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Garzón culpa a Varela de colaborar con las acusaciones después de que éste echara a Falange
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RECUSA AL MAGISTRADO DEL SUPREMO

Garzón culpa a Varela de colaborar con las acusaciones después de que éste echara a Falange

Cruce de escritos, de acusaciones y de decisiones. En una de sus últimas balas, el juez Baltasar Garzón fija objetivo: Luciano Varela. Doce duros folios en

Foto: Garzón culpa a Varela de colaborar con las acusaciones después de que éste echara a Falange
Garzón culpa a Varela de colaborar con las acusaciones después de que éste echara a Falange

Cruce de escritos, de acusaciones y de decisiones. En una de sus últimas balas, el juez Baltasar Garzón fija objetivo: Luciano Varela. Doce duros folios en los que su abogado lanza todo tipo de reproches y acusaciones contra el juez que instruye la causa por un delito de prevaricación, al haber abierto una investigación sobre las desapariciones de la Guerra Civil y el franquismo a sabiendas de que no era competente. El letrado Gonzalo Martínez-Fresneda le acusa de colaborar con Falange Española y Manos Limpias para que sus escritos, de por sí anulables por su falta de rigor jurídico, sean admitidos por un tribunal y la causa no quede anulada.

Prácticamente al mismo tiempo que el abogado presentaba su escrito en el Tribunal Supremo, solicitando la nulidad de todas las actuaciones, el propio Varela expulsaba a Falange Española de la causa. El martes pasado, el instructor le advirtió que debía retirar una serie de expresiones jurídicamente cuestionables si quería que se admitiera su acusación. Tenía de plazo hasta las 00.00 del jueves, pero Falange no presentó el texto corregido hasta el viernes por la mañana. En una providencia, el magistrado fue claro y conciso. La formación queda fuera de la causa.

Sin embargo, para Garzón, Varela ha actuado de manera parcial al guiar a las acusaciones para hacer las modificaciones en sus textos, en los que pedían veinte años de inhabilitación para el juez. A su juicio, ha vulnerado “de forma clara y decisiva la imprescindible neutralidad e imparcialidad que debe presidir la labor de un instructor”. Ha sobrepasado, dice, los límites en los que se tiene que mover un proceso justo con todas las garantías, “vulnerando el principio acusatorio y lesionando la presunción de inocencia”.

“Perjuicio irreparable”

Para la defensa, el comportamiento del magistrado es muy grave y ha provocado un perjuicio irreparable. Ha asesorado a Falange y le ha dado oportunidades “atípicas y extraprocesales”. Tanto a la formación política como al sindicato Manos Limpias, les ha aconsejado y reelaborado sus escritos, apuntando punto por punto las expresiones que debían cambiar, llegando “al extremo” de requerir a una de las acusaciones que excluya páginas y rúbricas enteras. “Esta labor de expurgación, por la cual le indica a unas acusaciones lo que tienen que decir o no decir en un escrito de acusación -labor más próxima, realmente, a una asesoría o consejo jurídico- es insólita en la labor de un juez de instrucción, y ha de tenerse por radicalmente nula”, sostiene.

Estos escritos de acusación son la antesala del juicio. Una vez estén confirmados, sólo quedará fijar la fecha de la vista oral. Los cartuchos se están agotando para el juez de la Audiencia Nacional, que ve con preocupación su inmediata inhabilitación cautelar por parte del Consejo General del Poder Judicial.

Juez y parte

Como bien dice el refrán, no hay mejor defensa que un buen ataque. Y eso es lo que ha hecho en su escrito. Varela está actuando en el proceso, según Martínez-Fresneda, como juez y parte y no está respetando la igualdad de armas. “Quien sostiene la balanza no puede moverse de su puesto sin que éste se incline para un lado”, recalca. Y sigue: Varela tiene un interés particular en la causa y pretende que se presenten unos escritos de acusación con otro contenido distinto, con otros argumentos de cargo que sean “más oportunos, menos dispersos, más concretos... en definitiva, más eficaces para sostener su postura”.

Al final, Falange ha quedado fuera pero no Manos Limpias. Varela les requirió que anularan y excluyeran dos tercios de su contenido. Para la defensa de juez imputado, el sindicato ha plagiado uno de los autos del instructor, inválido en un proceso. El sindicato lo ha modificado a tiempo y, por tanto, y a pesar de las peticiones de la defensa, se queda dentro.

Cruce de escritos, de acusaciones y de decisiones. En una de sus últimas balas, el juez Baltasar Garzón fija objetivo: Luciano Varela. Doce duros folios en los que su abogado lanza todo tipo de reproches y acusaciones contra el juez que instruye la causa por un delito de prevaricación, al haber abierto una investigación sobre las desapariciones de la Guerra Civil y el franquismo a sabiendas de que no era competente. El letrado Gonzalo Martínez-Fresneda le acusa de colaborar con Falange Española y Manos Limpias para que sus escritos, de por sí anulables por su falta de rigor jurídico, sean admitidos por un tribunal y la causa no quede anulada.

Baltasar Garzón Manos Limpias