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El PSOE convoca hoy una farsa de primarias tras el 'dedazo' de Zapatero a Rubalcaba
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EL COMITÉ FEDERAL SE REÚNE ESTA MAÑANA EN FERRAZ

El PSOE convoca hoy una farsa de primarias tras el 'dedazo' de Zapatero a Rubalcaba

Una farsa. El Comité Federal del PSOE convocará formalmente este sábado las primarias para designar al candidato socialista en las generales de 2012, pero José Luis Rodríguez Zapatero

Foto: El PSOE convoca hoy una farsa de primarias tras el 'dedazo' de Zapatero a Rubalcaba
El PSOE convoca hoy una farsa de primarias tras el 'dedazo' de Zapatero a Rubalcaba

Una farsa. El Comité Federal del PSOE convocará formalmente este sábado las primarias para designar al candidato socialista en las generales de 2012, pero José Luis Rodríguez Zapatero dinamitó ayer ese proceso de elecciones internas al señalar a Alfredo Pérez Rubalcaba como su favorito en la carrera sucesoria. Todos los barones autonómicos, reunidos en la sede de Ferraz con el propio Zapatero y el número dos del partido, José Blanco, consumaron anoche el dedazo con su respaldo a la propuesta del líder socialista.

Blanco, que compareció al filo de las nueve de la noche en Ferraz ante los medios de comunicación, aseguró que "todos" los reunidos habían expresado su preferencia por Rubalcaba como candidato, incluidos dirigentes autonómicos como José María Barreda, José Antonio Griñán o Tomás Gómez, que habían defendido públicamente la convocatoria de unas primarias abiertas para resolver la carrera sucesoria. Ese cierre de filas parecer reflejar que los barones han optado por tratar de rescatar la maltrecha unidad del partido antes que por salvar un proceso de democracia interna que ahora queda herido de muerte.

Porque eso es exactamente lo que hicieron anoche la cúpula del PSOE y los barones autonómicos: cargarse el proceso de primarias. Eso sí, vistiendo apresuradamente al muerto con una mortaja de apariencia democrática. Pero, por más que Blanco repitiera hasta la saciedad que el Comité Federal convocará hoy las elecciones internas para elegir al sucesor de Zapatero y que la votación se celebraría el próximo 26 de junio "si hay más de un candidato", lo cierto es que todo ha quedado bien atado para que nadie ose disputar el trono a Rubalcaba.

Misión imposible

Y eso es así porque si un dirigente o militante socialista estuviera dispuesto a dar un paso al frente y enfrentarse a Rubalcaba, debería reunir el aval del 15% de la militancia socialista, es decir, más de 30.000 firmas. Una misión prácticamente imposible en poco más de tres semanas, sobre todo teniendo enfrente a la cúpula de Ferraz y a todos los barones del partido, que con su férreo control de los aparatos autonómicos moverían los hilos para frustrar las aspiraciones de un supuesto espontáneo.

Blanco, ante la machacona insistencia de los periodistas, se empeñó en negar la evidencia de la farsa con el argumento de que en la reunión de urgencia celebrada ayer no hubo "una designación de un candidato, sino una reflexión compartida. No estamos renunciando a las primarias, pero hay un deseo compartido de que Rubalcaba sea nuestro candidato". Y cuando le preguntaron cómo cree que valorarán los ciudadanos y la militancia socialista este aparente dedazo, el número dos del PSOE respondió: "Lo que más valora la sociedad en un partido es la fortaleza, la cohesión, la unidad y el liderazgo".

El Comité Federal, que se reúne a partir de las 9.30 de este sábado en Ferraz, avalará con toda probabilidad el dedazo de Zapatero, que ha acabado repitiendo el que consumó en 2003 José María Aznar para señalar a su sucesor. Tras imponer las primarias en los estatutos del PSOE y restregarle a Mariano Rajoy durante años el origen poco democrático de su liderazgo, el secretario general socialista puso anoche punto final a la posibilidad de unas primarias abiertas.

Claudicación ante Rubalcaba

De esta forma, Zapatero no solo ha sacrificado el proceso de democracia interna del que tanto había presumido, sino que ha renunciado a su papel de árbitro en el partido y escenificado su claudicación ante Rubalcaba. Todo, con un solo objetivo: mantenerse en La Moncloa y en la Secretaría General hasta 2012. Un armisticio que se ha llevado también por delante las ambiciones de Carme Chacón, que el jueves hincó la rodilla, así como la posibilidad de celebrar un congreso que renueve la dirección y el programa del PSOE antes de las generales.

Nada más comenzar el encuentro de ayer en Ferraz, Zapatero se dirigó a Blanco, Manuel Chaves, Marcelino Iglesias y a los 17 barones autonómicos para mostrar su preferencia por el vicepresidente y ministro del Interior. El objetivo de la reunión era mitigar las convulsiones internas que padece el partido y asegurar un desarrollo pacífico del Comité Federal de esta mañana. No obstante, la designación de Rubalcaba, por más que fuera evidente y cuente con el apoyo de buena parte de los dirigentes socialistas, no se encontraba en el orden del día.

De hecho, el vicepresidente todavía no ha hecho pública su decisión, ya que ha preferido esperar a que, este sábado, el Comité Federal abra oficialmente el proceso de primarias. Una vez dado este paso, el escenario más que probable pasa por que Rubalcaba sea el único candidato y obtenga el aval de la cúpula socialista. Por ello, el dedazo de Zapatero puede parecer innecesario, lo que subraya la crudeza y astucia con las que el ministro del Interior ha jugado sus cartas.

Una farsa. El Comité Federal del PSOE convocará formalmente este sábado las primarias para designar al candidato socialista en las generales de 2012, pero José Luis Rodríguez Zapatero dinamitó ayer ese proceso de elecciones internas al señalar a Alfredo Pérez Rubalcaba como su favorito en la carrera sucesoria. Todos los barones autonómicos, reunidos en la sede de Ferraz con el propio Zapatero y el número dos del partido, José Blanco, consumaron anoche el dedazo con su respaldo a la propuesta del líder socialista.

Alfredo Pérez Rubalcaba