Toxo y Méndez hacen un ejercicio de fuerza: avisan a Moncloa de que no aceptarán una reforma laboral

La legislación laboral “no ha sido la causa de la crisis” y, por lo tanto, es “profundamente equivocado” aprobar una reforma laboral que promueva “el despido sin causa ni control judicial”. Este es el mensaje que lanzan hoy al Gobierno los secretarios generales de UGT y CCOO, que se han sumado a un manifiesto contra la reforma laboral firmado por expertos en derecho laboral, profesores de universidad y sociólogos. En total, alrededor de 755 expertos.

 

El documento tenía originariamente un sentido marcadamente académico, pero finalmente se ha convertido en toda una señal para navegantes. Ignacio Fernández Toxo (CCOO) y Cándido Méndez (UGT) lo van a capitalizar hoy públicamente en la vieja Universidad de San Bernardo como una especie de acto de fuerza para curarse en salud en caso de que el Ejecutivo tenga alguna tentación de sucumbir a los cantos de sirena que periódicamente le envían los empresarios de la CEOE.

Originariamente, el documento iba a ser una especie de respuesta al manifiesto aprobado hace algunas semanas por un centenar de profesores en el que reclamaba una reforma laboral que incorporara un solo contrato de trabajo con indemnización creciente en función de los años trabados, manteniendo los derechos actuales. No tenía, desde luego, este perfil sindical.

Para los promotores del estudio, entre los que se encuentran expertos como los profesores Santos M. Ruega, Fernando Valdés Dal-Re o Antonio Baylos, “la pretendida simplificación en el régimen de la contratación terminaría haciendo aflorar su verdadero propósito: la simplificación del régimen de despido”. Y recuerdan, en este sentido, que de aprobarse una reforma laboral en esa dirección “ya no habría, salvo en limitadísimas ocasiones, despidos procedentes ni improcedentes; el resultado sería la precariedad generalizada de los trabajadores y el abaratamiento del despido”.

Derechos sociales

Po lo tanto, sostienen, si es unánime la opinión de que no existen conexiones entre la actual crisis económica y la regulación del mercado de trabajo, sorprende que “se quiera aprovechar la presente situación para reducir o eliminar derechos sociales. O en palabras más enérgicas -aseguran-, nos parece políticamente indecente pretender desplazar a los trabajadores una parte sustancial de los costes de la crisis económica”.

Para los autores del manifiesto, las medidas de reforma laboral que se adopten han de estar coordinadas con las que se introduzcan para favorecer el cambio de patrón de crecimiento. Y recuerdan que la prosperidad de la economía española y el incremento de las tasas de actividad y de empleo han estado basados a lo largo de estos años atrás en un modelo económico que ha dado de lado, hasta terminar menospreciando, las inversiones generadoras de valor añadido, las políticas de investigación, innovación y desarrollo, favorecedoras de empleos cualificados, las mejoras de la competitividad mediante la innovación y el establecimiento y potenciación de servicios eficientes o, en fin, la búsqueda de la calidad en las acciones formativas de capital humano”.

En su opinión, la negociación colectiva  constituye el escenario natural en el que pueden concretarse y tomar cuerpo las medidas de reforma del mercado de trabajo que se pacten en el Diálogo Social y sean transpuestas a las leyes respectivas.

Entre las alternativas que se proponen está la creación de un sistema de relaciones laborales que modificar el principio rector dominante en la gestión de la mano de obra, que “de estar anclado en el uso y abuso de reglas de flexibilidad externa (contratación temporal y despido con escasos controles) ha de transitar a fórmulas de flexibilidad interna negociadas y con participación sindical e intervención pública”.