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Camps se aferra a la presidencia valenciana en contra el deseo del PP
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EL PP AUMENTA LA PRESIÓN SOBRE EL PRESIDENTE PARA QUE DIMITA

Camps se aferra a la presidencia valenciana en contra el deseo del PP

En su fuero interno, el presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, está convencido de que saldrá victorioso e inocente del supuesto delito de cohecho impropio

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Camps se aferra a la presidencia valenciana en contra el deseo del PP

En su fuero interno, el presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, está convencido de que saldrá victorioso e inocente del supuesto delito de cohecho impropio por el que será juzgado por el Tribunal Superior de Justicia de Valencia. Después de que ayer el Supremo decidiera reabrir el archivo de esa causa y cuando muchos daban ya, también dentro del partido, por concluida su carrera política, Camps ha decidido aferrarse a su cargo y anular, de momento, cualquier posibilidad de ofrecer su cabeza al líder nacional, Mariano Rajoy. Un desafío a la Dirección del PP, que ayer era tajante al afirmar a este diario que Mariano Rajoy, bajo ningún concepto, está dispuesto a consentir que el de Camps se convierta en un nuevo quebradero como en su día lo fue el caso Barcenas.

Arropado por el "apoyo incondicional" de los suyos, Camps se presentó incluso como el candidato a las próximas elecciones a la Generalitat y animó a su equipo a "ponerse ya en campaña" y a "trabajar todos los días con la cabeza bien alta y sin ningún tipo de complejo". El presidente valenciano subrayó también que el PPCV debe "trabajar todos los días con la cara bien alta y sin ningún tipo de complejo porque nadie en el planeta Tierra puede dar lecciones al PP de nada que tenga que ver con honorabilidad, honestidad y honradez". "Y cuando digo nadie es nadie en el mundo porque, si hay un partido honesto, ese es el PP", sentenció.

Habla el presidente valenciano como si ayer el Supremo no hubiera considerado que puede haber delito en los supuestos regalos en forma de traje que aceptó de la empresa Orange Market y de Álvaro Pérez, el Bigotes. Ciertamente, Camps aún no está imputado por nada, pero esa situación judicial podría cambiar en los próximos días y, entonces, se vería obligado a hacer lo que han hecho ya casi todos los implicados en la trama: dimitir. Su actitud, para la que dice tener el apoyo de Rajoy, con quien habló por teléfono media hora antes de empezar la Junta Directiva del PPCV, corrobora lo que ya este diario avanzaba ayer, que Camps estaba dispuesto a continuar "contra viento y marea" dijese lo que dijese el Alto Tribunal.

Sin embargo, el Partido Popular, según fuentes consultadas por este diario, no va a consentir que Camps se enroque en su cargo como presidente de la Generalitat valenciana o que su caso se convierta de nuevo en un culebrón jurídico-mediático que acabe por debilitar y desgastar el liderazgo interno de Mariano Rajoy. El presidente del PP ha ido hasta donde podía llegar en su defensa cerrada de uno de los principales barones del partido, pero ahora Camps tiene los días contados. Desde Génova 13 se van a esforzar en convencerle de que lo mejor es que sea él mismo quien dé el paso definitivo para pasar a un segundo plano.

La decisión del Supremo de reenviar el caso de los trajes al Tribunal Superior de Justicia de Valencia, aunque previsible, supone un verdadero terremoto para la Dirección del Partido Popular, harta de los coletazos de la Gürtel. Como muy gráficamente explicaban a este diario, la reapurtura del caso supone que "se nos caiga encima una muy gorda", decían fuentes populares.

Si ayer el discurso oficial de cara a la galería consistió en un calculado cierre de filas en torno a su presidente autonómico, a partir de hoy el caso tomará un nuevo rumbo. Hasta ahora, como se ha dicho, el guión seguido por Mariano Rajoy y su secretaria general, María Dolores de Cospedal, para aplicar mano dura sobre sus cargos públicos afectados por corrupción era esperar a que estos fuesen imputados. La Dirección del PP tiene así aún un estrecho margen de tiempo para actuar y también para que Camps reflexione sobre su futuro. Un tiempo en el que, apuntan también, se va a redoblar la presión interna sobre él para convencerle a través de diferentes vías de que deje su cargo.

Una decisión que, no obstante, es mucho más compleja que cualquier otra medida de las tomadas hasta ahora por Rajoy y Cospedal, pues Camps es presidente de una comunidad autónoma, cargo que nadie le puede forzar a dejar. Su marcha voluntaria sería, insisten, el mejor de los escenarios posibles, pues nadie quiere pensar en nada que suponga un enfrentamiento de Madrid con el PPCV.

Camps llegó a augurar en privado que el Tribunal Supremo archivaría este miércoles su caso. El de ayer es, pues, otro revés muy serio para él, quien hasta ahora ha continuado adelante en parte por la insistencia y el apoyo de sus vicepresidentes Vicente Rambla y Juan Cotino, también implicados. Estos han insistido siempre en que no tirase la toalla porque auguran que la caída de Camps supondría también el fin de su propia carrera política.

En Génova 13 tampoco quieren que la marcha de Camps suponga un adelanto de las elecciones autonómicas, por lo que su sucesor al frente de la Generalitat deberá salir de su equipo de Gobierno o de algún diputado popular con escaño en el parlamento valenciano. Todas las quinielas han apuntado siempre dentro del partido hacia la mujer con quien conseguirían incluso unos mejores resultados electorales: la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. Pero ella, de momento, se resiste a aceptar el reto y prefiere mantenerse en la política local, en la que lleva 20 años como primer edil.

El Partido podría buscar una fórmula transitoria como la que en su día se llevó a cabo cuando el ex presidente Eduardo Zaplana dejó la Generalitat para asumir la cartera de Trabajo que le ofreció Aznar. Entonces, fue su vicepresidente, José Luis Olivas, quien asumió temporalmente las riendas de la Generalitat hasta que se convocaron las elecciones autonómicas en las que el sucesor oficial, Camps, venció por mayoría absoluta. En las quinielas sucesorias suenan también con fuerza los nombres del alcalde de Castellón, Alberto Fabra, quien también es diputado autonómico, o incluso el del propio Esteban González Pons. De todos modos, en el Partido Popular están convencidos de que los valencianos respaldarán de nuevo a su partido en las urnas de forma abrumadora.

Sea como fuere, Francisco Camps ha pasado en poco más de un año de ser uno de los barones con la carrera más prometedora dentro del PP, a ver cómo el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana le puede sentar en el banquillo y poner fn a su vida política.

En su fuero interno, el presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, está convencido de que saldrá victorioso e inocente del supuesto delito de cohecho impropio por el que será juzgado por el Tribunal Superior de Justicia de Valencia. Después de que ayer el Supremo decidiera reabrir el archivo de esa causa y cuando muchos daban ya, también dentro del partido, por concluida su carrera política, Camps ha decidido aferrarse a su cargo y anular, de momento, cualquier posibilidad de ofrecer su cabeza al líder nacional, Mariano Rajoy. Un desafío a la Dirección del PP, que ayer era tajante al afirmar a este diario que Mariano Rajoy, bajo ningún concepto, está dispuesto a consentir que el de Camps se convierta en un nuevo quebradero como en su día lo fue el caso Barcenas.

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