La oposición planta a Zapatero en su foto con los sindicatos

El Gobierno quería lograr una foto por todo lo alto con los agentes sociales y brindar por la nueva paz social reeditando algo así como una segunda versión de los pactos de La Moncloa. Pero comparar aquella foto en blanco y negro de la Transición que sirvió para estabilizar el proceso democrático con la imagen tomada este miércoles en la presidencia del Gobierno es poco más que un disparate. Porque todos los portavoces parlamentarios han dado un soberano plantón al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, mientras el paro sigue sin dar tregua, en enero con otras 130. 000 personas. 

Por más que el Ejecutivo socialista y el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, se habían empeñado en señalar que lo alcanzado el martes es el acuerdo social más importante que se ha suscrito desde 1971, el resto de las fuerzas políticos ha decido marcar distancias. Ninguno de los portavoces parlamentarios del Congreso ha aceptado la invitación de Moncloa para compartir con patronal y sindicatos el feliz momento. Su ausencia, al menos, se contrarrestó con las continuas apelaciones de unos y otros para que todas las fuerzas políticas apoyen el acuerdo y aceleren la recuperación económica y la creación de empleo. 

El Gobierno quería la foto pero no ha esperado a última hora para convocar al resto de las fuerzas parlamentarias. De hecho, una de las portavoces más enfadadas ha sido la de Unión, Progreso y Democracia, Rosa Díez, quien fue avisada solo dos horas antes de la ceremonia formal y no ha tenido tiempo, por tanto, para cambiar su agenda. Fuentes de su formación han calificado el gesto del Ejecutivo de “lamentable”. 

El resto de los portavoces de los grupos parlamentarios del Congreso y de la Comisión del Pacto de Toledo, la responsable de legislar sobre las pensiones, fueron invitados a participar en este acto el martes por la tarde. Pero ni aún así ha tenido más suerte el Gobierno. Desde el PP, la vicesecretaria de Organización, Ana Mato, criticó en su blog que el Gobierno haya querido celebrar con "champán" un pacto que, a su juicio, supone "ahondar en el mayor recorte social" de la democracia y ha mostrado su sorpresa por la "la satisfacción y el autobombo" del Ejecutivo y del PSOE.

Solo representantes socialistas

Al salón de tapices de La Moncloa, el escenario de las grandes firmas y las grandes decisiones, sólo acudieron, faltaba menos, los representantes socialistas en el Congreso y en el Senado, José Antonio Alonso y Carmela Silva, así como el presidente de la Comisión de Trabajo de la Cámara Baja, Juan Barranco.

Fuentes del grupo parlamentario de CiU explicaron a Efe que su portavoz en la Comisión del Pacto de Toledo, Carles Campuzano, ha tenido "problemas de agenda" para acudir a La Moncloa y fuentes del PNV recordaron que su portavoz, Josu Erkoreka, se encuentra de viaje fuera de España. Tampoco enviaron a otros representantes en su lugar. 

E n la foto final con la que el Gobierno acalló a los sindicatos, Zapatero estuvo flanqueado por Ignacio Fernández Toxo (CCOO) y Cándido Méndez (UGT) y por el presidente de la CEOE, Juan Rosell, el de CEPYME, Jesús Terciado, y el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez. La plano mayor del Gobierno también echó el resto para no deslucir el acto. Así, acudieron los tres vicepresidentes, Alfredo Pérez Rubalcaba, Elena Salgado y Manuel Chaves; y los ministros de Presidencia, Ramón Jáuregui; Industria, Miguel Sebastián; y Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia.

Entre los invitados, también estuvieron el presidente del Consejo Económico y Social, Marcos Peña, el presidente de las Cámaras de Comercio,Javier Gómez Navarro, y los responsables de las principales organizaciones de trabajadores autónomos, Lorenzo Amor (ATA) y Sebastián Reyna (UPTA).

La denominación final del pacto es "Acuerdo económico y social para el crecimiento, el empleo y la garantía de las pensiones", nombre que ha sido estampado en varios paneles con los que el Ejecutivo ha decorado el salón de tapices, donde se han colocado también las banderas de España y de la UE. Tras los discursos, todos los firmantes del pacto juntaron sus manos para corroborar su acuerdo ante los fotógrafos y los cámaras de televisión.