Garzón se reúne discretamente con su amigo Antonio Navalón

Ocurrió el pasado lunes 26 de abril a la hora del almuerzo. En el exclusivo restaurante madrileño Zalacaín, compartieron mesa, mantel y confidencias dos personajes habituales de la controversia, el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, y el antiguo periodista y hoy alto cargo del Grupo Prisa en México, Antonio Navalón.

Como ayer recogía en su blog el periodista Carlos Carnicero, se trató de un encuentro "discreto" de dos "viejos amigos" que se asesoran, ayudan y escuchan mutuamente, sobre todo después de que fraguaran una gran amistad a raíz del "procedimiento del juez Gómez de Liaño instó contra Jesús Polanco", presidente de Prisa.

Desde entonces, el empresario Navalón ha echado un cable en más de una ocasión a su amigo el juez, ahora en aprietos por culpa de tres sumarios abiertos contra él en el Tribunal Supremo -causa general contra el franquismo, escuchas en la cárcel a los abogados de los implicados en Gürtel, y pagos recibidos del Santander durante unos cursos organizados en la  Universidad de Nueva York-. Fue precisamente en este último caso donde la asesoría de Navalón resultó "clave para su organización".

Carnicero acaba su post con una llamada a la intriga sobre lo que realmente pasó en esa discreta comida, al asegurar que el encuentro pudo haber sido grabado íntegramente por los servicios de inteligencia. Se supone que de los que tienen su sede en la Cuesta de las Perdices de Madrid. Con Navalón de por medio siempre hay un hueco para la imaginación.