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Rajoy avisa que la banda debe quedar desmantelada
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NO HABRÁ NEGOCIACIÓN POLÍTICA NI DECISIONES AL MARGEN DE LA LEY

Rajoy avisa que la banda debe quedar desmantelada

Igual que Zapatero y Rubalcaba han decido obviar que ETA no se ha disuelto y se agarran al término ‘definitivo’ para ver si el presidente pasa

Foto: Rajoy avisa que la banda debe quedar desmantelada
Rajoy avisa que la banda debe quedar desmantelada

Igual que Zapatero y Rubalcaba han decido obviar que ETA no se ha disuelto y se agarran al término ‘definitivo’ para ver si el presidente pasa a la historia con algo positivo en su balance y el candidato del PSOE obtiene algún rédito electoral, Mariano Rajoy ha preferido hacer como si creyera al Ejecutivo porque sabe que él deberá gestionar desde Moncloa la factura a medio pagar de la negociación con los terroristas: presos, armas y disolución definitiva.

El presidente del PP respondió anoche a su estilo: seguir el juego al Gobierno en la satisfacción oficial porque ETA renuncie "definitivamente a la violencia" (lo obvio) y recordar que falta lo fundamental, "la disolución irreversible" de la banda y "su completo desmantelamiento". Todo muy medido, para quedar bien con casi todo el mundo, incluidos dirigentes y bases del partido que, en su mayoría, no se creen una palabra de la operación montada alrededor del comunicado de los etarras.

Rajoy quiso dar por hecho anoche que el anuncio de la banda se ha producido sin ningún tipo de concesión política (el Gobierno no le va a desmentir), pero al tiempo lanzó el mensaje de que la derrota de la banda (que no dio por hecha) es fruto de la fortaleza del Estado de Derecho y la fe en la democracia de todos los españoles. En ese punto aludió al esfuerzo de todos los gobiernos que han actuado "al amparo de la ley" y añadió por lo que le tocará lidiar en dos meses: "Ese es el único camino de futuro".

Después de la deliberada ambigüedad del comunicado leído por Rajoy, que tampoco admitió preguntas, en fuentes de la dirección del PP reiteraron, con el reconocimiento de que era una obviedad, que un futuro Ejecutivo de los populares no podría asumir como hipotecas o herencias de Zapatero nada que supusiera una negociación política con los terroristas ni medidas que estuvieran fuera de la ley.

En el Partido Popular saben que el PSOE convertirá en "enemigo de la paz" a cualquier dirigente político que se atreva a discrepar de sus celebraciones sobre "el fin de ETA" o simplemente recuerde que los terroristas no se han disuelto ni se han mostrado dispuestos a entregar las armas, ni a indicar dónde tienen los explosivos o a pedir perdón. Es el punto en el que los etarras han estropeado más el guión de la campaña socialista porque se muestran orgullosos de sus asesinatos y del hecho de haber conseguido el objetivo de "la internacionalización del conflicto" y el reconocimiento político para sus marcas electorales.

Jaime Mayor Oreja ha visto cumplidas al pie de la letra todas sus previsiones sobre las dos fases de la negociación de Zapatero con ETA, de las cesiones consiguientes durante estos años e incluso del concepto de "blindaje" del llamado "proceso de paz" hacia la autodeterminación y la independencia. No obstante, anoche prefirió guardar silencio hasta que Rajoy en persona se pronunciara. Hoy se aplicará en su línea oficial reforzada además por la claridad de los hechos. Por contra, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, se adelantó a denunciar la "pantomima" de los etarras y la celebración posterior que hicieron de ella los socialistas.

Esta misma semana, el portavoz del Grupo Popular en el Parlamento Europeo recurría a su propia experiencia para destacar que ya Felipe González dejó en 1996 dos vías de negociación con ETA abiertas y con recado para que Aznar las siguiera. Entonces el presidente del Gobierno fue discreto y su sucesor tuvo margen de maniobra para eludir la trampa. Ahora Zapatero le endosa en público a Rajoy la herencia de una banda terrorista que se proclama cansada de matar pero que quiere cobrarse en la negociación para la independencia el rédito de haber asesinado a casi 900 españoles. Otra herencia envenenada.

Igual que Zapatero y Rubalcaba han decido obviar que ETA no se ha disuelto y se agarran al término ‘definitivo’ para ver si el presidente pasa a la historia con algo positivo en su balance y el candidato del PSOE obtiene algún rédito electoral, Mariano Rajoy ha preferido hacer como si creyera al Ejecutivo porque sabe que él deberá gestionar desde Moncloa la factura a medio pagar de la negociación con los terroristas: presos, armas y disolución definitiva.

Mariano Rajoy