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Sin piedad: Zapatero y Rajoy se dicen adiós con un último cruce de reproches
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ÚLTIMA SESIÓN DE CONTROL EN EL CONGRESO

Sin piedad: Zapatero y Rajoy se dicen adiós con un último cruce de reproches

No hubo lugar para la gentileza en el final de una tensa legislatura. José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy se han despedido esta mañana del

No hubo lugar para la gentileza en el final de una tensa legislatura. José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy se han despedido esta mañana del Congreso sin miramientos, intercambiando una última retahíla de reproches. El líder del PP ha echado en cara al presidente la “herencia envenenada” que deja en la Moncloa, mientras que Zapatero ha dedicado sus últimas palabras en la Cámara para desear a su adversario una nueva derrota electoral.

 

Deja usted una herencia envenenada, aunque también deja lecciones para el futuro de lo que no se debe hacer”, ha afirmado Rajoy, para acusar a continuación a Zapatero de haber engañado a los españoles con frases como “no hay crisis”, “somos los mejores” o “estamos en la champions league de la economía”. A juicio del líder popular, el presidente socialista ha gobernado sin un plan, haciendo un mal diagnóstico, generando falsas expectativas, gastando más de lo que tenía y sin hacer las reformas necesarias. “No se puede vivir de la herencia ni de la inercia. Y no se puede gobernar solo por decreto ley”, le ha espetado.

Por su parte, Zapatero, tras agradecer irónicamente la “cortesía” de Rajoy, ha defendido su legado sin autocrítica,  y se ha despedido sin reservar una palabra amable para su oponente. “Los españoles quieren líderes que busquen soluciones, que ofrezcan algo y no que solo ataquen, y eso es lo que tendremos en el futuro inmediato”, ha concluido, aprovechando para  echar así un capote a Alfredo Pérez Rubalcaba, con quien ha abandonado el hemiciclo en una estudiada puesta en escena.

Los diputados socialistas han despedido a su secretario general con una ovación, puestos en pie, aunque sus aplausos duraron menos que los que dedicó la bancada popular a la intervención de su líder. Y ello, pese a que Rajoy ha aplicado a sus palabras el habitual tono monocorde y frío de sus preguntas de control al Gobierno, sin concesiones al final de una etapa que le puede llevar, tras dos legislaturas en la oposición, a la Moncloa.

Con el entusiasmo de quien repite una lección por enésima ocasión, el candidato del PP ha reprochazo a Zapatero una vez más los casi cinco millones de parados, la tasa de desempleo juvenil, el déficit público, la deuda, los recortes sociales y la desconfianza hacia la economía española. “¿Qué le puede decir a los españoles con este balance?”, le ha preguntado al presidente.

 

El presidente presume de su combate a la crisis

Sin embargo, Zapatero ya está más que acostumbrado a echar balones fuera al ser interpelado por su gestión de la crisis. A su juicio, el Ejecutivo ha librado “un combate durísimo contra una grave crisis económica”, la más grave en “80 años”, de alcance global, y que ha obligado a tres países europeos a reclamar ayuda financiera. Además, ha defendido con orgullo las medidas de su Gobierno para garantizar la consolidación fiscal, las reformas estructurales y la preservación de la máxima cohesión social. “Y todo ello, a la vez que contribuíamos a garantizar en la Zona Euro que el modelo europeo pudiera salir adelante”, ha presumido. Tan solo ha reconocido sentirse insatisfecho por la “elevada tasa de paro”, de la que, ha asegurado, “se siente responsable”.

Así, Zapatero y Rajoy han elegido un final amargo tras más de siete años de fuego cruzado en el hemiciclo, donde han protagonizado infinidad de debates crispados sobre política antiterrorista, economía o modelo de estado. La proximidad de la cita electoral y las tensiones internas en el PSOE tampoco han ayudado a suavizar el epílogo de esta tormentosa relación política. 

No obstante, el presidente del Ejecutivo sí ha podido relajarse en sus réplica a las pregunta del portavoz del PNV, Josu Erkoreka, quien ha sido su salvavidas en más de un momento crítico para los socialistas. “Agradezco a su grupo la colaboración con este Gobierno, muchas gracias”, le ha expresado, pese a que el nacionalista dedicó su intervención a advertir de los peligros que suponen tanto Rajoy como Rubalcaba para el estado autonómico. Peor sabor de boca ha dejado al presidente la portavoz de NaBai, Uxue Barcos, quien definió como “un mal broche” la reforma de la Constitución sin referéndum para un presidente que en 2004 llegó prometiendo una “democracia cívica” y “positiva”.

No hubo lugar para la gentileza en el final de una tensa legislatura. José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy se han despedido esta mañana del Congreso sin miramientos, intercambiando una última retahíla de reproches. El líder del PP ha echado en cara al presidente la “herencia envenenada” que deja en la Moncloa, mientras que Zapatero ha dedicado sus últimas palabras en la Cámara para desear a su adversario una nueva derrota electoral.

Mariano Rajoy