Bono: “El Papa es Benedicto XVI y ahora, nuestro jefe es Rubalcaba”

Dos de los pesos pesados del PSOE, el presidente del Congreso José Bono y el de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, se lanzaron este lunes a cerrar públicamente filas con el candidato Alfredo Pérez Rubalcaba y a intentar acabar con cualquier debate sobre su capacidad de controlar un partido del que sigue siendo secretario general José Luis Rodríguez Zapatero. Tanto Bono como Griñán han despreciado la formalidad de que Rubalcaba no haya sido designado por un congreso federal previo y que éste no se vaya a celebrar hasta después de las elecciones del 20-N.

El presidente de la Cámara Baja dijo que extrañarse de que Rubalcaba es "ahora el jefe" del PSOE es como dudar de que "Benedicto XVI es el Papa y alguien dijera: ¿Y Juan Pablo II?". "El Papa es Benedicto XVI. Ahora, el jefe es Rubalcaba, porque es nuestro candidato, quien queremos que sea el presiente del Gobierno, el que manda en los ámbitos partidarios", comentó.

Sobre la imposibilidad de que el candidato haya sido refrendado antes en un Congreso, esto no debe, en su opinión, ser visto como una "contrariedad" porque "así lo ha querido" el presidente del Gobierno y todavía secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero. Bono definió a Rubalcaba como "el tipo más listo" que hay en el PSOE y "el mejor candidato". "Las encuestas le dan al PP para que se tranquilice e, incluso, puedan fumarse un puro tumbados, pero que tengan cuidado. Rubalcaba no se presenta para perder", advirtió.

Griñán también consideró al candidato socialista como una persona "intelectualmente muy capacitada" y que tiene la virtud de movilizar a la gente porque "cuando habla se le entiende". Tras asegurar que la confianza en el líder es importantísima, el presidente andaluz ha opinado que los socialistas pueden volver a ganar las elecciones, toda vez que el Gobierno de Zapatero "no es responsable" de la crisis económica.

Subrayó que el exvicepresidente del Ejecutivo es el político más valorado de España y que su liderazgo beneficiará al partido el 20-N y producirá un "oleaje a favor". Igualmente, defendió su decisión de separar las elecciones autonómicas andaluzas de las generales y mantener aquellas para el mes de marzo, pese a que hace apenas unos días, Alfredo Pérez Rubalcaba decía en su presencia que lo que “la gente quiere es que las elecciones sean juntas”.