El Supremo ratifica los títulos nobiliarios de Ágatha Ruiz de la Prada, Mercedes Milá y la esposa de Ansón

La paridad en el orden de sucesión de títulos nobiliarios llegó a España en 2005 con la ley que acababa con la primacía del varón sobre la mujer. Una norma que trajo la alegría a las casas de muchas damas primogénitas, que veían pasar los títulos de sus padres a sus hermanos más pequeños. Y ahora ha quedado refrendada por una sentencia del Tribunal Supremo, que reconoce el derecho al título de todas las primogénitas que hayan reclamado sus derechos incluso antes de la aprobación de la ley, dado el carácter retroactivo de la misma.

Pero no sólo a dichas grandes de España sino también a sus consortes, que ya están encargando a las imprentas el timbre de duque, conde, marqués o barón para sus tarjetas de visita. Y entre esos futuros ilustres se encuentra el director de El Mundo, Pedro J. Ramírez, a quien fuentes solventes conocedoras del caso señalan, en cierta medida, como promotor de la ley de igualdad de sucesión de títulos: “Él fue el que puso de acuerdo a PP y PSOE para que saliera el anteproyecto”. Y no es para menos, porque su esposa Ágatha Ruíz de la Prada se convertirá así en marquesa de Casteldosrius y baronesa de Santa Pau.

Para algunas personas, mantener un título nobiliario “es un honor”, como manifestaba a El Confidencial Isabel Hoyos, marquesa de Isasi, que ha luchado por los títulos de duquesa de Almodóvar del Río y marquesados de Hoyos y Almodóvar. “Es un homenaje a tus antepasados a través del nombre honorífico de tu familia”. De hecho, la ley de igualdad de sucesión de títulos, que ahora cumple tres años, tiene dicho homenaje como obligación para quienes ostentan alguna de estas distinciones. Pero también hay que tener en cuenta que un título nobiliario cuesta dinero, no sólo por el impuesto cuando se hereda entre familiares, sino porque hay que rehabilitarlo presentando a la administración la carta de méritos, árbol genealógico y diversa documentación probatoria.

En la actualidad, ser un venerable no implica ningún privilegio, “salvo en términos de protocolo cuando asisten a cenas de etiqueta”, explican las fuentes aludidas, “y cuando viajan a Estados Unidos, porque a los norteamericanos les encantan estas cosas”. Bromas aparte, el conflicto de la herencia de títulos ha traido más de un quebradero de cabeza en algunas familias hasta llegar a los tribunales.

En días pasados, se conocía la sentecia del Supremo que concedía el Condado de Humanes a la primogénita de la familia Gómez Sáenz-Messía, en detrimento de su hermano menor, que lo ostentaba desde 1984. Para poder llegar a este fallo, el Alto Tribunal se basó en la citada ley porque tiene carácter retroactivo para todos los expedientes abiertos a la altura de la aprobación de proyecto de ley, esto es, el 27 de julio de 2005. Pese a la existencia de esta norma, muchas hermanas mayores siguen teniendo que acudir a los juzgados.

Desde ese mismo año, 1984, está luchando Natalia Figueroa, esposa del cantante Raphael, por el Marquesado de Santo Floro que tiene su hermano pequeño Agustín. Natalia es la segunda hermana, pero la hija mayor de los Figueroa, Matilde, madre de la hermanas Chávarri, falleció muy joven. Agustín rehabilitó el título entonces y Natalia aún lo está peleando porque la situación se ha complicado en el momento en que algunos de los títulos de Agustín ya han pasado a sus propios hijos. En la situación de los hijos de Agustín Figueroa se encuentra una de las redactoras de El Confidencial: “Mi padre es el pequeño y los títulos pasarían a mí cuando él falleciera, pero mis tías se encuentran de pleitos para recuperarlos. En este caso, yo no tengo el menor interés de conservarlos”.

Periodistas y Grandes de España

En el mundo de los medios de comunicación, no sólo Pedro J. Ramírez va a presumir de marquesado y baronía, aunque sea como consorte. El ex director de ABC y de La Razón Luis María Ansón está casado con Beatriz Balmaseda Arias-Dávila, que desde 1987 lucha por ser condesa de Puñoenrrostro. De pleno derecho será condesa de Montseny la conocida presentadora Mercedes Milá, la mayor de los hermanos y que herederán títulos sólo por parte de su padre, porque por línea materna se perdieron. En el mundo de la moda, además de Ágatha Ruiz de la Prada, con la nueva ley la diseñadora Cuca Gotor (hermana de Pocholo) heredará de su madre la Baronía de Gotor.

Por otra parte, Ana Gamazo, esposa del empresario Juan Abelló, será marquesa de Soto de Aller que, en realidad, es un pueblecito asturiano de 173 habitantes. Mayor lío hay en la casa de Medinaceli. Victoria Eugenia, duquesa de Medinaceli y hermana del duque de Feria, es madre de cuatro hijos; la primera es Ana, que ya puede heredar el título. Sin embargo, tanto en esta familia como en la de los Medina Sidonia (de la duquesa roja) el patrimonio pertenece a una Fundación. Una fórmula que adoptan estas familias por la cual reciben dinero del Estado, pero cuando el titular fallece, el patrimonio no lo pueden heredar los hijos o nietos... también pasa al Estado.

Títulos de ida y vuelta a la Corona

Existe una cartera de títulos nobiliarios concedidos por la Corona y que no son hereditarios. Es el caso de las hermanas del Rey: tanto el Ducado de Soria como el de Badajoz son vitalicios y volverán a la Casa Real cuando la Infanta Margarita de Borbón y la Infanta Pilar de Borbón fallezcan. También le pasó a Carmen Polo, esposa del dictador Francisco Franco, con el Señorío de Meirás. Sin embargo, Carmen Polo pidió por escrito al Rey que este título se lo pudiera quedar uno de sus nietos.

Por ello, la archiconocida nietísima Carmen Martínez Bordiú no podrá ser señora de Meirás pero sí heredar el Ducado de Franco y no su hermano pequeño Francis Franco. Por su parte, Simoneta Gómez Acebo, hija de la Infanta Pilar, no podrá ser duquesa de Badajoz pero sí duquesa de Hernani, un título que pertenecía a otra familia pero por el que pleiteó la Infanta.

Al Rey Juan Carlos I se le decía el ‘rey republicano’ porque no concedió ninguna recepción a la vieja aristocracia española hasta llegados los años noventa. Sin embargo, las viejas costumbres nunca mueren y hay está dispuesto a morder por presumir de figurar en la antigua Heráldica de nuestro país.