Aguirre presume de hacer limpieza en el PP de Madrid...

La maniobra de Esperanza Aguirre para echar del Grupo Popular a los tres imputados en el caso Gürtel elevó ayer la presión sobre Francisco Camps y el PP valenciano, donde todavía no se ha producido ningún cese entre los altos cargos relacionados con la trama corrupta. No obstante, las expulsiones en el PP de Madrid pueden tener pronto su eco en Valencia, puesto que Camps ya ha tomado la decisión de destituir a Ricardo Costa, y así se lo ha comunicado a su entorno más cercano.

Aguirre anunció ayer la salida de Alberto López Viejo, Alfonso Bosch Tejedor y Benjamín Martín Vasco del grupo del PP en la Asamblea de Madrid, así como la expulsión de los ex alcaldes de Boadilla y Pozuelo, Arturo González Panero y Jesús Sepúlveda, de los grupos municipales del partido en esos ayuntamientos. Pese a ello, estos cinco imputados continuarán ejerciendo, y cobrando, como diputados y concejales, ya que se niegan a entregar su acta.

Como adelantó ayer este diario, Mariano Rajoy había trasladado a Aguirre, a través de varios emisarios, la necesidad de apartar a los parlamentarios madrileños imputados como reacción al levantamiento parcial del secreto de sumario de Gürtel. La dirección nacional del PP también se encargó de pedir en mayo la suspensión de militancia para Martín Vasco, Bosch y López Viejo. Sin embargo, Aguirre se arrogó ayer de forma unilateral la decisión de echar a los imputados, y fuentes próximas a la presidenta madrileña afirmaron que Rajoy no había dado indicaciones al respecto.

Con esta expulsión, Aguirre vuelve a adelantarse a Camps en la toma de “medidas contundentes” que reclamó la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, y procura desvincular su imagen de la de los imputados, pese a que López Viejo fue uno de los altos cargos de su máxima confianza. No obstante, el entorno de la presidenta madrileña aseguró que se trata de una acción que beneficia a todo el PP, particularmente a Rajoy, y no sólo a Aguirre.

2.000 euros por cada jornada de votación

Aguirre esperó a la tarde de ayer para reunirse con los parlamentarios imputados, porque fue por la mañana cuando el Gobierno madrileño tuvo acceso oficialmente al sumario de Gürtel. Según las citadas fuentes, el encuentro fue cordial y los diputados asumieron su expulsión, aunque dejaron claro que no renunciarían a su escaño. Aguirre, que cuenta con una amplia mayoría absoluta en la Asamblea de Madrid puede prescindir de los votos de estos parlamentarios, y su entorno está convencido de que López Viejo, Martín Vasco y Bosch no se convertirán en un nuevo frente de oposición. “Para ellos ya es un mal trago tener que ir a la Asamblea y retratarse ante la prensa y el resto de diputados”, apuntaron fuentes del PP.

Un mal trago del que, sin embargo, los imputados se niegan a prescindir. Tras ser expulsados del Grupo Popular, se ven abocados a pasarse al Grupo Mixto, al no existir en el reglamento la figura del diputado no adscrito. Pero mientras se mantengan en sus escaños, cobrarán 52.000 euros al año, y ello, con la única obligación de acudir una vez a la semana a la Cámara. Según cálculos de Europa Pres, López Viejo, Martín Vasco y Bosch se llevarán al bolsillo 2.000 euros por cada jueves que acudan al Pleno de la Asamblea de Madrid. Un negocio al que hay que añadir el privilegio de conservar su estatus de aforado.