Sebastián pidió al PP que prorrogue la vida de Garoña si llega al poder en 2012

Miguel Sebastián no encuentra aliados en el PSOE para su posición favorable a la energía nuclear, por lo que ha decidido confiar al PP la ampliación de la vida de las centrales. El ministro de Industria ha pedido al principal partido de la oposición que renueve el permiso de explotación de Garoña (Burgos), si llega al poder en 2012. Hace tan solo un año, el Gobierno decidió, en contra del criterio de Sebastián, que Garoña cese su actividad en 2013, pese a que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) había abogado por aplazar su cierre 10 años más.

La petición del titular de Industria al equipo económico popular tuvo lugar durante las fallidas negociaciones para alcanzar un pacto energético. Según fuentes de toda solvencia, Sebastián reconoció su incapacidad para imponer su criterio pro nuclear en el seno del Gobierno y del PSOE, pese a que para comenzar el diálogo con la oposición se había comprometido a abordar todas las fuentes de energía, incluida la nuclear.

Ante la exigencia del PP para retomar el debate sobre Garoña e impedir su cierre definitivo en 2013, Sebastián admitió su impotencia y alentó a los populares a prorrogar la vida de la central, si Mariano Rajoy gana las próximas elecciones generales. “Es técnicamente posible”, aseguró el ministro, quien en 2009 tuvo que ver como la decisión política de José Luis Rodríguez Zapatero laminaba el informe del CSN favorable a una prórroga de 10 años.

Esta escasa influencia de Sebastián en sus colegas de partido y Consejo de Ministros ha acabado por convencer al PP de que un acuerdo global sobre energía no es posible. Los populares consideran que el Ejecutivo ha cruzado las dos líneas rojas de la negociación al subir la tarifa de la luz, y al cerrar la puerta a la renovación de las centrales nucleares a través de la Ley de Economía Sostenible. Así se interpreta desde el PP la enmienda del Grupo Socialista que fija en 40 años la vida útil de las centrales, y borra cualquier referencia a renovaciones extraordinarias.

Discordia en el PSOE

La polémica en torno a Garoña es paradigmática de la batalla entre los socialistas por la cuestión nuclear. A principios de 2009, Sebastián pactó con los cinco integrantes del pleno del CSN la prórroga de 10 años para esta central, pero el rechazo de Zapatero y otras figuras del PSOE, como Jesús Caldera, tumbó este acuerdo. Además del ex ministro y responsable de la Fundación Ideas, que propone un modelo para 2050 basado en un 100%  en energías renovables, Leire Pajín o Hugo Morán (secretario socialista de Medio Ambiente) defienden echar el cerrojo a todas las nucleares.

Por el contrario, pesos pesados del Ejecutivo como José Blanco y Alfredo Pérez Rubalcaba, junto con la vieja guardia que conforman Felipe González y Javier Solana, mantienen una posición próxima a la de Sebastián. Pero las consecuencias de esta pugna no sólo son visibles en el frustrado acuerdo sobre energía con el PP, o en la indefinición sobre la vida de las centrales, sino que ha afectado también a la instalación del almacén de residuos nucleares.

El ministro de Industria tuvo que soportar otra rectificación en el Consejo de Ministros del pasado día 17, cuando trató de aprobar la construcción del ATC en Zarra (Valencia). Pese a que cada día de retraso supone para España un gasto de 60.000 euros, el Ejecutivo volvió a hacer caso omiso de los informes técnicos aportados por Industria y aplazó la decisión sobre la ubicación del almacén. En este escenario de incertidumbre, la pregunta es si el PP se atreverá a recoger el guante lanzado por Sebastián, satisfaciendo la petición del ministro en caso de llegar al poder en 2012.