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Otegi dice que ETA "sobra y estorba" y que si atenta la izquierda abertzale lo rechazará
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VISTO PARA SENTENCIA EL “CASO BATERAGUNE”

Otegi dice que ETA "sobra y estorba" y que si atenta la izquierda abertzale lo rechazará

Arnaldo Otegi dio ayer un paso más en su desmarque de ETA y en su turno de última palabra de la vista del “caso Bateragune” afirmó

Foto: Otegi dice que ETA "sobra y estorba" y que si atenta la izquierda abertzale lo rechazará
Otegi dice que ETA "sobra y estorba" y que si atenta la izquierda abertzale lo rechazará

Arnaldo Otegi dio ayer un paso más en su desmarque de ETA y en su turno de última palabra de la vista del “caso Bateragune” afirmó que la violencia de la banda terrorista “sobra y estorba a la estrategia de la izquierda abertzale”. Fue el único de los ocho acusados de intentar recomponer la Mesa Nacional de Batasuna siguiendo instrucciones de ETA que quiso hablar antes de que la magistrada Ángela Murillo diera el “visto para sentencia”. Asumido el protagonismo dijo que él y sus compañeros de banquillo estaban “orgullosos de haber hecho virar el transatlántico de la izquierda abertzale. Empezamos siendo cuatro o cinco y ahora somos 313.000”, en referencia a los votantes de Bildu en las pasadas elecciones municipales y forales de mayo.

El líder abertzale fue exquisito en las formas. Empezó por pedir disculpas al fiscal y a la acusación particular por no haber contestado a sus preguntas. “Es nuestro derecho y una estrategia de defensa, no una falta de respeto. Si alguien lo ha entendido así, pido disculpas”. Otegi definió a los acusados como un “grupo auto organizado cuya misión era cambiar radicalmente la estrategia de la izquierda abertzale” o, lo que es lo mismo, que dejara de apoyar la violencia de ETA para apostar los hacer política por medios democráticos.

Una apuesta "irreversible e irrevocable"

“La violencia nos sobra y estorba; ha sido la gran excusa para no entrar en el debate político. Es al Estado al que le interesa…” Aquí la presidenta de la Sala, Ángela Murillo le advirtió de que no siguiera por ese camino. El que fuera portavoz de la ilegalizada Batasuna cambió de dirección para insistir en que el proceso iniciado es “irreversible e irrevocable” y que el único escenario que se plantea es “el desmantelamiento de las estructuras militares”. Pese a tanta firmeza, sembró la duda sobre las intenciones últimas de la banda cuando dijo que aunque no cree que ETA vuelva a atentar, “si eso ocurriera lo rechazaríamos”. Una señal de que no todo está controlado y ni siquiera la izquierda abertzale tiene certezas sobre lo que la banda va a hacer.

Con un discurso sosegado y gesticulando mucho con las manos delante del micrófono, cerró su intervención como lo había iniciado: dio las gracias al tribunal por haberle dejado hablar, y apuró con un último mensaje: “Ocurra lo que ocurra en los próximos meses, quiero transmitir la idea de que nadie abandone el camino que hemos emprendido. Vamos a ganar”. Dicho lo cual el público presente en la sala irrumpió en aplausos. La presidenta pidió entonces silencio. “Esto no es un circo”, exclamó, y todos callaron. Después dijo aquello de “visto para sentencia”.

Los acusados se enfrentaron a ETA

Antes de que todo esto ocurriera (era el momento más esperado) los abogados de la defensa, habían intentado desmontar las acusaciones de la fiscalía y de la acusación popular durante seis horas de exposición. Íñigo Iruin fue el primero y el más brillante. Su intervención se centró en demostrar que los acusados no solo no estaban a las órdenes de ETA, sino que se enfrentaron a la banda terrorista con su apuesta por los medios exclusivamente políticos y democráticos.

El letrado explicó que ETA celebró una asamblea que se prolongó entre 2007-2008 (la anterior fue en 2002) en la que acordó abrir un nuevo ciclo de atentados de cinco años, hasta 2014, y que la negativa de la izquierda abertzale a secundar su estrategia suscitó un enfrentamiento porque estaba poniendo en duda su liderazgo. “Los atentados –denunció Iruin- pretendían poner en duda el debate que se estaba llevando a cabo en la izquierda abertzale”.

El  abogado defensor sostuvo que la presión de la izquierda abertzale hizo mella en ETA,  que se vio obligada a reabrir el debate que había mantenido y cuyas conclusiones (5 años más de atentados) ya estaban cerradas. Esto explicaría, en su opinión, que la banda lleve dos años sin cometer ningún atentado pese a que no hay ningún acuerdo con el Gobierno, algo que, sentenció, no había ocurrido nunca. “La tregua no es producto de la eficacia policial, sino de la presión de la izquierda abertzale”.

Iruin concluyó con una referencia personal a su defendido, Rafael Díez Usabiaga, a quien calificó de “amigo”. “Pudo optar por marcharse a casa –dijo- pero afortunadamente se implicó en este proceso pese a los riesgos que asumía. Déjenle acabar esta tarea histórica”.

El artículo de Baltasar Garzón

Tomó después la palabra Jone Goirizelaia, que tuvo que repetirse por fuerza sobre los argumentos de su compañero. Dos horas y media duró la exposición de Iruin y otras tantas la de Goirizelaia, y obligó a la Sala a interrumpir la vista a las 14,30 horas. “Está siendo una exposición muy intensa y conviene parar para prestarla la debida atención. ¿Hasta las 16 horas?”, preguntó Ángela Murillo. A la vuelta, la magistrada se preocupó por los letrados: “¿Han descansado?”, y a la respuesta afirmativa reanudó la vista.

Gorizelaia aportó un dato interesante en la sesión de tarde: un artículo del juez Baltasar Garzón, instructor del “caso Bateragune” en el diario El País, en el que hablaba de las contradicciones internas en la izquierda abertzale, de la pérdida del control por parte de ETA y de la línea de rebeldía encabezada por Otegi, que habría vencido a los violentos. “Si el instructor de la causa dice esto, ¿qué más pruebas necesitan ustedes para decretar la inocencia de los acusados?”. La letrada terminó con una sentencia un tanto apocalíptica: “El fallo va a traspasar la frontera penal, y ustedes lo saben”.

La vista la cerró Kepa Landa, que hizo hincapié en demostrar que todo el procedimiento se sustentaba en informes policiales sin base probatoria, que el fiscal se habría limitado a transcribir. “Hemos pasado toda la prueba por la túrmix y no hay nada”. Ya en los pasillos, un comentario: “Creo que hemos desmontado la acusación con pruebas, pero este tribunal…” No termina la frase y mueve la cabeza.

Arnaldo Otegi dio ayer un paso más en su desmarque de ETA y en su turno de última palabra de la vista del “caso Bateragune” afirmó que la violencia de la banda terrorista “sobra y estorba a la estrategia de la izquierda abertzale”. Fue el único de los ocho acusados de intentar recomponer la Mesa Nacional de Batasuna siguiendo instrucciones de ETA que quiso hablar antes de que la magistrada Ángela Murillo diera el “visto para sentencia”. Asumido el protagonismo dijo que él y sus compañeros de banquillo estaban “orgullosos de haber hecho virar el transatlántico de la izquierda abertzale. Empezamos siendo cuatro o cinco y ahora somos 313.000”, en referencia a los votantes de Bildu en las pasadas elecciones municipales y forales de mayo.

Arnaldo Otegi