Treinta dirigentes del PSM hacen frente común contra las represalias de Gómez

La paz interna dentro del Partido Socialista de Madrid amenaza con saltar por los aires en cualquier momento. El intento de defenestrar al alcalde de Getafe y presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias, Pedro Castro, ha hecho saltar todas las alarmas entre los que hace no menos de un mes unieron su futuro político al de la candidata perdedora, Trinidad Jiménez.  De hecho, unos 30 dirigentes del PSM, la mayoría con cargo orgánico dentro del partido, se reunieron el pasado 14 de octubre en una almuerzo privado para unir fuerzas ante lo que adivinan puede ser la primera vendetta de Tomás Gómez. 

El encuentro se celebró, como adelantó ayer el diario El País, en el restaurante Edelweiss, junto al Congreso de los Diputados. Y allí se dieron cita, según ha podido saber El Confidencial, una treintena de dirigentes caídos en desgracia, entre ellos, diputados nacionales, parlamentarios regionales y concejales del PSM no alineados en el bando vencedor de las primarias. “En su mayoría eran cargos orgánicos”, aclaran fuentes conocedoras del encuentro que rehúyen dar nombres de los participantes. 

Todos acordaron armar una estrategia de defensa común ante posibles represalias que se puedan poner de manifiesto en la próxima composición de las listas electorales. Un proceso que el partido debe comenzar a debatir en enero y en el que se harán evidentes las rencillas no curadas de la última batalla interna. Defienden, además, que su presencia en las listas debe suponer, al menos, una cuota de representación del 48%, lo que seguiría dejando la mayoría de los nombres en manos de Tomás Gómez y los suyos. Es, por otro lado, el mismo porcentaje de voto que obtuvo cada grupo en las reñidas elecciones primarias.

“Desestabilizar” a los perdedores

En el equipo que apoyó a la ministra Trinidad Jiménez se considera que Gómez ha intentado “desestabilizar” aquellas agrupaciones y municipios, no solo Getafe, en los que su candidatura no logró un elevado número de votos. Y en esa estrategia encuadran las presiones que ha ejercido sobre el alcalde de Getafe, Pedro Castro, uno de los hombres que más vinculado estuvo en un principio al proyecto de Gómez y que, después, más se alejó de él para apoyar a Jiménez. Castro llegó a decir entonces que “muy a su pesar” Gómez se estaba convirtiendo “en el candidato de la derecha”. Una dura afirmación que el líder del PSM parece no haber olvidado. 

Gómez no ha esperado ni un mes para poner en marcha su primer ajuste de cuentas. Con la excusa de unas supuestas encuestas, presionó a Castro hasta en tres reuniones para que no se presentase a la reelección y cediese el paso a la teniente de alcalde, Sara Hernández. Y a eso a pesar de que Castro ya contaba, entonces, con el visto bueno del comité regional y el comité federal del partido. “A Pedro Castro le han dado a probar su propia medicina”, explica, con ironía, un destacado miembro del PSM muy afín a Gómez. “¿No decía él que si las encuestas señalaban que si otro compañero tiene más posibilidades de ganar lo mejor es dar un paso atrás? Pues ahora él está probando la misma medicina”. 

Daño a las expectativas electorales

El bando de Jiménez lamenta también que estas luchas internas estén dilapidando el enorme revulsivo interno y externo que supusieron las primarias para el propio partido. “Se debería actuar en positivo y aprovechar todo ese revulsivo para generar entusiasmo entre los ciudadanos y hacer una mayor labor de oposición”, explica a este diario otro diputado nacional. “Lamento profundamente estas dinámicas persecutorias porque minan nuestra expectativas electorales. Si seguimos así, vamos a ser un partido muy residual en la Comunidad de Madrid y parece difícil que podamos optar a ganar en las próximas elecciones. Deberíamos hacer todos un esfuerzo para saber dónde estamos, en un partido de Gobierno que debe ser alternativa en Madrid”, añade.