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El Gobierno reconoce un riesgo “evidente” en España tras la muerte de Bin Laden
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ZAPATERO CONVOCA UNA REUNIÓN DE URGENCIA EN MONCLOA CON RUBALCABA, CHACÓN Y JIMÉNEZ

El Gobierno reconoce un riesgo “evidente” en España tras la muerte de Bin Laden

El riesgo es “evidente”, se apresuró a señalar ayer el Gobierno. Aun así, todavía no considera necesario elevar el nivel de alerta antiterrorista. El asesinato de

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El Gobierno reconoce un riesgo “evidente” en España tras la muerte de Bin Laden

El riesgo es “evidente”, se apresuró a señalar ayer el Gobierno. Aun así, todavía no considera necesario elevar el nivel de alerta antiterrorista. El asesinato de Osama Bin Laden a manos de un comando estadounidense ha activado la alerta en todo el globo por temor a represalias de grupos yihadistas. Si bien Reino Unido y Alemania son los países europeos con mayor riesgo de sufrir atentados de corte islamista, España ha sido señalada frecuentemente en los últimos años como un objetivo por la cúpula de Al Qaeda, con reiteradas alusiones a la recuperación de Al Ándalus (denominación de Andalucía) como parte de un califato panislámico o por la presencia de tropas españolas en Afganistán.

Aunque la muerte de Bin Laden pueda suponer un duro golpe para la red, la enorme autonomía funcional que caracteriza a las franquicias de Al Qaeda hace que “no se puedan descartar represalias. De hecho, todos los gobiernos tienen esa posibilidad en la cabeza”, en palabras del vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba. España tiene habitualmente un nivel de alerta alto (de los cuatro existentes, está actualmente en el dos), que el Ejecutivo decidió elevar el pasado octubre en respuesta a informaciones de los servicios de inteligencia. Únicamente la Generalitat catalana decidió ayer reforzar la presencia de agentes en la calle y en puntos sensibles, aunque rehuyó el alarmismo ante el temor a nuevos atentados.

El presidente José Luis Rodríguez Zapatero ha convocado para hoy una reunión al máximo nivel para evaluar la situación en la que participarán Defensa, Interior y Asuntos Exteriores. No se descarta que en esta cita se tomen algunas “medidas adicionales” para aumentar la seguridad de las tropas españolas desplegadas en el exterior y de las embajadas. En este sentido, el nivel de alerta en el contingente desplegado en Afganistán, que es actualmente muy alto porque en esta época del año los ataques de insurgentes se incrementan, tampoco se ha modificado.  

España ha sido, tradicionalmente, país de tránsito y cantera para el terrorismo radical islamista desde la implantación de estas redes a principios de los 90, ejerciendo como un importante centro financiero y de captación de miembros que serían destinados a Iraq y Afganistán. Aunque el total de individuos enviados desde España a frentes de la yihad puede cifrarse en decenas, no existen datos contrastados sobre su número exacto. Asimismo, los cables de la diplomacia estadounidense desvelados recientemente por Wikileaks, y publicados por El País, indican que radicales establecidos en el país han jugado un relevante papel logístico al facilitar a células de Al Qaeda documentos falsos y provisión de fondos para la yihad. Las notas apuntaban a la comunidad paquistaní, especialmente a la que habita en Barcelona, Bilbao, Santander y Logroño.

En los últimos años, algunos expertos han advertido sobre el alto grado de implantación del islamismo radical en España desde los atentados del 11-M. Un trabajo del profesor Javier Jordán Enamorado, una autoridad en el análisis de redes yihadistas y terrorismo, señala que, si bien el papel fundamental de dichas redes es logístico, desde 2004 “han aumentado el número de grupos que pretendían atentar de nuevo”. Según Jordán, que analiza las 28 actuaciones policiales contra el terrorismo islamista realizadas desde el 11-M, existe constancia de al menos siete planes, la mayor parte de los cuales fueron abortados en una fase muy temprana de preparación, que pretendían atentar contra objetivos civiles multitudinarios como sistemas de transporte (como el metro de Madrid y Barcelona o el ferry que une Algeciras con Ceuta) y centros comerciales. La distribución geográfica de las redes desarticuladas coincide en gran medida con las zonas en las que se concentra la inmigración de origen magrebí.

Las organizaciones terroristas relacionadas con Al Qaeda que han supuesto un especial motivo de preocupación para las fuerzas de seguridad son el Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM) y el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate. Surgido en Argelia en 1998, este último ha sido la formación predominante en el Magreb durante más de una década. Un informe de Fernando Reinares, investigador principal de terrorismo internacional en el Real Instituto El Cano, destacaba un incremento de la amenaza del terrorismo islámico en España derivado del redimensionamiento de las redes magrebíes enclavadas en la yihad neosalafista global y de la introducción de individuos ligados a organizaciones paquistaníes en las comunidades de inmigrantes de su misma procedencia, especialmente en Cataluña.

El riesgo es “evidente”, se apresuró a señalar ayer el Gobierno. Aun así, todavía no considera necesario elevar el nivel de alerta antiterrorista. El asesinato de Osama Bin Laden a manos de un comando estadounidense ha activado la alerta en todo el globo por temor a represalias de grupos yihadistas. Si bien Reino Unido y Alemania son los países europeos con mayor riesgo de sufrir atentados de corte islamista, España ha sido señalada frecuentemente en los últimos años como un objetivo por la cúpula de Al Qaeda, con reiteradas alusiones a la recuperación de Al Ándalus (denominación de Andalucía) como parte de un califato panislámico o por la presencia de tropas españolas en Afganistán.

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