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El consejero delegado de Sidenor pagó a ETA 90.000 euros en 2004 y tenía pendientes 60.000 más
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SEGÚN LA DOCUMENTACIÓN INCAUTADA A THIERRY

El consejero delegado de Sidenor pagó a ETA 90.000 euros en 2004 y tenía pendientes 60.000 más

Una oleada de pánico se extendió ayer cual mancha de aceite entre el empresariado del País Vasco, al conocerse la detención, ordenada por el juez Baltasar

Foto: El consejero delegado de Sidenor pagó a ETA 90.000 euros en 2004 y tenía pendientes 60.000 más
El consejero delegado de Sidenor pagó a ETA 90.000 euros en 2004 y tenía pendientes 60.000 más

Una oleada de pánico se extendió ayer cual mancha de aceite entre el empresariado del País Vasco, al conocerse la detención, ordenada por el juez Baltasar Garzón, del consejero delegado de Sidenor, José Antonio Jainaga, a cuenta del supuesto pago del impuesto revolucionario a la organización terrorista ETA. Porque Jainaga es un extorsionado por la banda, un caso que nada tiene que ver con el de las empresarias de Orio (Guipúzcoa) María Isabel y Blanca Bruño Azpiroz, detenidas el pasado 12 de junio por el propio Garzón, acusadas de haber contribuido voluntariamente a la financiación de ETA.

Tanto la desgracia de las empresarias de Orio, hoy en la cárcel, como el “susto” sufrido ayer de José Antonio Jainaga, tienen su origen en la gran operación policial lanzada por la Gendarmería francesa y la Guardia Civil el pasado 20 de mayo en Burdeos contra la cúpula de ETA, que permitió la captura de Francisco Javier López Peña, alias Thierry, considerado el número uno de la banda, junto con los etarras Jon Salaberría, Ainhoa Ozaeta e Igor Suberbiola.

En el registro del piso franco donde fueron detenidos, la Gendarmería francesa encontró varias cartas, entre otra abundante documentación, en poder de Thierry, en una de las cuales el jefe terrorista daba las gracias a las empresarias de Orio por el pago voluntario de 6.000 euros. En otra, de muy distinto tenor, la organización hacía arqueo de la extorsión al ejecutivo de Sidenor. Según ello, José Antonio Jainaga habría pagado a la organización terrorista 90.000 euros en el año 2004, teniendo pendiente el pago de 60.000 euros más, cifra que el etarra conminaba a satisfacer de inmediato al ayer detenido.

Jainaga fue arrestado en la mañana de ayer en Bilbao por agentes de la Guardia Civil, y conducido al juzgado para prestar declaración. Aunque algunos medios difundieron a media tarde que había sido puesto en libertad, lo cierto es que a las 8 de la tarde aún seguía detenido. A esa hora todavía se estaba practicando el registro de su despacho en Sidenor por parte de la Guardia Civil, ordenado por el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón. No había sido registrado, por el contrario, el domicilio del empresario.

La Guardia Civil ha deducido de las cartas encontradas en poder de Thierry que el jefe terrorista había heredado de Mikel Albizu, alias Mikel Antza, y de su pareja, Soledad Iparragirre, alias Amboto, ambos detenidos en otro golpe policial en el sur de Francia en octubre de 2004, la gestión del cobro del impuesto revolucionario, y por tanto era el que decidía a qué empresario o profesional liberal había que apretar y a quién sencillamente pegar un tiro. Lo inaudito del caso, en opinión de fuentes relacionadas con la operación de ayer ordenada por Garzón y calificada de otra garzonada, es que se detenga a un empresario extorsionado y se dé plena publicidad al asunto.

Porque José Antonio Jainaga queda marcado ante la organización terrorista. ETA sabe que ha sido interrogado, y aunque desconozca lo que haya dicho, se ha convertido en su enemigo de por vida. Las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado han hablado en infinidad de ocasiones con gente extorsionada por ETA, que ha sido llamada discretamente a jefatura y a quien se ha pedido colaboración para identificar o tratar de detener a los extorsionadores. A nadie se le había ocurrido antes una puesta en escena como la de Garzón. Consciente de la trascendencia de lo ocurrido, el juez trataba ayer tarde de rebajar la importancia del hecho, hablando de que Jainaga estaba siendo “preguntado”, ni siquiera “interrogado”.

Sidenor es el mayor fabricante en España de aceros especiales y de forja y fundición, así como uno de los principales fabricantes de forja por estampación. La firma cuenta con 2.250 trabajadores y con fabricas en Reinosa (Cantabria), Basauri (Vizcaya) y Vitoria (Álava). En 2006, las ventas de la compañía alcanzaron los 725 millones de euros.

Una oleada de pánico se extendió ayer cual mancha de aceite entre el empresariado del País Vasco, al conocerse la detención, ordenada por el juez Baltasar Garzón, del consejero delegado de Sidenor, José Antonio Jainaga, a cuenta del supuesto pago del impuesto revolucionario a la organización terrorista ETA. Porque Jainaga es un extorsionado por la banda, un caso que nada tiene que ver con el de las empresarias de Orio (Guipúzcoa) María Isabel y Blanca Bruño Azpiroz, detenidas el pasado 12 de junio por el propio Garzón, acusadas de haber contribuido voluntariamente a la financiación de ETA.

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