Es noticia
Rajoy vende su nueva imagen presidencial y abandona el rol de opositor ‘cenizo’
  1. España
CAMBIA DE ESTRATEGIA Y ABORDA LA POLÍTICA SOCIAL

Rajoy vende su nueva imagen presidencial y abandona el rol de opositor ‘cenizo’

Es posible que Mariano Rajoy lleve siete años esperando este momento. O no, como él mismo diría. Pero el líder del PP ha aprovechado la Convención

Foto: Rajoy vende su nueva imagen presidencial y abandona el rol de opositor ‘cenizo’
Rajoy vende su nueva imagen presidencial y abandona el rol de opositor ‘cenizo’

Es posible que Mariano Rajoy lleve siete años esperando este momento. O no, como él mismo diría. Pero el líder del PP ha aprovechado la Convención Nacional de su partido en Sevilla para estrenar su nueva piel de candidato. Los estrategas populares fijaron este fin de semana como la fecha en que su presidente debía dejar a un lado el traje de jefe de la oposición, de azote del Gobierno, para mutar en aspirante a la Moncloa capaz de generar esperanza. En otras palabras, Rajoy ya no tiene que gastar su tiempo en hablar mal de José Luis Rodríguez Zapatero, sino en presentar su alternativa.

 

La ausencia de un proyecto político claro que sustituyera al del PSOE ha sido una de las críticas más recurrentes que ha padecido el PP en los últimos años. Rajoy centraba todos sus esfuerzos en erosionar la imagen de Zapatero, pasando de puntillas sobre qué medidas concretas tomaría si estuviera en la Moncloa. El objetivo era evitar que el foco del debate se desviara de la errática gestión del Gobierno a las futuras políticas populares. Asimismo, el PP pretendía acabar con la credibilidad y la buena imagen que el presidente socialista pudiera conservar.

Pasada esta fase, con las municipales y autonómica a la vuelta de la esquina, el liderazgo de Zapatero bajo sospecha, y el viento a favor de las encuestas, Rajoy encara la recta final de la legislatura con el rol de presidenciable dispuesto a generar confianza. Ayer, durante su discurso de clausura de la Convención del partido, no citó ni una sola vez a Zapatero, ni se regodeó en las cifras que describen la crisis económica. “Va a ser un discurso dirigido a las emociones, no voy a hablar del déficit exterior o este tipo de cosas porque no le llegan a la gente”, había admitido la noche previa en un corrillo con periodistas.

Y así fue. “No quiero hablar del pasado. Hoy no es día para criticar al Gobierno, ni para explicar sus errores. Nadie nos pide que insistamos en ellos, porque todo el mundo los conoce o los sufre en su propia carne”, aseguró en su intervención. “A los españoles no les interesa ya hablar de este Gobierno. Lo único que esperan de él es que anuncie la fecha de las elecciones. Lo que les importa no son las críticas, sino nuestros propósitos. De eso es de lo que quiero hablar”, reiteró.

“El trabajo de estos años está dando sus frutos. Hemos creado el caldo de cultivo para que calen nuestras ideas, como la austeridad, y ahora Rajoy solo tiene que rematar”, señaló un dirigente de la calle Génova. El reto de los populares es que el electorado perciba el cambio y no prevalezca la imagen que el PSOE difunde de su rival: desde un cenizo que solo augura catástrofes, hasta un político perezoso que no arrima el hombro. “Rajoy ha mejorado, y conforme se acerquen las elecciones el público lo va a ver mejor. Siempre sucede así con el candidato favorito para ganar”, indicó un asesor conocedor de la cocina del PP.

Arrebatar al PSOE el monopolio de la política social

Para convertir en esperanza lo que hasta ahora era crítica demoledora, el político gallego lanzó un llamamiento a superar la “resignación”, la “decepción y hasta el abatimiento”, asegurando que se puede confiar en su partido y en el talento de los españoles para superar la crisis. “Vamos a construir con ellos el futuro de esperanza que queremos para nuestros hijos”, expresó. Y para combatir al PSOE, incluso si su candidato es Rubalcaba como cree Rajoy, el principal partido de la oposición se ha lanzado a arrebatarle el monopolio de las políticas sociales y de protección.

“La solidaridad y la justicia social no son, como algunos pretenden, patrimonio de ninguna fuerza política. Si acaso pueden ser patrimonio de aquellos que saben gestionar la economía”, advirtió para recordar también “el mayor recorte de derechos sociales” protagonizado por “aquél” que lo había negado “mil veces”. Así, el programa del PP en esta materia se centrará en la educación y la familia.

Ambas encajan en su marco ideológico: la primera, como instrumento de movilidad social ligada al mérito, y como vía para transmitir valores clásicos. La segunda, como institución básica de la sociedad que debe ser protegida. Aunque Rajoy sabe bien que el paro constituye la verdadera inquietud de los españoles y, por ello, disfrutando de su nuevo rol de caballo ganador, sostuvo que el empleo es la mejor política social.

Es posible que Mariano Rajoy lleve siete años esperando este momento. O no, como él mismo diría. Pero el líder del PP ha aprovechado la Convención Nacional de su partido en Sevilla para estrenar su nueva piel de candidato. Los estrategas populares fijaron este fin de semana como la fecha en que su presidente debía dejar a un lado el traje de jefe de la oposición, de azote del Gobierno, para mutar en aspirante a la Moncloa capaz de generar esperanza. En otras palabras, Rajoy ya no tiene que gastar su tiempo en hablar mal de José Luis Rodríguez Zapatero, sino en presentar su alternativa.

Mariano Rajoy