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El PP de Alicante, dividido en su apoyo a Camps: “Si viene de campaña a los pueblos, nos arruina”
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LOS ZAPLANISTAS PIDEN SU DIMISIÓN

El PP de Alicante, dividido en su apoyo a Camps: “Si viene de campaña a los pueblos, nos arruina”

La Diputación de Alicante y algunos de las grandes ciudades de la región son uno de los últimos reductos en los que aún pervive el zaplanismo,

Foto: El PP de Alicante, dividido en su apoyo a Camps: “Si viene de campaña a los pueblos, nos arruina”
El PP de Alicante, dividido en su apoyo a Camps: “Si viene de campaña a los pueblos, nos arruina”

La Diputación de Alicante y algunos de las grandes ciudades de la región son uno de los últimos reductos en los que aún pervive el zaplanismo, la corriente del PP valenciano que nunca ha abandonado su apoyo al ex presidente Eduardo Zaplana y que mantiene un pulso nada oculto con Francisco Camps. Son una minoría dentro del PPCV y quizá por ello, o porque se sienten alentados por el negro panorama judicial del presidente de la Generalitat, son también los que más claro hablan. 

Los populares valencianos viven estos días una situación similar a la descrita por Hans Chrsitian Andersen en su cuento El traje nuevo del Emperador. Nadie se atreve a decirle al protagonista de la historia, a Camps, que no lleva camisa. O lo que es lo mismo, nadie la explica a la cara lo que muchos, también sus seguidores, reconocen en privado: que un candidato a la Generalitat no puede estar a la vez inmerso en un juicio con un jurado popular. Solo los zaplanistas de Alicante, con su presidente de la Diputación, José Joaquim Ripoll, a la cabeza, piden abiertamente su cabeza. “Hables con el alcalde que hables, ninguno quiere que Camps aparezca por su pueblo porque le arruina la campaña”, reconoce a este diario una de las personas vinculadas a este sector. “Si Camps viene ya no se habla de los proyectos del pueblo, sino de los trajes, o de otros asuntos de la trama Gürtel. Estamos muy molestos, porque, al final, Camps es un lastre y una rémora”.

Sea como fuere, este sábado los populares valencianos celebran el tercer aniversario de la abrumadora victoria de Camps en las elecciones autonómicas sin que, desde Madrid, nadie de la dirección nacional acuda a respaldarle en este autohomenaje que lleva por lema “Nosotros cumplimos”. Solo Esteban González Pons, miembro de la Ejecutiva del PP valenciano y uno de los nombres que más suena en las quinielas como posible sustituto de Camps, hará acto de presencia. Ripoll y muchos de los suyos ya han anunciado que no estarán, aunque justifican su ausencia en que tienen otros compromisos. Como Mariano Rajoy, que evitará la foto con Camps visitando, con el PP catalán y su presidenta, Alicia Sánchez Camacho, la fiesta del Caracol de Lleida.

En la dirección nacional están cansados y hartos de los mensajes contradictorios que llegan desde el entorno de Camps. Un diputado nacional reconoce que “no se entiende que autoproclame como Juan sin Miedo o que el pasado sábado dijera en Génova que las elecciones valencianas serán cuando toquen y luego nos lleguen noticias de que está dispuesto a adelantar los comicios”. Cambios de actitud y de mensaje que, añade, tiene mucho que ver con su propio carácter ciclotímico. “La que tiene que estar harta es la propia Rita Barberá, que siempre tiene que salir a apaciguar las cosas”.

“Si Camps sigue adelante”, añaden las mismas fuentes del PP de Alicante, “nos podríamos encontrar con un candidato proclamado que se siente a su vez en los banquillos. Eso Génova no se lo puede permitir y tiene que tomar medidas, como estudiar su posible suspensión de militancia. Ellos tienen la sartén por el mango y son los que, al final, podrían decirle: ¿usted por qué partido se presenta ahora? Da igual el cargo o apellido que tenga, se tiene que actuar igual con todo el mundo”.

Si en algo coinciden los zaplanistas y los seguidores de Camps es que, sea quien sea el candidato, el Partido Popular ganará holgadamente las próximas elecciones valencianas pues “en frente, el PSOE es invisible”. Por eso, son cada vez más los que se muestran partidarios de que se elija un nuevo líder. “Con el paraguas del partido, ganamos las próximas elecciones sea quien sea el candidato”, dicen los zaplanistas. “El partido no se puede permitir que esto sea un lastre para nosotros. Este goteo, esta lluvia fina, nos destroza a todos”. Ahora solo falta que alguien convenza al Emperador de que va desnudo.

La Diputación de Alicante y algunos de las grandes ciudades de la región son uno de los últimos reductos en los que aún pervive el zaplanismo, la corriente del PP valenciano que nunca ha abandonado su apoyo al ex presidente Eduardo Zaplana y que mantiene un pulso nada oculto con Francisco Camps. Son una minoría dentro del PPCV y quizá por ello, o porque se sienten alentados por el negro panorama judicial del presidente de la Generalitat, son también los que más claro hablan. 

Francisco Camps Mariano Rajoy