Rubalcaba admite que el Gobierno “perdió un año” con la reforma financiera

Poco a poco, Alfredo Pérez Rubalcaba trata de desmarcarse del Gobierno socialista con píldoras de autocrítica sobre su gestión de la crisis. Primero fue la tardanza en pinchar la burbuja inmobiliaria y, ahora, la reestructuración del sistema financiero. El candidato del PSOE ha admitido este martes que el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero perdió “un año” recreándose en la fortaleza de bancos y cajas, en lugar de acometer la reforma.

“Hubiera hecho antes y más deprisa la reestructuración financiera”, ha afirmado Rubalcaba durante su intervención en un desayuno informativo de Nueva Economía Fórum. El candidato tachó de “nacionalismo bancario” la reacción inicial del Gobierno alabando la fortaleza del sistema español, la ausencia de contagio subprime y su estabilidad. “Ese año lo perdimos”, ha confesado, aunque al mismo tiempo ha precisado que “ahora es fácil decirlo”, cuando ya solo sirve como “retrospectiva”.

Pero su intento de distanciamiento con el Ejecutivo del que fuera vicepresidente y ministro del Interior quedó desmentido por la notable presencia de miembros del Gabinete que acudieron para arropar a su nuevo candidato. Elena Salgado, Manuel Chaves, Ramón Jáuregui, Trinidad Jiménez o Ángeles González Sinde estuvieron acompañados de otras figuras como José Enrique Serrano, jefe de Gabinete de Zapatero; José Bono, Javier Rojo, José Antonio Alonso, Marcelino Iglesias, Elena Valenciano, Tomás Gómez o Carmen Alborch.

Rubalcaba ha centrado su discurso en la situación económica y en su hoja de ruta para hacer de España una economía “sana y competitiva”. Su diagnóstico centra el origen de la crisis en el contexto internacional y en las decisiones políticas para desregular los mercados que comenzaron en los años 80, justificando en decisiones globales el exceso de endeudamiento y la falta de estabilidad en los mercados. No obstante, también ha reconocido problemas específicos de la economía española, como la burbuja inmobiliaria.

A su juicio, la nueva economía española “debe basarse en la oferta, aprovechar el capital tecnológico y humano; reconducir parte del ahorro existente a la inversión; pensar más en producir y menos en consumir; más en exportar y menos en importar”. Además,  ha recordado que, si gana, lanzará un plan de choque para crear empleo, que incluirá una rebaja de los costes salariales, e incentivará la creación de empresas.

El “pensionista rico”

La anécdota de la mañana la ha protagonizado la pregunta de un jubilado que aseguraba haber ahorrado y acumulado un buen patrimonio con su esfuerzo a lo largo de la vida, y que expresó su temor por que Rubalcaba le arrebate buena parte de su pensión con la reactivación del impuesto de patrimonio. El candidato socialista ironizó asegurando que se trataba de un “pensionista rico”, y aprovechó para defender la recuperación de gravamen, que a su juicio es “justo” y “útil” para el Gobierno que salga de las urnas. “Rajoy ha gobernado 8 años sin modificarlo”, ha recordado.

En esta línea, Rubalcaba arremetió contra el PP por no explicar sus propuestas, asegurando que entre la promesa de crear 3,5 millones de empleos y la apuesta de Rajoy por “hablar en serio con los bancos para que den crédito” debe haber “algo intermedio” que no han contado. Así, el candidato se ha mostrado convencido de poder dar la vuelta a las encuestas aportando buenos argumentos al electorado.

“Creo que puedo ganar. Estas elecciones son muy importantes. Creo que los españoles, un pueblo sabio, se lo van a pensar, y para eso los políticos tenemos que ofrecerles propuestas. Y yo lo voy a hacer”, expresó Rubalcaba, quien deposita todas sus esperanzas en que los ciudadanos se planteen el 20-N como una elección “entre quien tiene propuestas y quien pide un cheque en blanco”.