Zapatero incumple su calendario de pactos y deja ‘tocada’ la legislatura

José Luis Rodríguez Zapatero afronta su periodo más crítico como Presidente del Gobierno sin haber logrado cerrar ninguno de los grandes pactos y reformas que había prometido en 2009. Economía sostenible, educación, energía, pensiones, reforma laboral o sistema financiero son algunas de las materias sobre las que Zapatero había augurado acuerdos, pero todas continúan pendientes. Ahora, la emergencia económica y el desprestigio institucional han resucitado la exigencia de elecciones anticipadas. Un escenario para el que ya se prepara el PP ante la posibilidad de que los Presupuestos Generales de 2011 encallen en el Congreso.

Hace un año, durante el debate sobre el estado de la Nación, Zapatero trató de dar un nuevo impulso a su proyecto político, entonces ya muy dañado por la crisis. Introdujo la economía sostenible como marco de referencia para toda la legislatura y anunció una decena de medidas económicas basadas en el gasto público. Pero a finales de 2009, el líder socialista cambió el discurso y adelantó un calendario concreto para reformar las pensiones, el mercado de trabajo y contener el déficit. Las previsiones no se han cumplido, y ayer Zapatero recibió un último revés: no habrá un “gran acuerdo de Estado” en materia de educación.

El fracaso del pacto educativo irá acompañado probablemente del de la energía, y se suma a la incapacidad para alcanzar un gran acuerdo en economía. El nuevo modelo productivo, supuestamente contenido en la Ley de Economía Sostenible, continúa su trámite en el Parlamento, amortizado ya su impacto mediático. Algo similar ocurre con la reforma de las pensiones, anunciada como una medida urgente, y que ha pasado a un segundo plano. Tampoco la reforma del mercado laboral, prevista para el primer trimestre,  ha llegado a tiempo.

Otro claro ejemplo de fracaso es el llamado Pacto de Zurbano. La oferta que Zapatero lanzó en febrero para consensuar un amplio paquete de medidas económicas contó con el  respaldo del Rey y la disposición de todos los grupos parlamentarios, pero las grandes expectativas acabaron diluidas en un mero decreto ley. De igual forma, el último intento de mostrar unidad ante la crisis, la visita de Mariano Rajoy a la Moncloa 18 meses después de su última reunión, no sólo no sirvió para acercar a Gobierno y oposición, sino que propició que el líder del PP se ofreciera como recambio.

El examen de los Presupuestos Generales

Los populares creen que el ciclo político socialista está agotado, por lo que insistirán en la petición de elecciones anticipadas como única salida a una situación de bloqueo que afecta también a instituciones como el Tribunal Constitucional. “Lo paradójico de Zapatero es que tiene 169 escaños en el Congreso, pero no los utiliza para gobernar”, apuntaron fuentes de la dirección del PP, conscientes de la dificultad de sacar adelante una moción de censura. “¿Aceptarían los nacionalistas apoyar una moción de censura si el único punto en el programa de Rajoy fuera convocar elecciones?”, se preguntaron estas fuentes. Y es que incluso el senador del PNV Iñaki Anasagasti se apuntó ayer a reclamar un adelanto electoral con un artículo titulado “España sin liderazgo”.

Pero cualquier movimiento parece supeditado a la suerte de los próximos Presupuestos Generales del Estado. La previsible austeridad de los mismos dejará a Zapatero poco margen para negociar con los grupos minoritarios, y el PP espera que esta soledad parlamentaria sea la puntilla para el Ejecutivo.