Sebastián, el gran derrotado en su asalto al ministerio de Economía

Al fin Zapatero podía resarcirle de veras después del sacrificio que le pidió en las elecciones a la alcaldía de Madrid en 2006. Al fin su inmolación, con Gallardón de testigo de excepción, tendría el premio que merecía. En abril de 2008 Solbes era intocable, con la crisis en ciernes. Sebastián tuvo que conformarse con Industria. Si entonces la situación frenó su asedio a la vicepresidencia económica, esta vez el obstáculo ha sido Alfredo Pérez Rubalcaba. El ministro de Interior ha sido quien le ha colocado por delante a su protegida, Elena Salgado. Una afrenta para Miguel Sebastián, todo un minnesotto, que no sólo ve como una advenediza en el mundo económico usurpa el puesto que parecía reservarle el destino, sino que además tendrá que lidiar con ella.

“La vicepresidenta económica manda en la Comisión Delegada, que nadie lo olvide. Y ella tiene la última palabra ahora sobre qué asuntos van a Consejo de Ministros. Hasta ahora, aunque casi ni se hablaban, lo cierto es que Solbes actuaba como ministro de Economía pero no ejercía ninguna tarea de dirección económica por mucho que estuviera entre sus atribuciones. Esta actitud ha evitado más disputas. Si Salgado viene con ganas de ordenar realmente el área económica, sin duda habrá roces”, aseguran fuentes próximas al ministro.

La lectura que se hace en el Ministerio de Industria, en el entorno de Miguel Sebastián, es que la decisión final de Zapatero tiene que ver con su intención de ser él quien en primera persona gestione la economía. “Es una forma de decir aquí mando yo. El presidente estaba enfadado con Solbes porque estaba frenando los planes de gasto y de inversión para salir en apoyo del sistema financiero. Sabe que Salgado no se va a oponer a nada. Y también que Sebastián es un hombre de acción y que hubiera adoptado iniciativas contra la crisis. No se hubiera quedado quieto, aunque se hubiera equivocado”, aseguran estas fuentes.