cita en Burdeos con Ainhoa Ozaeta, ex concejal de Batasuna en el mismo Ayuntamiento de Andoain (fue la encargada de leer el comunicado en el que la banda anunció el principio de la tregua), la etarra detenida en el piso de la calle Cours de la Marne, cita que estaba siendo oportunamente cubierta por los servicios de información de la Guardia Civil. La sorpresa de los hombres del tricornio fue, sin embargo, morrocotuda cuando descubrieron que no eran ellos solos los que estaban al loro del encuentro, porque agentes camuflados del Cuerpo Nacional de Policía vigilaban atentamente lo que estaba ocurriendo.

El descubrimiento desató la alarma en la Guardia Civil. ¿Estaba el CNP al tanto de la existencia del piso de Cours de la Marne? Existía la posibilidad de que la policía española acudiera a la Policía Judicial gala, con la que trabaja, para caer sobre el apartamento en cuestión. “Alguien en la Guardia Civil decidió que el cuerpo no podía dejarse arrebatar por nadie el premio gordo de detener al número uno de ETA”.

“Los periodistas lo saben. Es preciso actuar”

La estrategia utilizada es digna de mención: en efecto, en determinados ambientes periodísticos madrileños ligados a la lucha antiterrorista empezó a correr la especie de una inminente gran operación antiterrorista que se iba a desarrollar en el sur de Francia. El rumor provocó que los mandos de la Guardia Civil llamaran con urgencia a sus colegas de los Renseignements Généraux para ponerles al corriente: “Algunos periodistas madrileños están al tanto de lo que va a ocurrir, al parecer advertidos por fuentes de la Policía Nacional; es preciso actuar de inmediato y adelantarse”.

Los hombres del RG se mostraron totalmente de acuerdo. El resultado es que, en lugar de asaltar el apartamento a primera hora de la mañana, como se hace normalmente en Francia este tipo de operaciones, la intervención se realizó a hora tan insólita como las 11 de la noche. “No se ha perdido nada, porque todos los peces estaban en la pecera. Se trata de la caída más importante de ETA desde la ocurrida en Bidart. Se ha cogido al duro entre los duros, responsable de la ruptura de la tregua y a todos los miembros de su Oficina Política. Un golpe muy importante”.

¿Convendría haber seguido vigilando el apartamento para ver si caía también Txeroki? “Txeroki no es más que un jefe de comandos, que ha venido obedeciendo la línea que marcaba López Peña. Txeroki nunca será el número uno de la banda porque no sabe nada de política: él es un mili sin formación política, por lo que el sustituto de Thierry será un joven que necesariamente deberá reunir ambas condiciones”, aseguran las fuentes. Junto a Francisco Javier López Peña, jefe militar y político de la banda, han sido detenidos en Burdeos la citada Ainhoa Ozaeta, Jon Salaberria e Igor Suberbiola.

“Ha sido una voladura controlada”. Con esta frase describía ayer a este diario una fuente de la lucha antiterrorista conocedora de la operación lanzada el martes por la noche por la Guardia Civil y la Gendarmería gala (RG) contra la cúpula de ETA, que permitió la detención en un piso de Burdeos del número uno de la banda, Francisco Javier López Peña, alias Thierry, y de cuatro de sus colaboradores más cercanos.