La Unesco recomienda que el AVE no pase por debajo de la Sagrada Familia

París bien vale una misa. O un viaje. Por ejemplo, para conseguir los documentos que la Administración española esconde. Eso es lo que le pasó a la plataforma AVE pel Litoral, que se opone al túnel del tren de alta velocidad que ha de atravesar Barcelona pasando por debajo de la emblemática Sagrada Familia. La empresa pública Adif, el Ministerio de Cultura, la Generalitat de Cataluña y el Ayuntamiento de Barcelona tenían en sus manos un informe de la Unesco que alerta de que el templo del arquitecto Antonio Gaudí no está a salvo 100%. Fue un informe elaborado por técnicos del organismo internacional.

 

El informe podría haber causado un revuelo de consecuencias imprevisibles. Para paliar estos daños colaterales, la solución fue escamotearlo durante tres meses. Pero los vecinos se fueron a la sede de la Unesco y el organismo internacional no tuvo reparos en facilitarles, como parte implicada en la construcción del túnel -sus viviendas tampoco están a salvo-, copia del informe que sus técnicos hicieron.

El informe no pone en duda las medidas de seguridad que se han tomado a la hora de construir el polémico trazado del AVE, pero indica que, habiendo alternativas, el trazado debería cambiarse. La Plataforma AVE pel Litoral había propuesto un itinerario que circunda Barcelona en vez de pasar por debajo, por el inestable subsuelo. Este itinerario ha de enlazar la céntrica estación de Sants con la futura megaestación de La Sagrera, en el noreste de la ciudad.

Lo más rápido y efectivo es la línea recta. Pero ésta sólo puede hacerse bajo tierra. La solución política fue diseñar un túnel para unir las dos estaciones. Pero los vecinos creen que una obra de esta envergadura puede causar problemas, especialmente porque, transversalmente a su trazado, bajan desde la montaña del Tibidabo hacia el mar varios regatos subterráneos que pueden crear problemas. Y el terreno es muy arenoso, lo que lo convierte también en más inestable. En otras palabras, la solución ideal en cualquier otra ciudad aquí se torna un serio problema.

El representante de Ave pel Litoral, Pere Vallejo, intentó durante los últimos meses obtener información de los organismos oficiales. “Estuve en el Ministerio de Cultura e incluso amenacé con quedarme a dormir. Pero siempre nos negaron la documentación. ¿Por qué nos la han ocultado? Ellos tienen el informe de la Unesco desde marzo”, se queja Vallejo en declaraciones a El Confidencial.

La plataforma ciudadana ha puesto el tema en manos de un traductor jurado, ya que el documento está en inglés. La traducción será entregada después a la Audiencia Nacional, que tiene viva una demanda de los vecinos contra la construcción del túnel, con el objeto de que la una a la causa y obre en consecuencia. En septiembre pasado, una comisión de este organismo judicial ya visitó las obras del AVE debido a las denuncias vecinales, pero dictaminó que las obras podían proseguir prestando especial atención a las medidas de seguridad. “En cuatro o cinco días, tendremos lista la traducción y la presentaremos al juzgado para que todo el mundo sepa exactamente lo que han dicho los técnicos de la Unesco”, subraya el representante vecinal.

Un gran robot de piedra

Fuente de Adif, por su parte, señalaron a El Confidencial que “el informe de la Unesco es provisional. Cuando tengamos el definitivo, actuaremos en consecuencia”. Estas fuentes destacan que la Sagrada Familia tiene, en estos momentos, 350 dispositivos de control para detectar cualquier movimiento en la estructura. En otras palabras, hoy por hoy la obra más conocida de Gaudí es un robot de piedra que emerge entre los bloques del Ensanche barcelonés.

“Se hicieron muchos estudios, Técnicos de la Universidad Politécnica de Cataluña e independientes han dado su parecer. Y la tuneladora que excava el subsuelo tiene detectores que, hasta ahora, han evidenciado que la tierra que horada tiene un comportamiento ejemplar. El máximo movimiento de desplazamiento que se ha notado es de un milímetro”, señalan las mismas fuentes. Además, la Administración está dispuesta a incorporar a los técnicos de la Unesco a su equipo de controladores para que examinen sobre el terreno las incidencias que pueda haber.

Sin embargo, según ha podido conocer este diario, el informe ha recibido la calificación de “provisional” porque faltan algunos extremos por confirmar. Es decir, que hay algunos interrogantes que tenían los técnicos internacionales que envió la Unesco y a los que no se les ha dado respuesta oportuna porque faltaban documentos que contenían esta información.