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Asturias, Navarra y Valencia, las tres piedras en el zapato de Rajoy
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AÚN NO HAY UN CANDIDATO CLARO EN LAS TRES COMUNIDADES

Asturias, Navarra y Valencia, las tres piedras en el zapato de Rajoy

El presidente nacional del Partido Popular, Mariano Rajoy, tendrá que emplearse a fondo estas vacaciones para zanjar algunos de los grandes asuntos a los que, acabado

Foto: Asturias, Navarra y Valencia, las tres piedras en el zapato de Rajoy
Asturias, Navarra y Valencia, las tres piedras en el zapato de Rajoy

El presidente nacional del Partido Popular, Mariano Rajoy, tendrá que emplearse a fondo estas vacaciones para zanjar algunos de los grandes asuntos a los que, acabado el curso político, aún no ha sabido dar respuesta. Entre ellos, las tres grandes incógnitas que, a día de hoy, se ciernen sobre el mapa popular de candidatos que se batirá con el PSOE en las próximas elecciones locales y autonómicas. Asturias, revolucionada en divisiones intestinas, Navarra, con un partido que acaba de echar a andar después de la ruptura con UPN, y la Comunidad Valenciana, donde crecen los negros nubarrones judiciales por partida triple (Francisco Camps, Carlos Fabra y Joaquín Ripoll), aún no tienen un candidato claro. Y el tiempo se agota. El partido quiere cerrar la proclamación de los cabezas de lista a la vuelta del verano.

El calendario inicial previsto por el equipo de Rajoy apuntaba a este mes de julio como la fecha en la que se debía proclamar a los candidatos y dar el pistoletazo de salida a la larga precampaña electoral. Pero a Ana Mato, coordinadora electoral del partido, no le ha quedado más remedio que retrasar todos los planes sine die a la espera de que se acabe de concretar la fecha de las próximas elecciones catalanas. Un tiempo extra que ha servido también de respiro para estas regiones en las que el panorama aún no está nada claro.

La Revolución de Asturias

El proceso no se antoja nada fácil a tenor de la primera revuelta protagonizada esta semana por los principales responsables del PP de Asturias, que han aprovechado el debate sobre el estado de la Nación para asestar un duro jaque-mate político a la hipotética candidatura del ex ministro Francisco Álvarez-Cascos. La maniobra se ha producido justo cuando la vuelta de Cascos se daba ya por hecha en los corrillos políticos a la espera, eso sí, de que Mariano Rajoy la terminase de avalar. Encabezada por el alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, la revuelta ha sido secundada por los presidentes del PP de Avilés, Mieres y Gijón y corroborada, después, por el Comité Electoral de Asturias.

En la dirección nacional insisten en señalar que este culebrón, para bien o para mal, no está justificado porque todavía no ha comenzado la fase de candidaturas en muchas comunidades autónomas. Los comités electorales, añaden, no tienen, entonces, por qué entrar ahora en los supuestos descartes de candidatos.

El ex ministro y vicepresidente sería, según las encuestas internas que baraja el Partido Popular, un gran candidato, capaz de reconquistar incluso el poder en el Principado. Sea como fuere, son muchos los que piensan que este mini golpe de estado ha dejado muy mermadas sus posibilidades, pues sea cual sea la decisión que tome Rajoy sobre este asunto, la división ya está servida. Entretanto, los seguidores de Cascos preparan para el próximo viernes un gran acto de apoyo multitudinario en Gijón en el que cerca de 1.000 personas pedirán a Rajoy que Cascos sea su candidato.

¿Cervera para Navarra?

La Comunidad Foral es otra de las piezas sobre las que pende todavía una enorme incógnita. El Partido Popular no aspira aquí a gobernar, pero sí, al menos, a ser decisivo en la futuro composición del Gobierno. Tras la ruptura formal de relaciones con la Unión del Pueblo Navarro de Miguel Sanz, el PP se enfrenta a sus primeras elecciones y a su primer gran test de poder. El PP podría estrenarse, como mínimo, con hasta cinco diputados, según una reciente encuesta encargada por el propio parlamento regional.  

La respuesta en forma de nombre podría llegar en septiembre. De momento, en la última Junta Nacional celebrada en Génova, Rajoy ha vuelto a dar un voto de confianza a sus compañeros de Navarra para que sea su ejecutiva la que presente una propuesta de candidato a la dirección nacional. El diputado Santiago Cervera, uno de los protagonistas de la ruptura con UPN, es quien más papeletas acumula para convertirse en el cabeza de lista. Aunque reacio en un principio, Cervera ha acabado mostrando su disposición a aceptar el envite si el partido se lo pide. Y eso aunque él preferiría dar paso a una nueva cara menos vinculada con el trágico divorcio con los regionalistas.

El reto podría suponer también un baile de escaños a nivel nacional. Cervera tendría que renunciar a su acta como diputado si encabeza la lista al parlamento navarro. El asunto no es baladí porque su posible sustituto sería un político de UPN y no del PP, por lo que Rajoy perdería otro apoyo en la Cámara Baja.

El futuro de Camps

Y a todo esto se une la peliaguda situación del Caso Camps y de todo el PP valenciano, salpicado por supuestos casos de corrupción en sus tres provincias. Los mismos que en público sostienen que Francisco Camps es el único candidato posible para las próximas elecciones, cuestionan en privado su futuro. Eso sin contar con que en cualquier momento el Tribunal Superior de Justicia valenciano reabrirá la causa de los trajes. Y una nueva gota puede ser la que, finalmente, haga desbordarse el vaso de la paciencia de Génova. Pasado ya el debate sobre el estado de la Nación, Rajoy tiene por delante un largo verano para tomar decisiones. En todo caso, si Camps cae, solo hay una solución posible y pasa por la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá.

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