Zapatero "ni se plantea" adelantar más las elecciones como exigen CEOE y PP

No habrá adelanto sobre el adelanto. José Luis Rodríguez Zapatero "ni se plantea" acortar más la legislatura y modificar la fecha de las elecciones generales, convocadas para el próximo 20 de noviembre, según aseguró ayer a El Confidencial un colaborador muy cercano al presidente del Gobierno. "No va a haber más adelanto electoral, porque ha quedado demostrado que eso no calma a los mercados", añadió con  rotundidad el portavoz gubernamental, justo el mismo día en que el PP y la CEOE, ante el deterioro provocado por el ataque de los mercados a la deuda española -cuya prima de riesgo alcanzó ayer un nuevo récord histórico-, exigían que la cita con las urnas se produzca cuanto antes.

El PP salió ayer en tromba -y volverá a hacerlo hoy- para reclamar al Gobierno que "adelante aún más" las elecciones. Cristóbal Montoro, portavoz económico del partido, acusó a Zapatero de "alimentar la desconfianza y la vulnerabilidad" por haber convocado los comicios para dentro de casi cuatro meses, y afirmó que, más que telefonear a los portavoces parlamentarios de la oposición para pedirles "serenidad", lo que debería hacer es "llamar a los españoles a las urnas". Según Montoro, España "está cerca" de sobrepasar el "límite cualitativo" de prima de riesgo a partir del cual "el proceso se autoalimenta" y no se pueden pagar las deudas.

Esperanza Aguirre incluso le puso fecha al adelanto: finales de septiembre. La presidenta de la Comunidad de Madrid pidió que las elecciones se convoquen ya "para no prolongar esta agonía", ya que, a su juicio, "no tiene ningún sentido continuar esperando otros cuatro meses". Según Aguirre, "tiene que producirse no sólo un cambio de Gobierno, sino un cambio de políticas, y lo que tienen que hacer Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba, que son lo mismo, es convocar elecciones cuanto antes".

Mariano Rajoy, que sigue de vacaciones en Sanxenxo (Pontevedra), se limitó ayer a transmitir un mensaje de confianza ("España no va a ser intervenida", aseguró) y evitó insistir en la urgente modificación del calendario electoral. Pero sí lo hará hoy, con toda probabilidad, el vicesecretario de Comunicación del partido, Esteban González Pons, según señalaron a El Confidencial fuentes de Génova. González Pons, de esta forma, fijará la posición oficial del PP: elecciones cuanto antes para inyectar confianza en los inversores, frenar el deterioro de la situación económica y ahuyentar el fantasma de un rescate financiero a España.

El mensaje del PP también ha calado entre los grandes empresarios, que no ocultan su extrema preocupación por la crisis de la deuda y el asedio de los mercados. El presidente de la patronal, Juan Rosell, no pidió ayer explícitamente un nuevo adelanto de la convocatoria electoral, pero dio a entender claramente que ése es el deseo de la CEOE. En declaraciones a Radio Nacional, Rosell dijo que "desgraciadamente, lo que les falta a muchos miles de empresarios es confianza en el futuro, algo fundamental para que se puedan crear puestos de trabajo, que es el problema número uno de España". Y cuando fue preguntado por la posibilidad de que las elecciones se celebren antes del 20-N, añadió: "A los empresarios les gustaría empezar a trabajar en serio a partir de mañana". 

Nuevas medidas sin concretar

Zapatero volvió a tener ayer una intensa actividad telefónica. Conversó con el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y mantuvo informados tanto a Mariano Rajoy como a Alfredo Pérez Rubalcaba. Asimismo, trató de tranquilizar a los portavoces parlamentarios con una ronda de llamadas a los grupos minoritarios, después de que el martes charlara con Iñigo Urkullu (PNV) y Josep Antoni Duran Lleida (CiU). Según informó La Moncloa, Zapatero conversó ayer con Gaspar Llamazares (IU), Francisco Jorquera (BNG), Ana Oramas (CC), Carlos Salvador (UPN), Joan Ridao (ERC), Rosa Díez (UPyD) y Uxue Barkos (NaBai).

No obstante, Zapatero fue incapaz de concretar qué nuevas medidas o acciones de Gobierno prevé llevar a cabo para proteger a España de la inestabilidad de los mercados. De acuerdo con fuentes conocedoras de estas conversaciones, el presidente se remitió a las soluciones que puedan llegar del ámbito de la UE, y transmitió su confianza en que la cúpula del Banco Central Europeo tome este jueves alguna decisión que apacigüe la presión sobre la economía española. Aunque, en este caso, tampoco pudo concretar qué mensaje esperaba desde Fráncfort, sí se mostró seguro de que España podrá volver a colocar toda la deuda prevista, claro que a un precio notablemente mayor.

El relato de la crisis que Zapatero ofreció a los portavoces parlamentarios versó sobre la influencia negativa que la situación de Estados Unidos, Grecia o Italia está teniendo sobre los mercados, pero apenas se refirió a cuestiones internas. Al considerar que se trata de un problema externo, volvió a reclamar soluciones de carácter internacional. Así, en su conversación con Van Rompuy, el presidente insistió en que los acuerdos adoptados en el Eurogrupo del pasado 21 de julio deben hacerse efectivos en el menor plazo posible.

La alarma por la escaldada de la prima de riesgo llegó ayer hasta el discurso del Rey, quien reclamó a los partidos políticos que actúen como una "piña", sin caer en "batallitas", para superar esta situación. El monarca se expresó así desde Palma de Mallorca, en un acto con los nuevos representantes del Parlamento balear. Pero no fue el único que pidió una "política con mayúsculas". Varios portavoces que conversaron ayer con Zapatero, como Díez, Salvador u Oramas, solicitaron directamente al presidente del Gobierno que PSOE y PP lleguen a un acuerdo para hacer frente a la crisis de deuda. Un pacto que parece alejarse conforme se aproxima la fecha electoral.