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El Gobierno de la “España laica” se vuelca en la llegada a Madrid de Benedicto XVI
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ZAPATERO EVITA LAS CRÍTICAS DE LA PRIMERA VISITA

El Gobierno de la “España laica” se vuelca en la llegada a Madrid de Benedicto XVI

“El Gobierno representa a todos los españoles y no ha hecho más que cumplir con su deber”. Así justificaba una fuente de Moncloa la presencia en

Foto: El Gobierno de la “España laica” se vuelca en la llegada a Madrid de Benedicto XVI
El Gobierno de la “España laica” se vuelca en la llegada a Madrid de Benedicto XVI

“El Gobierno representa a todos los españoles y no ha hecho más que cumplir con su deber”. Así justificaba una fuente de Moncloa la presencia en Barajas para recibir a Benedicto XVI del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, junto a tres de sus ministros, Presidencia, Exteriores y Justicia, y el presidente del Congreso y tercera institución del Estado, José Bono. De este modo, el Ejecutivo en la recta final de su trayectoria pone un colofón de “normalidad” a unas relaciones con la Iglesia que han pasado por épocas mucho peores.

La tribuna de autoridades de ayer en Barajas no dejaba lugar a dudas. Los más altos representantes de la “España laica” que proclama el Ejecutivo socialista acudieron a cumplimentar a Benedicto XVI. Los Reyes, el presidente del Gobierno, el presidente del Congreso, los ministros de Presidencia, Justicia y Exteriores (Ramón Jáuregui, Francisco Caamaño y Trinidad Jiménez); el presidente del Tribunal Constitucional, Pascual Sala, y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Dívar, ferviente católico. No faltaba, institucionalmente, nadie. 

Lo cierto es que el Gobierno ha querido que esta vez no haya polémica alguna en la visita del Papa. En noviembre de 2010, cuando Benedicto XVI visitó Santiago de Compostela, Zapatero no acudió a recibirle por un viaje relámpago que realizó a Afganistán a visitar a las tropas españolas. Su ausencia levantó muchas críticas en el PP, que acusó al presidente del Gobierno de “sectario”, y causó un hondo malestar en las esferas vaticanas.

Ahora, en plena precampaña electoral, sectores ideológicamente afines al PSOE especulaban con la posibilidad de que el Gobierno se “alejara” protocolariamente de la visita. El candidato Rubalcaba intenta pescar en el caladero de votos del 15-M y los “indignados” con guiños constantes, y una presencia notoria del Ejecutivo en los actos de una Jornada Mundial de la Juventud que ha provocado marchas y protestas en Madrid por parte de ese colectivo, no parecía ser el mejor modo de cultivar su voto. No ha sido así. Y el propio Pontífice y el arzobispo de Madrid, Rouco Varela, agradecían públicamente en su discurso de la Plaza de Cibeles "la colaboración" y "generosidad" de las autoridades españolas.

Zapatero cumplimentó ayer en Barajas a Benedicto XVI y éste le dedicó un saludo “más largo, propio de quien es jefe de Gobierno”. No hubo nada trascendente en la conversación “protocolaria” y los temas espinosos quedan para la reunión de hoy entre el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregi (uno de los ministros de la “cuota católica”) y Tarcisio Bertone, jefe de la diplomacia Vaticana. En el encuentro entre ambos se abordarán la financiación de la Iglesia en España o el recurrente tema del Valle de los Caídos y su futuro dentro de la ley de Memoria Histórica, puesto que no hay que olvidar que el lugar es una abadía benedictina.

Para el contacto de esta tarde entre Ratzinger y Zapatero en la Nunciatura, “que no será largo”, está previsto según el protocolo habitual: se abordarán temas institucionales y nada espinosos. Salvo sorpresa mayúscula que, visto cómo se están desarrollando los discursos, por ejemplo de Rouco Varela, no va a producirse. Todo parece estar muy trillado y pactado desde hace meses por las respectivas diplomacias para que nada enturbie la visita que, hay que recordar, fue declarada por el Gobierno “de interés excepcional”.

Blanco, a la misa de Cuatro Vientos

El Gobierno enviará además a la Misa de Cuatro Vientos al portavoz José Blanco, también creyente, y en la despedida a Benedicto XVI, el elegido será José Bono, presidente del Congreso, como más alta institución tras la Familia Real, aunque también se espera a Ramón Jáuregui.

“El Gobierno representa a todos los españoles y no ha hecho más que cumplir con su deber”. Así justificaba una fuente de Moncloa la presencia en Barajas para recibir a Benedicto XVI del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, junto a tres de sus ministros, Presidencia, Exteriores y Justicia, y el presidente del Congreso y tercera institución del Estado, José Bono. De este modo, el Ejecutivo en la recta final de su trayectoria pone un colofón de “normalidad” a unas relaciones con la Iglesia que han pasado por épocas mucho peores.

Papa Benedicto XVI